AVISO

A partir del 1° de Diciembre, este foro cesa su actividad, atento a que la nueva etapa de formación de líneas alternativas dentro del peronismo requiere, más que la ya agotada discusión acerca del PJ, un trabajo específico de análisis y propuestas que puedan fortalecer a los nuevos liderazgos peronistas liberales.

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CONFLICTO DEL KIRCHNERISMO CON LA ARGENTINA INTERIOR por Víctor Eduardo Lapegna

Veinte datos y una conclusión esperanzada acerca del conflicto del kirchnerismo con la Argentina interior

Dato 1
La historia argentina prueba que cada vez que los precios internos de los alimentos componentes de la dieta popular de la Argentina peronista (carne vacuna, lácteos, panificación de harina de trigo, aceites, hortalizas, verduras y frutas) suben por encima de la mitad del promedio de los salarios básicos de convenio, surge una puja distributiva que amenaza con devenir en una severa crisis social, política y económica.

Dato 2
En los últimos años hubo un aumento general del precio internacional de los alimentos (la llamada “agflación” o inflación de base agroalimentaria), cuyo mayor y casi único beneficio para la Argentina fueron los ingresos generados por el alza del nivel de demanda y precio de la soja, que es la principal de las commodities que el país vende al exterior.

Dato 3
Dado que no parece posible modificar el hábito de los argentinos de comer una cantidad importante de carne vacuna, lácteos, panificación de harina de trigo, aceites, hortalizas, verduras y frutas que en el mundo real valen cada vez más; para evitar que esa alza de los precios conduzca a un conflicto social, en la Argentina se presentan una de dos opciones: que el nivel de los salarios locales permitan pagar el precio internacional de esos bienes o reducir de forma artificial ese precio en el mercado interno.

Dato 4
Si los precios internos de la carne vacuna, los lácteos, la panificación de harina de trigo, los aceites, las hortalizas, las verduras y las frutas convergieran con sus niveles internacionales y se compensara ese aumento con un incremento de los salarios, al menos, de igual proporción; entrarían crisis diversas actividades económicas que carecen de niveles adecuados de competitividad, productividad y eficiencia y que, en gran medida, se sustentan en salarios deprimidos y en un mercado interno protegido para sus productos y servicios.

Dato 5
Aunque en el último quinquenio se produjo una recuperación significativa del poder adquisitivo del salario de los argentinos respecto de la brutal reducción que impusieron la megadevaluación y la pesificación asimétrica, la tasa de inflación real (que en el 2007 fue cercana al 20 por ciento) y en especial el aumento del precio interno de los alimentos, presagiaba una fuerte puja por la distribución del ingreso y en especial por el alza de los salarios.

Dato 6
El gobierno de Néstor Kirchner antes y el de Cristina Fernández de Kirchner ahora, buscaron y buscan atenuar esa puja distributiva impidiendo que el alza del precio internacional de los alimentos se trasladara al mercado interno, a través de una política en la que convergen el establecimiento de crecientes retenciones a la exportación de alimentos, la aplicación de controles de precios a las cadenas de valor y el encubrimiento de los aumentos reales con datos falsificados por el INDEC. El propio ministro de Economía, Martín Lousteau, al explicar las últimas disposiciones en materia de retenciones, admitió que son un instrumento central de la política del gobierno de control de la inflación y sobre todo de moderación del alza del precio interno de los alimentos.

Dato 7
Además de ser usadas contra los aumentos de la inflación y del precio interno de los alimentos, las retenciones son una formidable aspiradora de recursos para el gobierno central que, por ejemplo y sólo en el año 2007, recaudó para sí por esa vía 4.750 millones de dólares y esos fondos, así como en los generados por el llamado “impuesto al cheque”, no se coparticipan las Provincias o Municipios; por lo cual, en los últimos años, se acentuó a grados superlativos el centralismo unitario que es contrario al régimen federal establecido por la Constitución y posterga a la Argentina interior, principal generadora de esos recursos, de los que sólo recibe la reducida parte que el poder omnímodo y arbitrario del gobierno central se aviene a darle a manera de dádiva, para comprar voluntades y apoyos políticos .

Dato 8
Al riesgo de un agravamiento de la puja distributiva por la inflación acumulada y la por venir, el fracaso de los sistemas de controles de precios internos para evitar el aumento de los alimentos, la necesidad de hacer caja para mantener el superávit fiscal de las cuentas nacionales, seguir pagando los subsidios que mantienen deprimidos algunos precios internos (combustibles, transportes, algunos servicios, etc.) y afrontar las inversiones que el poder central quiere realizar; se sumó la inquietud por la perspectiva de que la Argentina deje de estar “desacoplada” respecto de la crisis financiera internacional; conjunto de circunstancias que pueden explicar la decisión del gobierno de aplicar el nuevo régimen de retenciones en este momento, lo que hizo según el estilo de mando del gobierno de Néstor Kirchner que continúa el de su esposa, consistente en que una muy reducida cúpula de poder tome por sí y ante sí decisiones sorpresivas, sin consultar a los sectores involucrados y sin siquiera hacer participar en esa toma de decisiones a algunos de sus altos funcionarios con competencia sobre el tema en cuestión, siguiendo una línea que busca mandar, confrontar y vencer y no conducir y convencer.

Dato 9
Aunque el kirchnerismo gobernante asumiera que el aumento de las retenciones iba a ser rechazado por el sector agropecuario, ha de haber confiado en que podría acallar ese rechazo apelando al enorme poder centralizado que acumuló en estos años, sobre todo con un uso inescrupuloso y eficaz de las atribuciones ampliadas del Poder Ejecutivo y de una masa gigantesca de recursos públicos (buena parte de ellos debidos a lo recaudado con las retenciones, a partir de los altos precios internacionales sobre todo de la soja), de los que dispone a su arbitrio, hasta ahora en forma impune. Es un hecho que hasta ahora, con el manejo despiadado de las atribuciones del Poder Ejecutivo y de esa “caja” oficial, el gobierno que presidía Néstor Kirchner y el que aparece presidido por su esposa, consolidaron su poder y compraron silencios y complicidades de los gobernadores, intendentes, legisladores, dirigentes políticos, sindicales y empresarios, periodistas, académicos, etc. y doblegaron o acallaron a quienes plantearon alguna oposición.

Dato 10
Esa nueva realidad de poder impuesta por el kichnerismo se verifica en la diferencia en el comportamiento acerca de los reclamos del agro que tenían algunos gobernadores provinciales en el pasado reciente y el que tienen ahora. Por caso, cuando Eduardo Duhalde ocupaba la Presidencia y quiso aumentar las retenciones a las exportaciones de alimentos y energía, el planteo de los 14 puntos de gobernadores del interior le impuso renunciar a esa medida y en cambio ahora, los gobernadores de esas mismas Provincias se sienten obligados a tolerar en silencio o apoyar, aún contra sus deseos e intereses, medidas tomadas por Néstor y Cristina que son peores que aquellas. Sucede que Duhalde no manejaba la “caja” que manejan los Kirchner y estaba obligado a atender los planteos de gobernadores provinciales que habían sido sus electores y aún tenían una cuota de poder derivada, entre otros factores, del régimen federal de la Constitución Nacional, que hoy perdió toda vigencia. Los Kirchner, en cambio, consideran que no le deben nada a gobernadores provinciales, intendentes y otros dirigentes del interior y creen posible manejarlos como a burros, alternando la zanahoria y el palo.

Dato 11
La magnitud de la resistencia de los productores frente a la medida sólo en parte se explica por motivos económicos concretos, entre los cuales se puede mencionar que la reducción de los márgenes de rentabilidad impuesto por las nuevas medidas se combina con el aumento de los insumos que reflejan los precios internacionales, los costos diferenciales de los productores de zonas marginales (sobre todo los fletes) y las medidas que antes se habían adoptado contra las cadenas de la carne y de la leche.

Dato 12
Esas circunstancias económicas ayudan a entender que entidades como Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), la Sociedad Rural Argentina (SRA), la Federación Agraria Argentina (FAA) y CONINAGRO, que no es habitual que coincidan, hayan unificado su convocatoria a resistir el aumento de las retenciones, actitud que se acentuó por el hecho de que ninguna de esas entidades fue siquiera consultada o tenida en cuenta por el gobierno al tomar decisiones de grave incidencia en la actividad del sector

Dato 13
Hay también, por así llamarlos, “componentes subjetivos” que ayudan a entender la dimensión cuantitativa del movimiento de resistencia de la Argentina interior al aumento de las retenciones, entre los que cuenta el hartazgo creciente ante las actitudes de soberbia, agravios, atropellos y hasta insultos que signaron al proceder del kirchnerismo gobernante hacia el sector, que en su momento motivaron la reacción airada de Analía Quiroga, productora ganadera de Carlos Pellegrini que era por entonces dirigente de CARBAP, quien atribuyó a Néstor Kirchner insuficiencia de materia gris y fue y es mostrada por muchos medios de comunicación como paradigma del malhumor rural.

Dato 14
También parece haberse extendido la sensación de que, desde el gobierno, se va escalando una una ofensiva que primero afectó a los ganaderos, después a los tamberos y ahora va por los sojeros, la que ayuda e entender que los diversos y diferenciados sectores que componen las llamadas “fuerzas del campo” confluyeran en el apoyo al movimiento de resistencia, en el que participan no pocos de los alrededor de 400 mil pequeños y medianos empresarios agropecuarios del interior del país y no sólo los grupos concentrados que se dedican a la producción y exportación de commodities.

Dato 15
Ese masivo apoyo a la resistencia del campo se extiende a una parte de los actores urbanos de las ciudades del interior, cuya calidad de vida económica, social y política está en gran medida determinada por la bonanza del sector rural que las rodea que ve amenazada por las últimas medidas gubernamentales y si el conflicto provoca un nivel significativo de desabastecimiento en las grandes ciudades no puede descartarse que estalle una reacción de protesta callejera protagonizada por la clase media de esos centros urbanos, que ya está malhumorada con el gobierno, sobre todo por la inflación, la inseguridad y los signos de corrupción.

Dato 16
Si la circulación y el intercambio de ideas, informaciones, personas, capitales, bienes y servicios es una de las características principales del sistema propio de esta época de la sociedad del conocimiento y la globalización; no deja de ser congruente que los piquetes y cortes de calles y de rutas haya pasado a ser, al menos en la Argentina de los últimos años, una de las principales formas de la protesta social de actores del movimiento obrero (sobre todo, camioneros), del movimiento estudiantil, de vecinos alarmados por la inseguridad o de sectores marginados (piqueteros de distinto tipo, etc.) y que también sea ese el método principal adoptado por el actual movimiento de resistencia rural.

Dato 17
Es verdad que esa modalidad de la protesta social viola normas legales vigentes, afecta a sectores y personas que no son directamente responsables del motivo de la protesta, suscita divisiones y enfrentamientos artificiales y crea un clima de violencia que no condice con una sociedad democrática; pero también es verdad que la tolerancia y la complicidad con esos comportamientos contrarios a la ley fue una constante de los gobiernos de los Kirchner.

Dato 18
También hay que admitir que en la Argentina llevamos ya décadas de paulatino y severo debilitamiento de los niveles de organización política y social de la comunidad nacional, con la consecuente degradación del pueblo a la condición de masa, en un marco universal de creciente pérdida del sentido trascendente de la vida, de compromisos cada vez más efímeros y de una plétora material que coexiste con un páramo de valores; por todo lo cual no sorprende que en la Argentina de los últimos años hayan pasado a ser conductas habituales la extensión de la anomia (la falta de apego a normas de convivencia), el incumplimiento de las normas legales y constitucionales y las reiteradas y avaladas actitudes contrarias a la moral y a las buenas costumbres (valores cuyo mero enunciado suena a ironía por el generalizado rechazo a los mismos impuesto por el relativismo)

Dato 19
La cultura que aún predomina en la Argentina interior se sustenta en valores tradicionales (el patriotismo, el arraigo, la familia, el trabajo, el cumplimiento de la palabra, la religiosidad, etc.) a la vez que tiene inscriptas ciertas pautas (resistencia al cambio, individualismo, renuencia a la organización gregaria, distanciamiento de la “ciudadanía”), en una combinación que da cuenta de sus fortalezas y debilidades. Como ya se ha dicho en muchos comentarios periodísticos, el actual movimiento de resistencia de la Argentina interior semeja a la reacción violenta del manso que, cansado de ser agredido, rompe todos los límites y adquiere virulencia inusitada.

Dato 20
Por último, vale destacar el papel que en ese movimiento de resistencia viene jugando la corriente Pampa Sur (integrada, entre otras compañeras y compañeros, por María del Carmen Alarcón, Miguel Saredi y Miguel Pinedo), que se propone ser expresión política de ese sector real de nuestra comunidad que es la Argentina interior y en especial la Argentina rural, lo que en buena medida van logrando. Conviene tener en cuenta que, sobre todo desde la restauración democrática de 1983, el liderazgo político fue expresión de una representatividad social (la hegemonía de Lorenzo Miguel y la rama sindical sobre el Justicialista entre 1983 y 1987) y que quienes primero ejercieron liderazgos nacionales (sobre todo Raúl Alfonsín y Carlos Menem y en menor medida, Eduardo Duhalde) surgieron de un duro y largo cursus honorum realizado en la Unión Cívica Radical y el Partido Justicialista, que aún eran expresión orgánica de la identidad política de grandes mayorías del pueblo argentino. Se abrió luego un ciclo en el que los liderazgos políticos emergentes fueron resultado de operaciones de construcción de imagen en la opinión pública, en las que poco o nada tenía que ver la representación de sectores sociales reales, la historia militante o el cursus honorum
en los partidos políticos. Son los casos de Ramón Ortega, Carlos Reutemann, Daniel Scioli, Mauricio Macri o Francisco de Narváez, por mencionar los más epigramáticos. Entre ambos están las figuras de Néstor y Cristina Kirchner, cuyo poder político es innegable y que realizaron algún cursus honorum en el PJ, pero que no accedieron al poder por ello sino por la convergencia del estallido del 2001 y las circunstancias extraordinarias que se dieron en las elecciones presidenciales del 2003 y se mantuvieron en el poder, no tanto por ser expresión de un sector económico-social preexistente en la Argentina real (por caso, los capitalistas prebendarios), sino por haber construido desde el gobierno su propio sistema de poder económico-social y por tanto político. A la luz de lo dicho, la experiencia de Pampa Sur tiene el mérito de que busca una posición de liderazgo a partir de ser la expresión política de un sector tan real de nuestra patria, cual es la Argentina Interior y en especial los sectores del campo argentino.

Conclusión Esperanzada
El conflicto que hoy enfrenta al gobierno nacional con la Argentina Interior, al menos en el corto plazo, no es probable que se resuelva en favor de una de los dos voluntades enfrentadas por la derrota de la otra, en tanto los voceros de la Argentina interior no parece que puedan reunir una cuota de poder político suficiente para derrotar al gobierno y éste carece de una política que complemente su uso de la “caja” y pueda desarmar la sedición en su contra.
Pese a las loables intenciones y a los valiosos esfuerzos de algunos actores del movimiento de resistencia de la Argentina interior (verbigracia, el caso ya mencionado de Pampa Sur), nos parece difícil que, al menos en el corto plazo, puedan tener un programa, una política y un liderazgo capaz de atraer, expresar, contener, organizar y movilizar a sectores significativos de las grandes ciudades (en especial, al movimiento obrero) y sin esas adhesiones es difícil que la protesta pase del nivel de la resistencia al de erigirse en alternativa real de poder, con posibilidades de triunfo frente al kirchnerismo.

Por su lado, el gobierno no termina de encontrar una respuesta política para dividir, debilitar y desprestigiar a ese movimiento de resistencia a sus medidas y es sintomático que desde la Casa Rosada se siga recurriendo a sus piqueteros adictos (por caso, Luis D´Elia y Humberto Tumini) para enfrentar al movimiento de resistencia rural con un discurso limitado a gastadas consignas contra la “oligarquía insensible y golpista de la Sociedad Rural”, que pronto quedan desarboladas por el hecho que, con la SRA, coinciden CRA, Coninagro y sobre todo la FAA.

Si ese equilibrio inestable se mantiene, aunque se modifiquen algunas de las formas de lucha adoptadas por los contendientes, el escenario inmediato más previsible sería la continuidad del enfrentamiento sin que se impongan un ganador y un perdedor netos y la historia sugiere que el peor de los conflictos es el que se prolonga en el tiempo sin llegar a dirimirse a favor de una de las fuerzas que lo protagonizan, ya que ello lleva a quedar encerrado en un laberinto sin salida.

Un laberinto que se agravaría si, como dijimos en el Dato 15, el desabastecimiento de alimentos u otras circunstancias llevaran a la clase media urbana a lanzarse a realizar cacerolazos de protesta al estilo del 2001, reclamando otra vez “que se vayan todos”
Existe la posibilidad de salir de ese laberinto por arriba en la medida en que los argentinos sepamos aprovechar las condiciones que ofrece la situación internacional para que nuestro país, utilizando en plenitud los recursos naturales, humanos y tecnológicos con los que contamos, hagamos que el boom de la soja se extienda a otros bienes alimenticios (carnes, lácteos, papas y comidas congeladas) y así seamos capaces de generar riqueza, empleos y buenos salarios, aplicando ideas que ya habían expuesto Juan Domingo Perón y Ramón Carrillo en el Primer Congreso Argentino de la Alimentación de 1949.
En una próxima nota presentaremos propuestas concretas acerca de ese camino, que puede llevarnos a salir por arriba del laberinto en el que tiende a encerrar al país el actual conflicto entre el gobierno kirchnerista y la Argentina interior.

Buenos Aires, 25 de marzo de 2008

marzo 24, 2008

EL MODELO SE AGOTÓ por Claudio Chaves

La lucha que en estos días lleva adelante el sector agropecuario pone en jaque al gobierno nacional. El núcleo cuestionado por las espontáneas movilizaciones, las retenciones, apunta al corazón del modelo instituido por el Doctor Duhalde, en enero del 2002, luego de la devaluación y la pesificación asimétrica de las deudas, sin límite en su monto.


Frente a la formidable devaluación del 300% y la pesificación asimétrica (novedosa y llamativa medida para licuar las deudas del empresariado ineficiente que pagaron los asalariados urbanos, desocupados y jubilados) el gobierno de aquel entonces instituyó las retenciones para paliar la crisis social y morigerar lo escandaloso de aquellas medidas. Devaluación y retenciones fue la cara y seca de la misma moneda. Hoy esto ha variado. Ya no es solo el valor del dólar el que determina las enormes ganancias sino el crecimiento de los precios de nuestros productos exportables. No es la decisión política del gobierno sino las condiciones del mercado internacional lo que determina las enormes ganancias.

En rigor hoy el dólar no tiene el valor de aquellos años de despojo. No es que le falten ganas al gobierno nacional y a la UIA (que propició el modelo) de llevarlo a aquellos valores de locura. Pasa que un impulso hacia arriba descerrajaría una inflación incontrolable. De modo que los industriales ineficientes lo que piden no es más devaluación, sino subsidios que le permitan bajar costos y tener competitividad internacional: gasoil barato, electricidad barata, gas barato, peajes baratos, salarios baratos, transportes baratos, pocos impuestos, etc.


El 11 de marzo la UIA se reunió con la Presidenta, el Ministro Lousteau y Julio De Vido en el encuentro se decidió implementar políticas más equitativas del ingreso nacional. Al día siguiente el Ministro de Economía anunció el aumento de las retenciones. Por su parte la UIA aseguró que su problema no era el tipo de cambio sino encontrar una manera de achicar los costos para hacerlos competitivos. El plan estaba pergeñado.


El nuevo conflicto industria-campo no se da entre sectores sustitutivos ("burguesía nacional") y "oligarquía ganadera" como en los años 50 y 60 sino entre industriales exportadores y agroindustria exportadora.
Es que el campo sigue siendo competitivo a nivel internacional no sólo por la riqueza natural sino por la formidable revolución productiva de los años 90'. Quedando rezagados los sectores industriales exportadores.

A esta realidad el gobierno le suma una mirada ideológica que complica aún más la cuestión. Anclados en un discurso vetusto consideran al campo un sector capitalista no productivo, rentístico y a los industriales la expresión genuina del capitalismo portentoso. A esta mirada se suma el progresismo insulso que defiende los mercados cerrados como antídoto a la globalización depredadora.
No son estos los únicos inconvenientes. El agro debe suministrarse insumos a valor dólar mientras que sus ganancias se efectivizan al mismo valor menos las retenciones. Para algunos esta actitud del gobierno es justa. Frente a las formidables ganancias del campo (dólar medianamente alto, precios por las nubes) se hace necesario compartirlas con el resto de la sociedad. Claro mediatizado y dirigido "justa y asépticamente" por el Estado Nacional.
De estos dos aspectos, los precios, gracias a Dios, no son manejables por el gobierno argentino, de modo que son excelentes. El otro aspecto el valor del dólar (promovido por el gobierno en virtud de su modelo productivo) genera los inconvenientes de una doble moneda: desacopla el mercado interno del mundial. Entonces suceden las prohibiciones para exportar.


El dólar alto y las retenciones para subsidios a la industria ineficiente o los servicios "intervenidos" es el núcleo del modelo.


El distribucionismo arbitrario de la renta nacional mediante ATN o decisiones de inversión en tal o cual cosa, en tal o cual provincia responde al viejo paradigma de la centralización y la planificación estatal y en nuestra historia al unitarismo más recalcitrante. Supone que el Estado es la herramienta eficaz de igualación de oportunidades. Una ingenuidad mal intencionada. No es el lugar para desarrollar la teoría del Estado. La libertad genuina, la descentralización y el poder en la gente es el mejor antídoto a la injusticia social en un mundo donde se ha venido abajo, por ineficiente, el Estado igualador y las teorías de la salvación por todos.


Así las cosas el conflicto se halla en un punto de difícil solución. Solución que seguro llegará sin satisfacción para ninguno de los sectores en pugna. El campo continuará huérfano de conducción política y el gobierno asediándolo cada nueva oportunidad.

UNA NUEVA ALIANZA SOCIAL

Luego de cuatro años de kirchnerismo y su continuidad, decidida por el voto espontáneo de la gente estamos arribando a un punto de inflexión.

Va quedando claro, como solo la experiencia cotidiana puede lograrlo, la verdad de la milanesa. En el camino se recuestan los heridos.
Es evidente que hay sectores en el país que nunca contaron con la simpatía del gobierno. Se les hizo notar en reiteradas oportunidades la hostilidad manifiesta. Entre ellos podemos enumerar a las Fuerzas Armadas, de Seguridad, la Iglesia y un sector del movimiento obrero. A poco andar el campo devino en enemigo. En las últimas elecciones se apartaron los sectores medios urbanos de las grandes ciudades.


Si a estos le sumamos los sectores más postergados, sufrientes de los severos problemas de seguridad y drogas que el gobierno, por razones de conciencia o ideológicas no puede resolver, tenemos un enorme arco social capaz de alzarse democráticamente con el poder si los sectores políticos no gubernamentales miraran con profundidad la crisis argentina y fueran capaces de ponerle letra a un programa mínimo.


Es evidente que en esta nueva construcción política no puede faltar el peronismo que ha entendido que el mundo ha cambiado luego de 1989. Este peronismo debe zafar de la trampa a que lo ha llevado la fraudulenta reorganización del partido. Reorganización que se hizo desde el centro del Estado para maniatarlo y silenciarlo. El peronismo de provincias debe reaccionar. Tiene la obligación de hacerlo sino será superado por los hechos.
Al igual que en el 2002 cuando los gobernadores justicialistas mediante los 14 puntos orientaron al Presidente Duhalde, hoy debieran dar alguna seña por que persuada al gobierno nacional a un replanteo de sus pasos y volver a un clima social sin tanto enfrentamiento y asperezas.

marzo 17, 2008

MÁS ALLÁ DEL PJ

Aprovechando el receso de Semana Santa y mientras se afinan las estrategias para lograr un auténtico proceso de reorganización democrática, convendría reflexionar sobre la calidad de las organizaciones peronistas no gubernamentales -fundaciones, institutos y grupos o sociedades- destinadas al estudio de políticas públicas y a la formación de nuevos dirigentes.

Es bueno tener en cuenta que una vez reorganizado el PJ y con las distintas líneas representadas en la competencia electoral, la mayor diferencia fuera de la calidad carismática de algunos cuadros, será dada por el conocimiento. Si Perón fue un gran planificador y un estudioso conciente de los problemas de Estado y sus políticas públicas -recordar el importantísimo rol de Figuerola-
sus seguidores no se han caracterizado siempre por el mismo rigor, siendo el de Menem un caso aparte ya que con gran tino recurrió al creador del mejor think tank argentino.

El mismo Kirchner que lanzó mucho antes de soñar con ser Presidente su grupo Calafate, una vez llegado al poder se olvidó de su propio aparato de sostén intelectual, independiente del Estado, prefiriendo la tarea desorganizada bajo su conducción de cuadros dispersos en el Gobierno, muchos de ellos con una formación muy precaria en el conocimiento y diseño de políticas públicas eficientes. Es de suponer que ahora que tiene más tiempo, además de tratar de consolidar su línea K dentro del PJ, dedicará también parte de sus infinitos fondos a crear un verdadero think tank -quizá la misma Fundación Calafate- y a formar cuadros. No sabemos, en cambio, qué va a hacer su oposición dentro del PJ, ya que hoy no cuenta con un think tank semejante dedicado a ser su soporte intelectual. Las ideas de gestión alternativas a las de los Kirchner no tienen hoy un espacio nacional de estudio y análisis y esta es una carencia tan grave para los opositores como la de la falta de representatividad en el PJ.

Es posible que el PJ coagule en su estatizada forma PK, y es posible que se abra a un auténtico juego democrático. En un caso y en otro, una importante mayoría de peronistas no kirchneristas tendrá esta vez, junto a la demanda de un espacio propio, una exigencia infinitamente mayor a la del pasado: tener líderes y representantes que no sólo los expresen en su doctrina e ideología sino que tengan el conocimiento necesario para hacerlas valer. No pedirán sólo individuos carismáticos, pedirán equipos muy profesionales y coherentes, Recordarán que el fin de la vieja política significa no el fin de los políticos sino el fin de los políticos improvisados y que el ingreso a la nueva política pasa por una gestión racional posterior al conocimiento profundo de los problemas públicos. Si el peronismo fue siempre un sentimiento, ahora deberá ser, además, un conocimiento.

Más allá del espacio PJ, hay un espacio intelectual que también debe ser ocupado, y pronto. Una vez en el gobierno, las batallas sólo podrán ganarlas los capaces. ¿O acaso las batallas que el actual gobierno ha comenzado ya a perder no son el producto de su incapacidad profunda y de su infinito error por falta de conocimiento?

marzo 09, 2008

LA REALIDAD, ESA TRISTE VERDAD

El General precisa la ayuda de Serrat para definir lo que por ahora no tiene remedio, la impronta K en un PJ que, dentro de los mismos parámetros del dedo autocrático, se encamina ya hacia internas para elegir autoridades partidarias el próximo 18 de mayo.

Sin embargo, para las elecciones presidenciales de 2011 se firmó un acuerdo por el cual el candidato presidencial se elegirá en internas abiertas. Ya que todos, incluso el mismo Kirchner, reconocen que los padrones del PJ están caducos, por qué no adelantar el espíritu democrático del 2011 al mes de mayo de 2008, asumiendo que todos los ciudadanos que concurriesen a votar podrían ser ciudadanos en busca de un gran partido al cual afiliarse y en el cual influir, o bien ciudadanos activos y atentos al desarrollo democrático de una de sus instituciones políticas básicas. Más aún, como hay muchos PJ provinciales en idéntica condición de irrepresentatividad, mayo sería una excelente ocasión para renovar las autoridades partidarias en todo el país.

Por supuesto, es imposible que esto ocurra, porque Kirchner ha acumulado más poder que los casi cuarenta millones de argentinos desmovilizados por falta de otro liderazgo, aunque sólo fuese por ahora una junta unificada de líderes opositores. El PJ se organizará entonces de acuerdo a lo que Kirchner mande y no a lo que al resto de los argentinos les convenga. Este libreto permanecerá inalterable a menos que algunos de los que representan legalmente a estos argentinos en la actualidad, léase, diputados, senadores y gobernadores, acompañados por aquellos que los representaron alguna vez, se alcen con toda la energía política y las armas legales disponibles e impidan este nuevo ataque a una verdadera democracia.

La reorganización del PJ puede hoy parecer un tema que sólo interesa a líderes o militantes relegados de un PJ que de todos modos nunca tuvo buena prensa en amplios sectores de la sociedad. Mañana, cuando el primer y más importante partido de la Argentina pase a formar parte de la Internacional Socialista y cuando la administración pública argentina termine de homologarse con la de Venezuela, el error de no haber intervenido a tiempo allí donde está el núcleo del futuro poder, se hará sentir, ya no en el peronismo, sino en el resto de la comunidad.

Hablando del General ¿quién lo cuida en San Vicente? No vimos a los Kirchner muy interesados en protegerlo cuando trasladaron sus restos. Hoy se acuerdan de él para reclamar su herencia institucional. Esperemos que el auténtico heredero haga oír su voz, con ese tono habitual del escarmiento y no con el falsete nasal de la obsecuencia escuchado el último viernes.

marzo 01, 2008

LAS FINANZAS DEL PJ

Hablar de las finanzas de un partido que ha estado al borde de la desaparición jurídica puede parecer ocioso, pero es un modo más de evocar uno de tantos robos provocados por la amañada intervención. Además de la posibilidad negada a los afiliados de competir y votar en las internas de su propio partido sin tener que emigrar, el congelamiento del PJ sirvió para que los aportes del Estado vayan ahora al Frente para la Victoria, agrupación política que usufructuó los votos robados. ¿Quién va a mantener ahora al PJ, seguramente en quiebra, hasta las próximas elecciones? Y de modo más general, ¿por qué desde algunos ministerios se admite privadamente que la corrupción institucionalizada sirve para mantener a la misma política, expresada en individuos o en partidos?

No se trata sólo de la ya famosa mítica valija con los dólares venezolanos destinados a la campaña presidencial que ya hace compañía en el imaginario público a la otra famosa valija de Amira, sino de una discusión mucho más profunda acerca de cómo es usado el dinero público. Si la justicia argentina no es confiable y si el ejecutivo promueve la trampa como sistema útil a su proyecto político, no hay otro modo de ejercer presión más que a través de instituciones privadas.

El PJ es una institución privada, y la presión pueden y deben ejercerla sus afiliados, también activos en cuanto a la renovación del padrón y al respeto de las reglas orgánicas del partido. Por otra parte, organizaciones no gubernamentales y apartidarias, con gran prestigio local e internacional, como el CIPPEC y la recientemente premiada Fundación Atlas, deberían ser auditoras y veedoras de la transparencia en la reorganización del PJ. Estas instituciones podrían también colaborar con los afiliados peronistas, desorganizados desde que se ha eludido organizarlos desde el mismo partido, y orientarlos a una participación jurídica activa y eficaz que los restituya en su derecho de únicos dueños legítimos de su histórico partido. Tal vez Transparency International que supo colaborar con el gobierno en otros temas quiera ahora también aportar su cuota para la transparency local.

Todos sabemos que en el fondo sólo se trata de las luchas entre dos proyectos contrapuestos en lo político, lo económico y lo geopolítico y que cada actor político hará siempre todo lo posible para llevar agua a su molino, pero las reglas que unos y otros acordamos fueron las del juego democrático dentro de instituciones limpias y no las del asalto desde el Estado sobre la vida civil. Desde Duhalde, con su ataque a la institucionalidad, a la moneda y a los contratos privados entre los argentinos y entre argentinos y extranjeros, la vida política argentina cruzó una raya y nunca más regresó a la legalidad. Con lo cual se advierte claramente que uno de los dos proyectos jugó sucio al país y a los argentinos y, de paso, proyectó de modo psicopático su culpa sobre el modelo que pretende sustituir. Ese estilo del juego sucio en un modelo que de otro modo no contaría con el favor de la mayoría de los argentinos, ha resultado perdurable pero da la impresión de que debería terminar ya, antes de que termine con el resto de la esperanza que le queda a la Argentina de sobrevivir estratégicamente y no dentro de la táctica de la soja y el petróleo caro.

Mirar el PJ desde el punto de vista amplio de sus finanzas y analizando qué es legal y qué no en la vida política democrática plena que todos los argentinos nos merecemos, es una discusión colectiva pendiente.