AVISO

A partir del 1° de Diciembre, este foro cesa su actividad, atento a que la nueva etapa de formación de líneas alternativas dentro del peronismo requiere, más que la ya agotada discusión acerca del PJ, un trabajo específico de análisis y propuestas que puedan fortalecer a los nuevos liderazgos peronistas liberales.

Nuevas notas en nuestra nueva página:

PERONISMO LIBRE
LA REVISTA DEL PERONISMO LIBERAL
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EL RENACER

Con el kirchnerismo en aún no asumida retirada, un nuevo sol peronista viene asomando. Que los rayos provengan de un Felipe Solá con su habitual respeto por el poder real y la ambición de, siempre, ganar; o de un Reutemann que adhiere a su tenacidad un nuevo espíritu emprendedor; o de los gobernadores, jefes de partidos provinciales, ex presidentes y ex gobernadores reunidos en el marco de un Peronismo Federal, lo cierto es que los días del PJ ocupado autoritariamente por el kirchnerismo y cerrado a la participación democrática están contados.

Hace un poco más de un año, este foro nacía para reclamar para la totalidad del peronismo y de sus aliados tradicionales, un Partido Justicialista ordenado que cumpliera con su rol de gran partido nacional y permitiera un juego bipartidista, compitiendo con el Partido Radical con sus aliados tradicionales. Poco a poco, hemos visto al Radicalismo, el Socialismo y la Coalición Cívica ir haciendo su parte dentro de este esquema. Debido a la pésima conducción de Kirchner, a la paralización de la actividad democrática dentro del partido con el consentimiento de la Justicia Electoral y al deplorable desempeño del equipo de gobierno, el PJ real se encontró imposibilitado de iniciar este proceso. Las elecciones adelantadas han vuelto a ponerlo en primer plano, obligado a competir nuevamente con el PJ trucho de los Kirchner.

Hoy, los fragmentos del PJ real, el no kirchnerista, han comenzado a encontrar el marco de su articulado y si bien en muchos distritos deberán aún actuar con el nombre de diversos frentes, se dibuja otra vez claramente el armado nacional del gran partido.

La reconquista del aparato formal y legal ha comenzado y quizá todo suceda más pronto que tarde, en esa típica aceleración argentina antes de cada abismo histórico, cuando unos quieren saltar al vacío, y otros, con más realismo, simplemente al otro lado, de donde no se debió nunca partir.

marzo 28, 2009

Panorama político nacional de los últimos siete días

El cambio que viene
por Jorge Raventos

Después de conseguir que el Congreso le avalara el cambio de las reglas de juego electorales (es decir: el adelanto de los comicios de octubre al domingo 28 de junio) el gobierno de la señora de Kirchner consideró oportuno avocarse al tema de la inseguridad, que ocupa desde hace años el primer puesto en el ranking de las preocupaciones ciudadanas. El ministro del ramo anunció un plan que beneficiará a las provincias de Buenos Aires y Mendoza, que incluye la adquisición de equipos sofisticados de localización satelital, teléfonos cerebrales y automóviles, así como la incorporación de varios miles de efectivos.

Por más dudas que pueda despertar su efectiva aplicación, los anuncios representan una reorientación del oficialismo en la dirección correcta. Por más que la propia presidente, varios de sus ministros–en primer lugar, el responsable del área- y hasta algún miembro de la Corte Suprema declaren que la inseguridad es una sensación y culpen al periodismo de suscitarla, el viraje de la Casa Rosada representa una autocrítica práctica: hay que recordar aquella advertencia que seis años atrás Néstor Kirchner les hizo a los líderes empresariales de España: “No se fijen en lo que digo, sino en lo que hago”.

Que la inseguridad no es una alucinación colectiva ni un embeleco fraguado por los medios quedó claro esta misma semana, cuando se conocieron las cifras del delito en territorio bonaerense acreditadas por la Procuración General de la Suprema Corte provincial. Los delitos cometidos en la provincia de Buenos Aires crecieron en un año 15,5 por ciento. El ministro de Justicia, Ricardo Casal, amplió el cuadro: el 35 por ciento de los casos correspondió a delitos graves, no excarcelables. Evidentemente, la inseguridad no es un espejismo.

El gobierno tiene un amor no correspondido por las estadísticas: el INDEC ofrece cifras imaginadas sobre precios, pobreza o empleo y las autoridades las toman al pie de la letra. En cambio, se muestran escépticas ante las cifras de la realidad cuando registran crímenes, violaciones, robos. O casos de dengue.

Dicen que la primera víctima de las guerras es la verdad informativa. Y lo cierto es que el gobierno se encuentra en estado de guerra. Casi podría decirse que este ha sido su estado normal, a juzgar por el espíritu y los modales confrontativos que han caracterizado a los dos miembros de la sociedad presidencial a lo largo de su ya extensa gestión.

Que la información sufre en esas atmósfera quedó claro esta última semana, cuando una mano negra, aún no identificada, se dedicó a interferir, empleando una costosa y alambicada logística, las emisiones de radios y canales ligados al grupo Clarín.

La proximidad del desafío electoral (la encrucijada cruel del cuarto oscuro) vuelve más intensos aquellos rasgos conflictivos: Néstor Kirchner declara al gobierno acosado por fuerzas “destituyentes”, que sus teóricos caracterizan como “el complejo agromediático”.

Pocos días atrás, los obispos argentinos reunidos en asamblea expresaron su alarma porque observan “alterada la paz” de la Nación. El testimonio de la Iglesia refleja con moderación el estado del país. Desde hace más de un año se asiste al terco enfrentamiento del poder central con la cadena de valor agroalimentaria; esa confrontación, que procura asfixiar al sector económico más extendido internamente y más competitivo internacionalmente, paraliza y daña la producción, el empleo y el consumo de la Argentina, empezando por el interior.. .

El aumento de las tensiones y el incremento de la violencia son manifestaciones de la naturaleza e intensificación de una crisis que, como lo ha manifestado el propio esposo de la presidente, coloca a la Argentina en situación de ingobernabilidad. Si bien se mira, la brusca modificación de la fecha de los comicios y las insinuaciones de renuncia en caso de derrota confirman la convicción del gobierno de que no puede ejercer su gestión dentro del régimen institucional y revelan y explican su apuesta a crear una nueva base y un nuevo punto de partida desde una opción plebiscitaria. Cualquiera fuese el resultado de ese buscado plebiscito, su existencia es la constatación de que estamos ante el crepúsculo de una etapa, ante el final de un régimen político.

Los tiempos de crisis mundial suelen caracterizarse por la tensión a la que someten a los sistemas políticos. El gran antecedente de la crisis actual, la crisis de 1929/30, se llevó en cuatro años 17 gobiernos de América Latina. El signo de la ruptura no fue la homogeneidad ideológica: en la Argentina un general de ideas nacionalistas, José Félix Uriburu, sustituyó a Hipólito Yrigoyen; en Chile, se instauró la “República Socialista” encabezada por el general de aviación Marmaduke Grove, en Brasil, la insurrección “gaúcha” de Getulio Vargas. En todos los casos, más allá del signo político, hubo intensificación del conflicto interno, crisis de legitimidad institucional, en el contexto de una crisis mundial.

Aunque vivimos tiempos de gran turbulencia planetaria, la situación de Argentina no es un mero epifenómeno de algo que ocurre “afuera”. La crisis financiera global impacta en todas las regiones y países, pero con intensidad diferenciada según las condiciones internas y la naturaleza de los vínculos con el sistema mundial.

La crisis afecta a todos los sistemas políticos sin excepción y se transforma en “inestabilidad” o ruptura cuando la intensidad del conflicto no puede ser procesada por los sistemas políticos nacionales, debido a su debilidad institucional y a su frágil legitimidad.

A diferencia de algunos países de la región (Chile, Brasil, Uruguay), cuyos sistemas políticos tienen por debajo de una red, más o menos densa, de acuerdos y consensos, el sistema argentino no cuenta, por debajo del dispositivo hegemónico implementado por Néstor Kirchner, ningún acuerdo nacional que le dé sustento. El propio mecanismo por el cual se decidió el anticipo electoral, sin consultas previas al conjunto de las fuerzas participantes, la anemia del sistema federal o las recurrentes gambetas del Ejecutivo al Congreso son muestras de ese hueco. La Argentina es un país de instituciones débiles que por cierto no se fortaleció en estos años. El sistema de poder de los Kirchner está debilitado y debajo de él no existe acuerdo político alguno. La alarma de los obispos está muy justificada.

marzo 27, 2009

Y AHORA LE TOCA AL VECINO

Al lograr el adelanto de las elecciones, el Poder Ejecutivo vuelve a atacar a los argentinos con el pretexto de defenderlos cuando sólo busca defenderse a sí mismo. El Poder Legislativo aprueba el ataque: la mayoría de diputados lo avaló, y también una sorprendente mayoría de senadores. El Poder Judicial, en particular la Justicia Electoral, podría intervenir, deteniendo unas elecciones que no permiten internas y con un PJ en estado irregular, pero no va a hacerlo: hace tiempo que come de la mano del amo y ¿por qué habría de morder ahora, en tiempos inciertos?

Tampoco funciona como debería el peronismo opositor al Poder Ejecutivo: no usa la palanca que podría ejercer la fuerza precisa en el PJ, allí donde el ejecutivo se ha refugiado para predominar e impedir a esa oposición el uso del poderoso aparato nacional. Existe un PRO, mérito exclusivo de Mauricio Macri, y alianzas parciales, pero nada que se parezca a un reclamo específico por un PJ que, sin embargo, permanece leal al pueblo en muchos de los distritos.

Por lo tanto, los argentinos sólo contamos con nuestras propias fuerzas, y como aún permanecemos dentro de una democracia representativa, sólo podemos torcer el curso de esta triste historia, eligiendo mejor a quienes nos representen y, sobre todo, no convalidando con el voto a quienes desde el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo no han dejado de actuar en contra de nuestros intereses.

Somos millones y estamos solos. Las elecciones adelantadas servirán para mostrar, más pronto que tarde, lo que pensamos de los tres poderes y para marcar, tal vez, la recuperación de uno de ellos, el Poder Legislativo, para que nos represente con lealtad. ¿El Poder Ejecutivo tan preocupado por la gobernabilidad adelantará también la jura de los nuevos representantes votados en junio o estos deberán esperar seis meses hasta poder servirnos?

marzo 21, 2009

DEBATE

EL PJ CAPITAL

Nadie sabe si es Alberto Fernández quien sigue a cargo de él ni si piensa llamar a internas, contradiciendo a su ex (?) jefe Kirchner y aunque este apure el paso para que nadie pueda siquiera reclamarlas. En todo caso, son unos cuantos compañeros los que nos preguntan acerca del destino del Partido Justicialista en la Capital y muchos los que quisieran afiliarse, organizarse y participar en internas. Este foro recibe regularmente cartas de compañeros que no saben dónde concurrir ni a quien recurrir para afiliarse y muchas quejas acerca de la falta de canales de participación. ¿Dónde está la militancia? preguntaba uno hoy, y apelaba a la memoria, al recuerdo de los viejos tiempos, cuando se construían estructuras organizativas.

En algunos distritos, el PJ funciona bien. En la Ciudad de Buenos Aires, que debería crear tendencia en materia de propuestas, no hay atisbos de cambio. El Peronismo disidente con criterio pragmático ha cedido el territorio al PRO, pero aún el PRO se beneficiaría con una alianza orgánica con un PJ reestructurado. Ni qué hablar de otros partidos que tuvieron en el peronismo su aliado natural a partir de los 90, como la UCD y Acción por la República, del mismo modo que los conservadores en los '70, y que hoy permanecen paralizados. Por otra parte, el peronismo porteño de izquierda disconforme con Kirchner, tampoco parece tener cabida allí donde nació (pensemos, por ejemplo, en Pino Solanas).

Este foro ha sido bastante claro en plantear la necesidad de abrir el PJ a la vida democrática y de permitir a aquellos que quieran ser parte de él, el derecho a elegir y ser elegidos. Esta es una primera meta, común a todos los fragmentos no kirchneristas hoy dispersos en la Capital y en el país.

También en este foro hemos priorizado nuestro rescate de los '90 peronistas y del éxito de la fusión peronista-liberal que debería profundizarse y perfeccionarse. Sin duda, este pensamiento no expresa la totalidad del peronismo y por eso aspira a ser una de las líneas internas que compitan en una futura reestructuración partidaria. Estamos convencidos de que el PJ solo puede reformularse a partir de internas donde se juegue el resto histórico del peronismo, y donde se elija lo que mejor sirva para conseguir la grandeza de la Nación y la felicidad del pueblo. Hay que competir para que predomine lo mejor, lo funcional al momento histórico.

Si al kirchnerismo le cuesta aceptar el camino democrático, mala suerte para ellos, porque el peronismo viene bregando por su existencia y su libertad desde hace unos cuantos dictadores. Si a los no peronistas, de la Capital Federal en especial, les cuesta aceptar que el peronismo también expresa la libertad, lo mejor que podemos hacer es mostrar a la ciudad de Buenos Aires y a la Nación que entre nosotros nos respetamos, debatimos, y HACEMOS INTERNAS dentro del partido correctamente institucionalizado que el General Perón reclamó, terminada ya la revolución justicialista.

Hoy el PJ es Kirchner: ¿es entonces el momento de replantear el PJ sin ser funcional a las divisiones que Kirchner pretende introducir en la comunidad para seguir prevaleciendo?

En el territorio de la Ciudad de Buenos Aires: ¿debería el peronismo disidente hacer una alianza explícita con el PRO pensando en un futuro cercano en el cual se recupere el PJ Capital?

Estamos en un momento preelectoral, confuso e incierto, pero preelectoral al fin. ¿Qué hacer en la Capital? ¿Y qué en la Nación, que ofrezca a los argentinos algo de nuestra antigua solvencia y solidez?

Panorama político nacional de los últimos siete días

Sonata otoñal
por Jorge Raventos

Es natural que el mes de marzo suscite evocaciones otoñales: los árboles pierden la verde lozanía que unos meses antes se creía eterna; las hojas amarillean y caen, melancólica metáfora de la finitud.

En la quinta de Olivos el esplín de la estación parece provocar tempestades cerebrales: una incesante producción de ocurrencias que adoptan vertiginosamente el formato de medidas, decretos, anuncios y parecen imaginadas para detener el paso del tiempo o, al revés, acelerarlo, como si la consigna no fuera esta vez aquella que Alvaro Alsogaray forjó medio siglo atrás (“hay que pasar el invierno”), sino una variante invertida: llegar al invierno; si fuera posible, eludiendo el imperdonable otoño. Del otro lado de los ventanales de la quinta, sin embargo, la única verdad sigue siendo la realidad: el amarillo se extiende, implacable; las hojas no dejan de caer.

Por momentos el activismo de Néstor Kirchner crea la ilusión de que el proceso pueda detenerse y modificar su sentido. El tsunami de sus iniciativas (una ventaja que tiene el poder, que juega con piezas blancas) desconcierta. Ocurrió, por ejemplo, cuando envió a su mujer a corporizarse en la primera reunión del año entre el gobierno y la Mesa de Enlace agropecuaria. Muchos creyeron ver en esa movida de la dama una disposición de Kirchner a aflojar su ofensiva contra el campo, una sincera apuesta a soluciones consensuadas. Aconsejados por la buena fe, la cortesía o el candor, los líderes del campo imaginaron una tregua (espejismo que, sin embargo, no hipnotizó a sus bases), pero más temprano que tarde comprendieron que no había allí otra cosa que una maniobra para pialarlos, desunirlos y consumar la venganza por la derrota que el oficialismo sufrió un año atrás.

El viernes 13, el anuncio del adelantamiento de las elecciones (de octubre al 28 de junio, un salto al ansiado invierno y un imprevisto recuerdo de la fecha en que cayó el gobierno de Arturo Umberto Illia) provocó un nuevo desconcierto momentáneo. Inclusive, en un primer momento, algunos referentes de las fuerzas que quieren encarnar la oposición a Kirchner entraron por el aro, como leones domesticados. Igual que antes los líderes agrarios, terminaron replegándose su ingenuidad. Kirchner entretanto avanzaba: juntaba a su tropa en la Cámara de diputados y conseguía media sanción para el anticipo. Simultáneamente, lanzaba otra ofensiva por los flancos: le dio a su esposa a suscribir su tercer decreto de necesidad y urgencia, con la llamada “coparticipación” de las retenciones a la soja. Se trata de un intento de alquilar la solidaridad de gobernadores e intendentes haciéndolos socios en el reparto del botín arrebatado a los agricultores. También aspira a atornillar, con el argumento de esa parte del botín y la ayuda de los gobernadores, a los senadores más independientes de su propio bloque, a varios de los cuales sospecha tentados a la fuga.

Para los gobernadores de provincias que no cultivan “el yuyo”, se trata de un beneficio neto, bienvenido (cuando llegue, eso sí) en vísperas electorales. Para los mandatarios de distritos con fuerte presencia agraria, en tiempos de sequía financiera esos fondos también pueden representar un presente, aunque con mucha proporción de presente griego: por una parte, representan apenas un diezmo de lo que la caja central percibe de esas provincias impositivamente por retenciones; por otra, la tortuosa medida imaginada en Olivos agrava el conflicto del campo, mantiene paralizada la economía de las provincias y las agita violentamente en el campo socio-político. Los productores están que arden ante lo que consideran, con bastante realismo, una provocación.

La Casa Rosada pintó la iniciativa como una medida redistrubitiva y justiciera, y quiso con ella arrebatarle al campo ya no sólo las retenciones, sino la bandera de reivindicación de la Argentina interior que fue central en su larga y victoriosa movilización del año último. Esta vez la operación de los Kirchner no engatusó a nadie: los que la compraron lo han hecho claramente por interés o porque comparten la estrategia de la pareja presidencial. El campo respondió de sobrepique con un paro extenso que no excluye bloqueos de rutas.

Kirchner amplió el alcance de su maniobra en la misma semana: presentó su proyecto de ley para modificar el régimen legal que rige el sistema de medios de comunicación. El titular de la residencia de Olivos (domicilio que figura en el padrón bonaerense) quiere ponerle nombre a lo que suele llamar su “proyecto” a través de lo que define como “el enemigo”. Ese enemigo es lo que un vocero periodístico que escribe lo que él dice (antes y después de que lo diga) ha llamado “el complejo agromediático”. Dispuesto a jugar sus cartas en este otoño y en el curso de la campaña electoral, Kirchner prefiere pintar a la oposición política como un mero epifenómeno de lo que en los años setenta, antes de dedicarse a hacer fortuna en Santa Cruz, llamaba “la oligarquía”.

Si bien se mira, al saltearse sin consulta ni consenso las reglas de juego del Código Electoral, modificar criterios impositivos por decreto, encarar una guerra de exterminio al campo (que es la palanca argentina para salir de la crisis), extender esa guerra al plano de la libertad de expresión y querer definir su campaña, antes que como una competencia con otras fuerzas políticas en el marco institucional, como una cruzada contra “grandes intereses” de los cuales los partidos adversarios serían una mera fachada, Kirchner está otorgando una naturaleza al conflicto que trasciende lo institucional. Se trata de un conflicto total, que se despliega antes, durante y después de las elecciones, en el que el propio Kirchner bloquea toda posibilidad de una solución de consenso entre las partes. Como lo ha escrito su vocero periodístico informal, todo “permite sospechar que, en algún momento, uno de los dos términos excluirá al otro”.

Kirchner se prepara para esa guerra tratando de impedir la retirada de sus propias tropas (lo que le cuesta, en todo sentido, y a veces no consigue, ya que sigue habiendo figuras importantes, gobernadores inclusive, que se le desmarcan) y polarizando la política, una conducta que, por obra de las circunstancias y la realidad, deberá ser replicada desde el otro campo.

Kirchner, actuando con indudable realismo, le otorga carácter plebiscitario a los próximos comicios, puesto que el oficialismo pone en juego su mayoría en ambas cámaras legislativas. Otra vez su vocero (cuando todavía pensaba en octubre): “El realineamiento en cierne, que implica tanto riesgo como oportunidad, podría ser el mejor modo de acercarse a octubre, para que el voto popular decida si acompaña o abandona un proyecto de transformación planteado sobre ejes claros”.

Puesto que esta visión está a la vista desde hace semanas (y no hace sino refirmar lo que ha constituido la línea de acción del oficialismo a lo largo de seis años), no tiene demasiado sentido sorprenderse de los dichos del funcionario Emilio Persico, cuando éste, en señal de obediencia debida, dice que “si perdemos la elección le entregamos el gobierno a Cobos y que él se arregle”. Los dichos de Persico son totalmente funcionales a la estrategia de Kirchner, cualquiera sea el camino que adopte tras la elección: contribuye a la polarización y advierte sobre la naturaleza conclusiva del enfrentamiento. Un influyente periodista capitalino escribió, indignado, que “el planteo es perverso porque amenaza con una crisis institucional si el resultado no favorece al oficialismo”. Otro, con más realismo, escribió en el mismo medio, que “nunca habrá concordia verdadera. .. hasta que este ciclo termine”. Es Kirchner quien pone su régimen ante el juicio plebiscitario de la sociedad. Es la realidad –nutrida durante seis años- la que da ese carácter al enfrentamiento. Quien quiere los hechos quiere las consecuencias.

marzo 20, 2009

DECLARACION DEL MOVIMIENTO PERONISTA POLITICO SINDICAL AZUL Y BLANCO

MOVIMIENTO PERONISTA POLITICO SINDICAL AZUL Y BLANCO

Elegimos el azul y blanco como los colores que nos identifican porque son los de la Patria y también los del manto de la Virgen de Luján, cuya mediación invocamos para pedir la protección de Dios sobre nosotros y sobre todo nuestro Pueblo.

Con este Plenario de Lanzamiento del Movimiento Peronista Político Sindical “Azul y Blanco” queremos iniciar un camino que pruebe a todos los vecinos de nuestra Ciudad que hay una militancia política y sindical que no se doblega ante la prepotencia usurera del matrimonio gobernante y que ha dado muestras de lealtad al legado político y doctrinario de Juan Perón.

Estamos convencidos que el peronismo está más vigente que nunca, por lo tanto sigue siendo la identidad política de la mayoría de los argentinos y desde esa convicción queremos aportar a construir un nuevo bloque histórico que articule las fuerzas políticas, sociales y culturales que permitan afrontar la crisis que nos golpea y que tiende a agravarse por la ineptitud del actual régimen hegemónico.

Es necesario que hagamos realidad la convocatoria que nos hiciera el General hace más de 30 años “"Los que ingenuamente piensan que pueden copar nuestro movimiento o tomar el poder que el pueblo ha reconquistado, se equivocan", …"los peronistas debemos retomar la conducción de nuestro movimiento y de nuestro Partido.

No estamos dispuestos a ser instrumento de la ambición de ninguno de los que pretenden convertir nuevamente al peronismo en furgón de cola, no somos la pata de nadie, somos el peronismo que no reniega de llevar adelante nuestras banderas.

Así como el 17 de octubre de 1945 el pueblo rescató a su líder de quienes lo habían tomado prisionero y abrió el camino que llevó a que los argentinos viviéramos los días mas felices de nuestra historia, los peronistas porteños queremos rescatar al Justicialismo de quienes vinieron a destruirlo: el “kirchnerismo”, que no es peronista sino que es usurero, hipócrita, mentiroso, corrupto y autoritario.

Nuestro movimiento no puede continuar subordinado a las ambiciones indebidas de un proyecto conyugal que promueve un capitalismo de amigos e intenta destruir la actividad política, social y gremial.

Para contribuir a superar la crisis que envuelve hoy al planeta y llegó a nuestra Patria, los argentinos debemos cambiar el rumbo errado que nos están haciendo recorrer y que nos viene llevando a una decadencia creciente.

Asumimos que los verdaderos peronistas, para contribuir a ese proceso de cambio, debemos pedir disculpas a los argentinos por quienes invocan en falso el nombre del peronismo para gobernar para sí y para sus amigos y no para todos; quienes llegaron al poder con el voto popular pero adoptan métodos dictatoriales encubriendo con una máscara “progresista” su rostro reaccionario de patrones de estancia patagónica que agravan la pobreza la desocupación y la falta de educación a través de la mentira constante.

Quienes formamos parte del Movimiento Peronista Político Sindical “Azul y Blanco” solo aceptamos ser esclavos de la ley que es el único modo de ser libres queremos que no muera un solo Argentino mas por la inseguridad que nos agobia a todos,

Entendemos las diferencias y valoramos el libre debate, rechazamos todo intento de división en bandos beligerantes e irreconciliables que nos lleva a la desunión de los argentinos, como se intentó hacer con el sector del campo.

Para un Argentino no hay nada mejor que otro Argentino

Nosotros asumimos sin beneficio de inventario la identidad del peronismo con sus aciertos y con sus errores; con sus ideales, su historia, sus mártires, sus referentes y nutridos con el ejemplo de lealtad de José Ignacio Rucci, somos fieles a las vitales enseñanzas de Perón y Evita.

Nos proponemos sumar la sabiduría y experiencia de nuestros militantes veteranos a la energía y empuje de nuestras jóvenes generaciones.

Queremos expresar al peronismo que reconoce como su columna vertebral a los trabajadores y que busca que capital y trabajo contribuyan a hacer una Argentina socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana.

El Movimiento Peronista Político Sindical “Azul y Blanco” invita a las compañeras y compañeros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires leales al pensamiento y el ejemplo que nos legaron Juan y Eva Perón a unirnos para recuperar a nuestro movimiento y su herramienta electoral del vaciamiento doctrinario y político que produjeron Alberto Fernández Néstor Kirchner y los personeros que a cambio de unas sonrisa un banquete y unas monedas entregaron al peronismo a estos impostores.

marzo 19, 2009

UNA NUEVA CRISIS INSTITUCIONAL

por Claudio Chaves


El Gobierno nacional ha decidido adelantar en cuatro meses las elecciones legislativas. Es una jugada desesperada. Quizá salga mal. Entonces será la última.

En febrero de 1976 la Presidenta de la Nación Isabel Perón frente a la grave crisis de gobernabilidad que atravesaba el país decidió adelantar en diez meses las elecciones presidenciales y auto proscribirse de las mismas. No pudo evitar la ruptura institucional que contaba con la simpatía de una gigantesca mayoría. Luego de la derrota de Malvinas el Gobierno, que aseguraba “las urnas están bien guardadas, se vio en la necesidad de adelantar las elecciones y escapar. El país crujía. La crisis de gobernabilidad le estalló en sus manos.

En 1989 el Presidente Alfonsín comprendió que se encontraba en una situación de alto riesgo institucional y convocó a elecciones cinco meses antes.

En cada una de estas experiencias el adelanto de las elecciones respondía a razones de gobernabilidad.

Hay que dar crédito, entonces, a lo que dice Nestor Kirchner, cuando exige gobernabilidad para Cristina. El Gobierno está mal.

Todo lo demás, la crisis mundial o el derecho de la Nación a realizar lo que también hacen algunas provincias es insincero y carece de verosimilitud política.

De esta enorme debilidad política Néstor pretende obtener fuerzas. En sus dos últimos discursos ha instalado la consigna que va ser su caballito de campaña: hay que darle gobernabilidad a Cristina frente al clima destituyente y el caos que sobrevendría a su derrota. Hace lo mismo que aquel marido despechado cuando su mujer decide abandonarlo: si me dejás me suicido, me mato, me arrojo bajo un tren.

El espíritu de auto denigración de Kirchner no tiene límites. Es una sierpe que se arrastra para generar conmiseración.

Las declaraciones de Pérsico (ex dirigente montonero) confirman la hipótesis: someter al gobierno nacional a un plesbicito y si perdemos nos vamos. Que gobierne Cobos y Clarín. Para denunciar luego un golpe institucional y de los grandes medios.

El primer asunto a considerar es que si se van, algo probable, que sea por la negativa de los argentinos a darle gobernabilidad a estos energúmenos.

Deben sufrir una segunda derrota política. La primera fue cuando Perón los echó de la Plaza. (Un mes y medio después afirmó: mi único heredero es el pueblo) pues que sea este pueblo el que, ahora, los derrote. No debe quedar ninguna duda de la legitimidad de su caída.

El segundo asunto es que su probable derrota no debe ser vista como problema sino por el contrario como una solución.

Se equivoca la Señora Carrió cuando advierte que la derrota del Gobierno “será atroz y sin reglas y es previsible una crisis muy grave” Estas palabras meten miedo y juegan a favor del gobierno.

La oposición en la Provincia de Buenos Aires, núcleo de la confrontación, debe ser capaz de demostrar poder político y equilibrio emocional que lleve tranquilidad a los argentinos. La derrota no es una tragedia, es un trámite más de la vida democrática. Esto no se logra sólo con palabras, gestos o tonos sino con la suficiente madurez política que demuestre que hay otras formas de gestionar el poder.

Para ello en la provincia todos los partidos de oposición deben mostrarse unidos en una fórmula que encabece una figura prestigiosa del campo. Para ser más preciso de la Mesa de Enlace. Este gigantesco arco político demostraría que frente al poder del Estado hay otro poder tan o más poderoso capaz de seducir a los sectores más temerosos y a todos aquellos que no encuentran un espacio seguro donde agruparse.

El Gobierno Nacional habla de fractura, enemigos, lucha, enfrentamiento, crisis.

La oposición debe demostrar que se puede armonizar, hablar, consensuar y finalmente gobernar para todos.

LANZAMIENTO DEL PERONISMO FEDERAL

PERONISMO FEDERAL

Nosotros, representantes y dirigentes peronistas de las provincias argentinas, preocupados por el avasallamiento que iniciara el Sr.Néstor Kirchner en nuestro Movimiento Peronista y que continúa en forma sistemática degradando a todas las instituciones de la república.


Consternados por un clima de alta confrontación y fragmentación política y social. Donde el Gobierno Nacional reitera su intolerancia, autoritarismo y ausencia de voluntad de diálogo generando un grave escenario en la República Argentina.


Un gobierno autista que ha vaciado de contenido la esencia federal de la Constitución Nacional y ha empobrecido el sistema institucional en nuestro país.


Las provincias se han convertido, por la maliciosa acción del matrimonio presidencial y la actitud de algunos gobernantes locales, en rehenes de un oprobioso sistema de reparto de los fondos públicos, direccionados a reducidos grupos de empresas amigas.


En este contexto el Justicialismo debe procurar la reconciliación de los argentinos para la superación del estado actual de las cosas y la elaboración de una alternativa diferente que consagre la Unidad Nacional como piedra fundamental de un sistema de vida.


Esta nueva alternativa deberá contar con un firme compromiso de integración de todos los principales actores políticos, sociales y productivos del país.


A la mayoría del pueblo argentino hoy le importa muy poco la confrontación mediática de la política, viven con comprensible angustia el agotamiento de un proyecto económico y político que arrojará más drama e incertidumbre a millones de hombres y mujeres.


Demandan temas centrales como la inclusión social, la salud, la producción, la educación, la seguridad, el narcotráfico y el notorio empobrecimiento de sus salarios por una inflación ratificada por todos los organismos privados en el orden nacional e internacional.


A esta situación hay que agregar que la coyuntura internacional que permitió el crecimiento económico del país ha desaparecido y que la crisis internacional se sumará, en un país que pretende con voluntarismo y sin ideas tapar el cielo con las manos.


Ante esta realidad nacional hemos decidido constituir un espacio político denominado Peronismo Federal.


El Peronismo Federal se compromete a:


1.- Ratificar nuestra pertenencia al Justicialismo con todo lo que esa decisión conlleva en materia política, ideológica y social.-


2.- No propiciar, ni proponer - hasta el año 2010 - candidatura alguna al cargo de Presidente de la Nación para el período 2011-2015.-


3.- Defender y exigir el derecho de todos los afiliados al Partido Justicialista de elegir democráticamente y sin proscripciones la fórmula de Presidente y Vicepresidente en representación de nuestro partido.-


4.- No podemos repetir la vergonzosa experiencia del año 2003 ni convalidar el fraude del 2007.-


5.- Con el objeto de cumplimentar lo enunciado en el punto 3° fijamos el 17 de Octubre del 2010 para la realización de las internas justicialistas en todo el país para elegir la formula presidencial que el peronismo - con un Frente Nacional - llevara en el 2011.-


6.- Convocar a todo los hombres de bien que habitan la Patria; a los intelectuales, dirigentes políticos, gremiales, sociales, a la rama femenina y a las mujeres de cada distrito electoral, a levantar las tradicionales banderas de nuestra gloriosa historia y con la juventud del presente elaborar un proyecto del peronismo para el siglo XXI, que incluya a todos los argentinos, en una República para todos.-


7.- Trabajar por la Unidad del Justicialismo por encima de cualquier diferencia táctica o estratégica.-


8.- Recorrer el interior del país tratando de afianzar y difundir en todos los sectores, la visión y el compromiso del Peronismo Federal.-.

Ing. Ramón Puerta
Dr. Alberto Rodríguez Saá
Dr. Juan Carlos Romero

marzo 18, 2009

¡LOS DIPUTADOS Y SENADORES PERONISTAS!

Muchos ya se fueron. Otros, permanecen en la obediencia debida a Kirchner y votan indebidamente para adelantar unas elecciones, ilegítimas porque no dan tiempo a internas, ni en el PJ ni en ningún partido. No recuerdan que deben su lealtad al pueblo peronista que los votó y no a un jefe político que viene equivocándose y mucho, perjudicando hasta extremos insostenibles al pueblo al que debería beneficiar. Es de esperar que recapaciten y voten según el interés de la mayoría de los argentinos, hartos ya de los desmanejos, torpezas e ilegalidades kirchneristas.

Quizá ya llegó la hora en que elijan no continuar siendo cómplices de más acciones en contra de los argentinos. Desde la política anti-producción agropecuaria hasta el robo de los ahorros en las AFJP, muchos representantes peronistas se han dado cuenta de que el concepto de lealtad no debe incluir la complicidad delictiva.

Sería importante que alguno de los jefes disidentes del peronismo haga un específico llamado a los diputados y senadores peronistas que pueden aún torcer el destino de esta aparentemente previsible votación. El peronismo, acostumbrado a la verticalidad, al mando y a la noción de respaldo, responde sólo dentro de un cierto orden. El problema de los congresistas peronistas del Frente para la Victoria es que el único jefe peronista que ven es Kirchner. Deben ver, y ya, a otro, el que les dé la alternativa. Es necesaria la opción de una nueva verticalidad, también para que el resto de la oposición de origen no peronista pueda cumplir con éxito su propio rol.

Quedan muchas cosas para votar aún y muchos peronistas deben ser rescatados de lo que creyeron era el Frente para la Victoria, hoy transformado en un seguro rejunte para la derrota. Falta la voz que los oriente hacia el camino de salida.

marzo 16, 2009

SAN LUIS EN CONTRA DE LA INICIATIVA PRESIDENCIAL

Rodríguez Saá rechaza ir a las elecciones en junio y pide un acuerdo con los gobernadores


El gobernador Alberto Rodríguez Saá rechazó la pretensión presidencial de adelantar las elecciones legislativas para el 28 de junio. A cambio propuso que Cristina Kirchner y los gobernadores acuerden una fecha única para fines de octubre, en caso de que el motivo del proyecto oficial sea reducir gastos en el contexto de la crisis del capitalismo internacional.

Pero el Gobernador de San Luis consideró además que si el problema es de gobernabilidad, como se desliza en los medios masivos porteños, la solución es que tanto la presidenta como el vice, Julio Cobos, “renuncien y convoquen” a nuevas elecciones.

Rodríguez Saá advirtió que la presidenta Cristina Kirchner quiere “usar el remedio del parlamentarismo” sin someterse ella, ni su proyecto político ni su marido Néstor al voto popular.También recordó que con la idea de adelantar las elecciones no será posible realizar internas en los partidos políticos por los plazos legales preestablecidos.

“El único que tiene la manipulación del aparato es el señor Kirchner”, se quejó el gobernador puntano. El ex presidente, en efecto, es el titular de hecho del PJ nacional y decidirá de ese modo cómo armar las listas sin necesidad de pasar por comicios internos.“Si el adelantamiento de las elecciones se debe a que en un contexto de crisis se producirán gastos desdoblados, la solución es respetar el Código Electoral. Que la presidenta convoque a los gobernadores y entre todos acordar que vayamos a elecciones el último domingo de octubre”, completó el gobernador.También consideró que si se llegara a un acuerdo nacional por la fecha de las elecciones “el federalismo saldría fortalecido”.

marzo 14, 2009

Panorama político de los últimos siete días

El anticipo electoral conspira contra
la gobernabilidad que invoca

por Jorge Raventos

A partir de la ocurrencia del matrimonio presidencial de adelantar a junio los comicios legislativos de octubre se han escuchado distintas justificaciones, tanto las que ha urdido el oficialismo como las que compró o forjó un sector de la oposición, que en principio apareció dispuesto a acompañar la aventura de los Kirchner. Conviene purificar la atmósfera de argumentos destinados a confundir o candorosamente contaminados por la confusión.

El primero de ellos es simplón pero tiene cierta eficacia. Dice así: ¿Por qué está mal el adelanto electoral cuando lo deciden los Kirchner y está bien si lo resuelven Mauricio Macri en la Capital o Hermes Binner en las municipales de Santa Fé? “Saqué plata como hace todo el mundo. ¿Por qué me llevan preso?”, se defendería análogamente el ladrón de bancos. El sofisma es obvio: la mayoría de las personas que se van de un banco con dinero no lo han robado, algunas simplemente retiran sus ahorros o cobran un cheque. Lo que hicieron Binner y Macri no fue “adelantar” las elecciones distritales santafesinas o porteñas, sino fijarles fecha, como están habilitados y obligados a hacerlo de acuerdo a las leyes. Sólo los Kirchner están “adelantando”, algo que implica violar una prescripción del código nacional: “La elección se realizará el cuarto domingo de octubre inmediatamente anterior a la finalización de los mandatos”. .

Pero –alegan el oficialismo y distintos corifeos- si es el Congreso el que cambia el Código, el anticipo se vuelve legal. Formalmente es cierto que el Congreso puede modificar el Código Electoral Nacional. Ahora bien, los códigos, las normas están hechas para ser cumplidas, no para modificarlas a gusto del gobierno de turno o a la primera de cambio. El establecimiento de la fecha fija para los comicios nacionales (cuarto domingo de octubre) es casi flamante. Fue propuesto, para más datos, por este mismo matrimonio presidencial (corría el año 2004 y entonces la primera dama era ella y él era presidente de jure).

Pero, alegan, ¿qué tiene de malo votar antes? “No es de demócratas tenerle miedo a las elecciones”. Esto es cierto. En rigor–lo dijo la señora de Kirchner al explicar la medida- es el gobierno el que considera al proceso electoral “un escollo”. Pero además, conviene aclarar que el voto no es la única condición de la democracia: se trata de votar en un marco de legalidad, convivencia, legitimidad y condiciones parejas para todos los que intervienen. Modificar las reglas en medio del juego, por ejemplo, no puede definirse precisamente como democrático.

¿Se adelantarán las presidenciales?

En el catálogo de razonamientos destinados a dorar la píldora del cambio repentino de fecha, aparecen algunos más dramáticos. “Lo primero es proteger la gobernabilidad”, declaró Néstor Kirchner.

A ese riesgo, que hasta ahora no había sido invocado por el gobierno, un opositor le agregó un comentario de su propia cosecha: en momentos de crisis política –dijo- “en las democracias, los gobiernos adelantan las elecciones…” Es un juicio breve y genérico, de tono apodíctico…y falso. ¿Estados Unidos, para citar el caso más obvio, no es una democracia o nunca atravesó crisis alguna? Porque no se conoce que haya adelantado elecciones.

El procedimiento de anticipo electoral ocurre ocasionalmente en casos de crisis importantes; y no “en las democracias”, sino en las “democracias parlamentarias”. Y eso tiene sentido, porque allí el adelanto de las elecciones supone dejar en manos de la fuente de soberanía (los ciudadanos) la suerte total del gobierno: se ratifica el rumbo o cambiar todo el personal a cargo, empezando por la cabeza. De ese modo, efectivamente, pueden resolverse problemas de gobernabilidad, pues se supone que ocupará el poder un partido o una coalición con mandato fuerte.

En un régimen presidencialista como el nuestro, el efecto equivalente equivaldría a adelantar, no un comicio de renovación parcial legislativa, sino una elección general que incluyera la presidencia de la República.

Un mero anticipo de la elección legislativa, lejos de fortalecer la gobernabilidad, seguramente la fisurará más.

Todos los estudios demoscópicos pronostican que el gobierno central no sacará más votos que en las dos últimas elecciones (2005 y 2007), sino una cifra significativamente menor.

Usando así el mismo criterio interpretativo con el que Kirchner pretendió disimular su reciente fracaso en Catamarca por comparación con comicios anteriores, un resultado como el que ya se vaticina sancionaría una derrota incuestionable del oficialismo. Sin embargo, el resultado de las urnas no tendría traducción institucional inmediata, ya que la nueva integración del Congreso recién se concretaría el año próximo. Hasta el fin de las sesiones ordinarias, en diciembre, continuarían sentados en las bancas los diputados y senadores surgidos de relaciones de fuerza de años anteriores.

Un oficialismo caprichoso y maniobrero podría sentirse tentado de usar relación de fuerzas anacrónica admitida por esa brecha legal, con criterio faccioso. Así, la extensa vida paralela de una nueva mayoría electoral sin mandato legislativo hasta diciembre y un Ejecutivo golpeado, aturdido y más aislado por la derrota probablemente contribuiría a un ensanchamiento de la crisis, a la extensión de los riesgos que al parecer ya atraviesa la gobernabilidad.

Mirarse en el espejo del pasado

Conviene estudiar experiencias anteriores. En 1989, el doctor Raúl Alfonsín soportaba el vendaval de la hiperinflación y la crisis social y adelantó la elección presidencial. Después anticipó también (más de seis meses) la entrega de la presidencia a Carlos Menem, que ya había sido electo.

Si en 1989 el cambio permitió alentar expectativas favorables sobre un control de la crisis, hay que adjudicarlo a una suma de factores. Primero: se producía desde el Poder Ejecutivo, es decir, desde la cabeza. La sociedad, pese al escepticismo, estuvo dispuesta a atenerse al viejo proverbio: escoba nueva barre bien. Más allá de las expectativas, entonces funcionaba un sistema político capaz de asimilar o contener dentro de límites razonables sus naturales pujas; pese a estas, mantenía altísimas cuotas de diálogo y confianza recíproca. Los partidos tenían liderazgos consolidados y legitimados. Pese a la crisis, el doctor Alfonsín mantenía su indiscutida autoridad en la UCR y Menem no había llegado a la presidencia por el dedo de nadie, sino fruto de una elección interna en la que participaron millones de personas y de una disputada elección general (en ambos casos había derrotado a las fuerzas hasta allí dominantes, tanto en su propio partido como en el país).

Estas circunstancias permitieron afrontar la situación. Junto con la presidencia había sido elegido un nuevo congreso, de mayoría justicialista. Pero estos diputados y senadores no tomarían sus cargos hasta varios meses más tarde. Al asumir anticipadamente, Menem debía convivir medio año con el Congreso viejo, mayoritariamente alfonsinista. La mayúscula dificultad se solucionó a través de un acuerdo político: hasta que asumiera la nueva mayoría, el “viejo” congreso facilitaría la aprobación de las medidas de emergencia que el nuevo Ejecutivo necesitara. El acuerdo fue posible porque existía el sistema político y había diálogo y confianza.

¿El país aprende de sus caídas?

En el año 2003, Eduardo Duhalde tuvo que anticipar elecciones en otra situación crítica, signada por las consecuencias de la pesificación asimétrica, el llamado “corralón” financiero que comprimió los ahorros en dólares de millones de argentinos y la paralela licuación del sistema político. Eran los tiempos del “que se vayan todos”.

Duhalde no sólo adelantó los comicios. También los condujo discrecionalmente, modificando las reglas vigentes. La entonces flamante ley de reforma política, que imponía elecciones internas abiertas en los partidos, fue modificada (“por única vez”, se dijo entonces, como se dice ahora).

En aquella ocasión ni los partidos, ni la Justicia, ni los medios, ni los opinadores que hoy se han vuelto concientes del valor de las normas y las instituciones parecieron inmutarse por esas transgresiones. Muchos de ellos preferían ignorarlas porque sabían que estaban dirigidas a impedir que Carlos Menem alcanzara legal y legítimamente la candidatura presidencial de un justicialismo unificado.

Duhalde les dio el gusto a muchos. Allí se aceleró un proceso de centrifugación partidaria del Justicialismo y una fuerte distorsión del sistema político, consecuencias de las que el propio Duhalde hoy seguramente está arrepentido. Llegó a la presidencia Néstor Kirchner.

Surgido de esa matriz sesgada y de un linaje propio de irregularidades que había desarrollado en la lejana, inadvertida Santa Cruz , no es demasiado extraño que hoy Kirchner muestre una fuerte tendencia a la reincidencia. Quizás por un prurito de coherencia, algunas voces que estuvieron ligadas al duhaldismo le aceptan hoy a Kirchner (al fin de cuentas, su descendiente) quiebras renovadas de la legitimidad electoral. A diferencia de 2003, hoy hay amplios contingentes de la sociedad que ya no toleran esas transgresiones.

Subsiste, con todo, un sector que –con argumentos aparentemente realistas que quizás visten meros intereses- se insinúan dispuestos a admitirlas. No se trata de deslegitimar los intereses. El problema reside, si se quiere, en que se emplea un falso realismo y así hasta el provecho que ese sector eventualmente persigue queda mal defendido. La ruptura de las reglas no genera más gobernabilidad, sino menos. Admitir la quiebra de los criterios de legitimidad equivale a alentar la violación serial.

La vida paralela hasta diciembre de un congreso recién elegido pero sin bancas y de otro deslegitimado pero formalmente en pie no puede dar respuesta apta a ninguna crisis, sino todo lo contrario: constituye una fuente de desgobierno y parálisis que, hasta que no se encuentre una salida efectiva, producirá gravísimos efectos sobre el crédito, la producción, el empleo, el bienestar de los argentinos.

El país espera respuestas eficaces a los acuciantes problemas de seguridad, de inversión, de empleo. Observa con atención las latentes amenazas a las libertades. Hace un año que la Argentina interior está paralizada por los obstáculos que el gobierno coloca a la cadena agroindustrial, eje de la actividad de centenares de pueblos y ciudades, palanca de la inserción internacional del país.

La crisis no se afronta toqueteando la legitimidad electoral, sino afrontando con seriedad y auténtico espíritu de diálogo la solución a esos problemas.

marzo 13, 2009

EL ANTICIPO ELECTORAL

Con el anticipo, Kirchner quiere cortar
la retirada de sus propias fuerzas


por Jorge Raventos

Apenas doce días atrás, el primer domingo de marzo, la señora de Kirchner inauguró las sesiones del Congreso con un discurso ante la Asamblea Legislativa. Nada en sus palabras sugería que menos de dos semanas más tarde iba a registrar un riesgo político tan grande como para modificar radicalmente las reglas de juego electorales del país.

Por el contrario, la señora cerró su mensaje de ese mañana advirtiendo que “no podemos seguir maltratando el sistema democrático en su conjunto, porque la Argentina tiene demasiadas experiencias nefastas en materia de no respetar la institucionalidad”. Cambiar súbitamente la fecha de los comicios en un año electoral sin siquiera haber intentando consultas previas con la oposición, ¿no será precisamente una forma de maltrato a las instituciones de la democracia”.

Si la crisis era tan dramática,¿por qué sincerar el tema al hablar ante el Congreso?

La señora de Kirchner, 13 días atrás, miraba el universo desde arriba y ante “ese tembladeral que es el mundo”, se declaraba orgullosa “de formar parte de este proyecto político”. Ahora invoca hecatombes globales para empujar el proceso de las elecciones a un tembladeral.

La crisis global no debería ser excusa para un barrido o un fregado. En Estados Unidos, epicentro del fenómeno, a nadie se le ocurriría con ese argumento cambiar la sagrada cita electoral del primer martes de noviembre; los principales partidos sostuvieron un extenso proceso de selección interna,
y una extenuante campaña. Después de la bancarrota de Lehman Brothers y AIG, ya electo Barack Obama, a nadie se le ocurrió tampoco adelantar el traspaso del poder. Precisamente porque la inseguridad y la desconfianza volatilizan las finanzas y la economía, la política debe esforzarse en ofrecer señales de continuidad, certeza, seguridad.

No se trata sólo de Estados Unidos. Puesto que se invoca un cataclismo que golpea a todo el mundo, debería observarse un ventarrón de adelantos electorales en los cinco continentes. Ni ahí. Los hermanos uruguayos, que votan a presidente en octubre, ¿se han precipitado acaso a buscar una fecha anterior? No. El 28 de junio tendrán elecciones, sí, pero serán los comicios internos de cada partido para decidir sus candidatos. El argumento de la crisis como disparador de la decisión de anticipar los comicios no resiste el análisis.

¿Qué ocurrió en estas dos semanas para inducir al matrimonio Kirchner a semejante salto ornamental? Pasaron varias cosas. En principio, sucedió la catástrofe de Catamarca, verdadera Cancha Rayada del oficialismo centralista, que no sólo fue derrotado por las fuerzas locales de Brizuela del Moral (una caída que la presencia de Néstor Kirchner en los actos de cierre hizo más dura y dolorosa), sino que se desplomó víctima de la picardía del propio justicialismo catamarqueño, que trató a al esposo de la presidente con el mismo desapasionado, desaprensivo realismo con el que Kirchner se acostumbró a tratar a la mayoría de sus aliados.

El revés de Catamarca confirmó a la mayoría de los liderazgos provinciales del peronismo que la presencia del Gran Cónyuge en sus distritos constituiría, con vistas a los comicios, un salvavidas de plomo. Así, todos los jefes
lugareños con posibilidades de autonomía empezaron a imaginar estrategias localistas, desconectadas de la nacionalización pretendida por Olivos.

La decisión de anticipar los comicios es una medida de Kirchner destinada a cortar la retirada de sus propias tropas, una maniobra para obstaculizar una fuga que ya tantos han emprendido, por el flanco izquierdo, por el derecho y por el centro..

Contribuyó a la resolución el hecho de que Mauricio Macri fijara el 28 de junio como fecha para los comicios porteños. El jefe de gobierno capitalino no cambió ninguna regla, aplicó la norma que lo habilita a decidir el día del comicio. Decidió apartarlo de la elección nacional con un argumento legítimo: separar adecuadamente la discusión de los asuntos locales de la gran aspiradora que son aquellos puntos que constituyen la agenda del país.

Para el oficialismo era fácil imaginar que si la derrota sufrida en la pequeña provincia de Catamarca había provocado un desastre en sus filas de cara a octubre, una segura caída en el mes de junio en la capital del país (donde ni siquiera figurará en segundo lugar) sería letal y teñiría de oscuro la atmósfera de sus últimos meses de campaña.

Así, la resolución adoptada (que requiere sanción legislativa) de cambiar la fecha electoral estuvo principalmente determinada por esos hechos.

Agréguese a ello que la oposición se apresta a plantear en el Congreso una modificación del régimen de retenciones para dar solución al conflicto con el campo, que ya cumplió un año. El oficialismo -más allá de sus referencias al diálogo- no quiere prestar quórum para ese debate. Es inclusive posible que ahora pretenda postergar esa discusión parlamentaria hasta después de los comicios, si consigue imponer la fecha de junio. ¿Deberá
la producción de la Argentina interior permanecer estancada mientras el gobierno juega a revolucionar el almanaque?


El artefacto institucional que el gobierno pretende imponer en funcionamiento para resolver sus propios problemas políticos está plagado de cortocircuitos. Vaya uno como ejemplo: ¿qué ocurriría en el Congreso si, en unas elecciones anticipadas, el gobierno (como muchísimos análisis prevén) pierde significativamente. El país se encontraría ante una nueva realidad política convalidada en las urnas, pero con cámaras pobladas aún durante varios meses (hasta que terminen sus mandatos en diciembre) por los viejos legisladores, producto de los comicios de 2007. Ya lo adelantó Horacio Verbitsky un mes atrás: “El kirchnerismo debe renovar las bancas obtenidas en su mejor elección, la de 2005, cuando CFK triplicó los votos justicialistas de Duhalde en la provincia de Buenos Aires. Esto implica tanto cantidad como calidad: en aquel año pudo colocar en las listas de distintas provincias a candidatos muy identificados con su política, como el propio Rossi o la diputada cordobesa Patricia Vaca Narvaja. Por mejor que le fuera este año, es improbable que los bloques legislativos conserven su número y que los reemplazantes tengan el mismo grado de proximidad y adhesión”.

¿En qué situación política se encontrará el país si, a partir de junio, después de una derrota electoral notoria del gobierno, siguiera en las bancas la “cantidad y calidad” de parlamentarios kirchneristas que habría dejado de tener representatividad política? ¿O es que el gobierno, puesto a maltratar las instituciones está dispuesto establecer, junto con una anticipación de los comicios, el cese también anticipado de los diputados que legalmente deben dejar sus asientos al fin del actual período de sesiones?

Acostumbrado a atender un solo problema por vez, carente de una visión sistémica, el gobiernocuando viste un santo desviste a varios. En rigor, impulsado por la licuación de su poder, no parece interesarle demasiado la suerte ni la lógica de las instituciones, sino apenas poner parches a sus urgencias. Que son cada vez mayores.

ANTE UNA NUEVA TROPELÍA INSTITUCIONAL

por el Senador Carlos Menem

La decisión oficial de promover el adelantamiento de la convocatoria electoral constituye una nueva y acabada demostración del absoluto desprecio que este gobierno tiene por las instituciones de la República. La intención de modificar arbitrariamente las reglas de juego y de ajustar las leyes vigentes a las necesidades proselitistas del elenco gobernante es un nuevo atentado contra la vigencia del sistema democrático.

Con este gesto políticamente desesperado, el gobierno notifica además a los argentinos que no se siente en condiciones de llegar al mes de octubre sin la certeza de sufrir una tremenda paliza electoral, que en cualquier caso será la justa respuesta de nuestro pueblo a la total y absoluta incapacidad gubernamental para responder a los gravísimos problemas que afronta la Argentina y que nos acerca peligrosamente cada vez más a una nueva crisis de gobernabilidad.

LA MÁXIMA OPINIÓN

CONSTITUCIÓN DE LA NACIÓN ARGENTINA

SECCIÓN PRIMERA- DEL PODER LEGISLATIVO

CAPÍTULO PRIMERO – De la Cámara de Diputados

Artículo 53: Sólo ella ejerce el derecho de acusar ante el Senado al presidente, vicepresidente, al jefe de gabinete de ministros, a los ministros y a los miembros de la Corte Suprema, en las causas de responsabilidad que se intenten contra ellos, por mal desempeño o por delito en el ejercicio de sus funciones; o por crímenes comunes, después de haber conocido ellos y declarado haber lugar a la formación de causa por la mayoría de dos terceras partes de sus miembros presentes.

CAPÍTULO SEGUNDO – Del Senado

Artículo 59: Al Senado le corresponde juzgar en juicio público a los acusados por la Cámara de Diputados, debiendo sus miembros prestar juramento para este acto. Cuando el acusado sea el presidente de la Nación, el Senado será presidido por el presidente de la Corte Suprema. Ninguno será declarado culpable sino a mayoría de los dos tercios de los miembros presentes.

SECCIÓN SEGUNDA- DEL PODER EJECUTIVO

CAPÍTULO PRIMERODe su naturaleza y duración

Artículo 88: En caso de enfermedad, ausencia de la Capital, muerte, renuncia o destitución del presidente, el Poder Ejecutivo será ejercido por el vicepresidente de la Nación. En caso de destitución, muerte, dimisión o inhabilidad del presidente y vicepresidente de la Nación, el Congreso determinará qué funcionario público ha de desempeñar la Presidencia, hasta que haya cesado la causa de inhabilidad o hasta que un nuevo presidente sea electo.

marzo 11, 2009

OPINIÓN

UN NUEVO CAPÍTULO SOBRE LA INSEGURIDAD

por Claudio Chávez

Quién la ha visto y quién la ve ¡Ahora Cristina descubre que hay problemas de inseguridad! ¡Felicitaciones!
No solo ella, el Jefe de Gabinete también. El extrovertido y parlanchín Ministro arremete contra algunos jueces a los que responsabiliza de enormes males. Desconociendo que las leyes los habilitan en sus decisiones. La Doctora Carrió, del mismo modo. En breve presentará un proyecto en Diputados que a mi entender contiene algunos errores y omisiones.
¡Y de pronto parió la abuela!
Néstor ha comenzado preocuparse por la inseguridad. ¡Qué chantapuffi!
Lo valedero es que debemos agradecerle a Susana Gimenez que con sus dichos revolvió el avispero. También a Sandro, a Moria Casán, a Cacho Castaña, a Tinelli y otros expertos en seguridad de esta República de ausentes.

LO QUE DIJO SUSANA


Hay en torno a sus declaraciones una maliciosa interpretación que quienes la practican, conciente o inconcientemente, pasan por alto lo substancioso de sus dichos. Dejando de lado la frase “el que mata debe morir” (a la que buena parte de la elite política se aferró) que ella misma desestimó al día siguiente y que supone la pena de muerte (debate que si continúan así las cosas algún día deberemos dar) lo más importante fue:

Esto ya no da para más.

Todos los días mueren 4 o 5 personas honradas, policías, gente de trabajo…
¡Que son menores! Bueno ¡basta con los menores!
Terminenlá con los derechos humanos y esas estupideces. ¿Porque los derechos humanos no los tienen las víctimas?
Aquí hasta que los delincuentes no le tengan miedo a la policía y respeto…
Basta con la droga.
Vivimos en un estado de indefensión espantoso.


Analicemos cada frase

Esto ya no da para más.

¿Será cierta esta afirmación de Susana? ¿No da para más la situación?
Si es así, los poderes públicos no hacen absolutamente nada para remediar el mal.
No hay plan estratégico para erradicar de cuajo el flagelo de la delincuencia.


Todos los días mueren 4 o 5 personas honradas, policías, gente de trabajo…

Susana pone a la Policía al lado de las personas honradas y de trabajo. El gobierno habla de la “maldita policía” y un segmento de la elite política acompaña el dislate. De esto hay que hablar y tratar de ponerse de acuerdo. ¿Podremos?

¡Que son menores! Bueno ¡basta con los menores!

Es justo observar que Scioli acompaña la idea y habría algunos proyectos a presentarse en Diputados que bajan la imputabilidad. ¡En hora buena!
El actual gobierno, es útil memorarlo, en algún momento pensó autorizar el voto de los jóvenes de 16 años, para promover en la juventud la capacidad de decidir sobre el destino común. Ahora bien. El destino común sí. Pero cuando otros jóvenes eligen el camino del delito por decisión individual en este caso son niñitos. Párvulos bautismales. Inocentes criaturas

El bien y el mal no definen por penal y los más jóvenes lo saben. Es un ejercicio pleno de la libertad rumbear hacia un lado u otro es una elección personal. ¡Basta de justificar el crimen por los condicionantes sociales! De todos modos corresponde acotar las posibilidades del camino del mal.

Terminenlá con los derechos humanos y esas estupideces. ¿Porque los derechos humanos no los tienen las víctimas?

Interesante sería discutir estas ideas en el parlamento y las escuelas. Urge introducir estos temas en la currícula escolar
.
Aquí hasta que los delincuentes no le tengan miedo a la policía y respeto…

Esta frase nadie la tomó. Y ella encierra buena parte de la solución. ¿Cómo hacemos para lograr ese miedo y ese respeto? Excepto que el gobierno crea que a la delincuencia se la vence con maestras jardineras, el tema del respeto y el miedo es central. Y si no se logra con la Policía porque la sociedad no cree en ella habrá, entonces que utilizar otras fuerzas incluso el Ejército. Instituciones que sean capaces de llevar ese “respeto y ese miedo” a sus guaridas nauseabundas.

Basta con la droga.

Vivimos en un estado de indefensión espantoso.

Justo cuando el gobierno se dispone despenalizar el uso personal de estupefacientes.
Evidentemente el gobierno está en otra cosa. No cuenta en su mochila con herramientas para mitigar el drama.
El Ministro de Justicia continúa afirmando que en el país no hay carteles de la droga.


LO QUE DIJO LA PRESIDENTE

En distintas oportunidades Cristina nos aleccionó sobre las causas motivadoras del delito. Algún tiempo atrás elucubró la teoría de que el crimen y la violencia social respondían a la enorme desigualdad. Una especie de revancha de los de abajo frente al abismo entre ricos y pobres. Llegó a expresar que en África, como la desigualdad no era tan marcada (sic), sino pobreza generalizada, el delito era un problema menor. Es en Latinoamérica, aseveró enfática, donde la obscenidad de la desigualdad genera conductas criminales.
Como la catedrática explicación salpicaba al gobierno de su marido no repitió la idea. Enmudeció.

Por aquellos años de tasas chinas hubo otras conjeturas. Un gobernador de provincia, infestada de delincuentes, y amigo de la Rosada luego de meditar acerca de estos males afirmó que el crecimiento económico de los últimos años hacía aumentar la delincuencia por la natural codicia de los cacos. Una singular distribución de la riqueza a punta de pistola.

Hace uno días la Presidenta volvió sobre el tema y manifestó que la pobreza y la falta de trabajo generaban condiciones delictuales. Planteado de ese modo ir contra la delincuencia sería reprimir desocupados. ¡Con esta gente estamos fritos!

ALGUNAS PROPUESTAS DE LA OPOSICIÓN

Según informa La Nación del 9 de marzo del corriente el oficialismo ha bloqueado hasta ahora los proyectos para penar a los jóvenes en conflicto con la ley.

Por estos días tanto el radicalismo, como la Coalición Cívica elevarán sus proyectos a Diputados.

La Doctora Elisa Carrió se anticipa y anuncia al diario:

“Deberán encararse dos ejes de trabajo: “Por un lado reconstruir la familia con un ingreso universal en la niñez que mantenga a los chicos dentro de la casa, en la escuela y en el sistema de salud. Por otra parte, crear un régimen de responsabilidad penal juvenil, porque el chico tiene que ir a juicio con todas las garantías y con abogado defensor, pero tiene que ser imputable. No deberían ir a prisión salvo en casos de delitos graves como homicidio, para los cuales deberían ser detenidos en instituciones especiales”
Luego De Narváez habla de reinserción social con familias sustitutas. A grandes rasgos las propuestas.
Debemos congratularnos de que el Parlamento se despierte y plantee soluciones.
Sin embargo creo que no van a fondo en el problema.

Como primer paso debe consensuarse la idea de que estamos en guerra contra el delito. Esta es la situación. ¡Guerra! Los criminales lo tienen claro. Por eso matan de la manera que lo hacen. Están a la ofensiva. Son dueños de la calle. La atmósfera de permisividad que impera en el firmamento de los políticos los pone en punta. Hay que frenarlos y habilitar a que las fuerzas del orden pasen a la ofensiva. Se trata de cambiar el clima. Debe haber un comando unificado. Esto se va a poder realizar cuando la mayoría de los partidos así lo entiendan. Quizás necesitemos más muertos. Hay que achicar el espacio social y geográfico del delito con las mismas armas y estrategias que ellos utilizan.

El otro punto es, cuando las fuerzas del orden comiencen a moverse ofensivamente hay que ofrecer alternativas o vías de escape a los jóvenes que dudan de que lado ponerse. Es correcta la ayuda familiar pero cada caso debe ser estudiado para evitar caer en el clientelismo político. Para los jóvenes que no tienen nada detrás, no hay padres o familia y en el caso de que existan, mejor es perderlas, el Estado debe dar una respuesta.

Urge crear, como dice la Coalición Cívica, instituciones escolarizadas en manos del área educativa respectiva. Pupilaje obligatorio para jóvenes en estado de abandono y de riesgo, en una labor conjunta con la Iglesia o credos reconocidos por el Estado, agrego yo. Capaces de reconstruir escolarmente los lazos familiares perdidos. Instituciones que impartan saberes académicos, profesionales, deportes y valores. Que realicen labores solidarias que los valoricen y haga sentir útiles. Si se trata de definir los detalles y la letra chica hay técnicos expertos. Lo que falta es la decisión política.

marzo 09, 2009

CATAMARCA O LA HUMILLACIÓN

Por más alegría que pueda sentirse por la derrota de la estrategia kirchnerista
en Catamarca, resulta lamentable que el otro gran castigado ante la opinión pública sea el PJ. Se trata del mismo PJ hasta hoy irrecuperable y que en este foro nos preocupa recuperar para convertirlo otra vez en el hogar de amplias mayorías políticas y también en el más seguro refugio para los liberales hoy tan perseguidos como los auténticos peronistas. Una tarea donde lo más difícil no va a ser expulsar de su falsa presidencia partidaria a quien hoy la ostenta, sino convencer a los argentinos de que otro PJ es posible. Después de haber asistido en las últimas semanas a la errática alianza de Kirchner con Saadi y Barrionuevo y de temer día a día las consecuencias de toda alianza circunstancial con Duhalde, ¿será posible?

Si el cuarto actor peronista –liberal hubiera jugado en Catamarca, sin duda lo hubiera hecho formalmente, como lo hizo con sus votos, a favor de la oposición a Kirchner. Ese voto no explícito, si continúa en esa condición, conducirá a una nueva hegemonía: la radical. No por mérito, sino por descarte. Los radicales tienen a Carrió, que funciona muy bien, cada vez mejor. El peronismo, además del amplio surtido de mariscales de la derrota actual y de las por venir, precisa y ya, un liderazgo que lo exprese de modo genuino y renovado. De no aparecer, la próxima humillación no será ya la de Kirchner, sino la del peronismo mismo, que no supo estar a la altura de su destino.

Dicen Reutemann y que la suerte está echada para la próxima hora negra. Habrá que ver.

marzo 07, 2009

Panorama político nacional de los últimos siete días

La encrucijada cruel
del cuarto oscuro

por Jorge Raventos

No es improbable que los comicios provinciales que se desarrollan en Catamarca este domingo 8 de marzo anticipen la suerte electoral que el kirchnerismo correrá en 2009. Néstor Kirchner no sólo envió a aquella provincia ingentes recursos públicos, sino que se empeñó él mismo en la batalla, quizás creyendo que su presencia en los actos de cierre mejoraría la suerte de la lista que él bendijo y que fuera confeccionada (no sin arduos trapicheos previos) por su ex hermano político, Armando Bombón Mercado (que estuvo casado con Alicia Kirchner). Ramón Saadi, que participó en el armado de esa boleta se declara ahora defraudado y vaticina una derrota del kirchnerismo. Luis Barrionuevo, que es referente de un amplio sector del peronismo catamarqueño (tanto, que apadrina dos boletas simultáneamente) asegura, por su parte que “el lunes los diarios van a decir que Cobos les ganó a los Kirchner”. Es que Eduardo Brizuela del Moral, el gobernador radical de Catamarca, es uno de los radicales que, como el vicepresidente de la Nación, integró la Concertación Plural (aquella arquitectura atrapa-todo con la que los Kirchner soñaban reemplazar al PJ) y, al igual que Cobos, abandonó esa construcción oportunamente, antes del derrumbe final. Kirchner viajó a Catamarca porque quisiera fumigar todo lo que le evoca la figura de Cobos pero es posible que tropiece allí con una piedra con la que ya chocó mal tres años atrás. ”Lo que está sucediendo parece haber ocurrido: Misiones, Rovira vs. Piña, octubre de 2006”, como sugirió Carlos Pagni en La Nación. Las urnas dirán.

Debilidad y habilidad

Adelantándose a ellas, Kirchner constata en las encuestas que consulta (esas que pide para enterarse de la realidad, no para hacer propaganda), que las cifras y las perspectivas se le presentan oscuras.

De esa comprobación emanó el giro táctico que ensayó su esposa el martes 3, cuando se presentó en la reunión que mantenían algunos miembros de su gabinete con la Mesa de Enlace agropecuario. Fue una jugada audaz, que desconcertó a los dirigentes agropecuarios. El gobierno había amenazado -con trascendidos y también a través de un críptico párrafo en el discurso de la señora de Kirchner ante la Asamblea Legislativa- con una estatización de la comercialización de granos y ese martes, de pronto, la presencia de la presidente en el encuentro dejaba de lado la amenaza y sugería, en cambio, una posibilidad de acuerdo que ellos –aunque desconfiasen- no podían despreciar. Terminaron firmando un papel que ofrecía algunas primeras, aún insuficientes, respuestas a lecheros y ganaderos, prometía soluciones para las economías regionales y dejaba fuera de la conversación las retenciones. Las bases de las entidades trinaron: no esperaban que sus dirigentes se conformaran con tan poco. En dos horas, la señora de Kirchner había conseguido introducir una fisura momentánea en el frente agropecuario y aparecía a la ofensiva precisamente en el instante en que se estaba replegando, archivaba la intervención en el comercio de granos y concedía reclamos que el ruralismo venía levantando desde hace meses.

El rédito del gobierno, de todos modos, tuvo la vida de un lirio: la brecha abierta entre los productores (ilustrada con los cruces verbales entre Eduardo Buzzi y Alfredo De Angeli en la Federación Agraria y en las críticas de CARBAP a Mario Llambías, número uno de CRA) fue velozmente cerrada. Por más matices o tonos que diferencien a sus líderes, el campo les reclama a todos ellos que conserven y apuntalen la unidad que se logró en la acción durante 2008. Eso sí: de ahora en más, las conducciones tendrán que abstenerse de firmar papeles sin consultar a las bases. Y deberán reclamar al poder político hechos, antes que palabras. En cuanto al tema de las retenciones, todo indica que el reclamo se canalizará a través del Congreso (desafío para la oposición: llegar a coincidencias efectivas que expresen al campo y alcancen apoyo mayoritario en las cámaras).

Los Kirchner necesitarán más que nunca de las artes de Agustín Rossi y Angel Pichetto, jefes de los bloques oficialistas, para cortar la sangría de legisladores que abandonan el Frente por la Victoria y dejan expuesto a imponderables lo que alguna vez fuera un claro dominio en ambas cámaras. El gobierno podría encontrarse con serias dificultades parlamentarias antes aún de la renovación que decreten las urnas de octubre. Por otra parte, la cotización de Rossi y Pichetto se eleva, lo que vuelve más difícil para Kirchner la posibilidad de sacrificarlos en sus respectivos distritos en pos de armados electorales supuestamente ganadores. En Santa Fe, entonces, los Kirchner se encuentran, ahora más que nunca, tironeados por las exigencias de Carlos Reutemann y las facturas a cobrar que legítimamente esgrime Rossi.

La habilidad táctica oficialista de la última semana no llegó más allá de la tapa de los diarios del miércoles 4. Desde la misma tarde de ese la señora debió eludir críticas demostraciones agrarias saltando de atril a atril en helicóptero, mientras en otros escenarios se sumaban problemas.

La inseguridad

En su autoapolegético discurso ante el Congreso, la señora de Kirchner evitó hablar del tema que más preocupa a los ciudadanos: la inseguridad. Se trata de otro asunto de esos en los que (como ante el campo y las retenciones) el gobierno combina prejuicios y confrontación. Y no sería de extrañar que su empecinamiento en saltearse el tema termine ocasionándole costos políticos altos como su enfrentamiento con el campo.

El gobierno mira con sospecha las quejas y reclamos por la inseguridad: en parte, porque se siente impotente para darles respuesta, en parte porque encuadra a quienes lo plantean con firmeza en el campo de los enemigos potenciales, propiciadores de la “mano dura”, adversarios del “garantismo”, la ideología jurídica que el oficialismo adoptó como propia. A veces la sospecha se extiende inclusive a mandatarios que se comprometen con vigor en la pelea contra la inseguridad, como el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli.

Las fuertes declaraciones de Susana Giménez después de que uno de sus colaboradores fuera asesinado por delincuentes quisieron ser utilizadas por el poder para abrir un debate: creían que se podía descalificar la preocupación por la violencia y el crimen, golpeando sobre la arrebatada expresión de la animadora (“el que mata debe morir”). Los medios gobierno-dependientes hurgaron en ese punto, procurando desplazar el eje de la discusión de la falta de seguridad a la conveniencia o no de medidas drásticas como la pena de muerte, tomada como metáfora de la “mano dura”.

Después de pocos días tuvieron que tocar a retirada, porque la reacción del público (al revés de la de algunos personajes de la farándula) no sólo se mostró comprensiva (y en muchos casos solidaria) con las palabras de Susana Giménez, sino que empleó el episodio para enjuiciar la falta de acción del gobierno ante una delincuencia que viola, roba, secuestra y mata.
Ante la evidencia de la disconformidad pública, el gobierno cambió el blanco.

Ya que había fracasado la ofensiva contra la mano dura (encarnada ocasionalmente en la Giménez), se inició otra batalla, destinada a que la crítica de la opinión pública de desplazara del Ejecutivo a la Justicia. El blanco ahora fue la jueza Carmen Argibay, ministra de la Corte Suprema. Aunque el núcleo de esta discusión es diferente, y no se origina en la seguridad actual de los ciudadanos, sino en procesos sobre la década del 70, el oficialismo, a través de sus voceros, culpó a la Justicia de “inacción”, “errores y horrores”; Diana Conti, uno de los látigos del gobierno en el Consejo de la Magistratura, le pidió a Argibay que se callara y trabajara “con ahínco para su pueblo” y acusó a los jueces de practicar “un nivel de ociosidad que además de avergonzar debería aprovecharse para evitar las demoras de justicia que todos conocemos”.

Así, el gobierno, que con la tregua alcanzada con el campo parecía el martes haber optado finalmente por una actitud serena y por dejar de lado la pelea, corrigió esa anomalía rápidamente entreverándose en una riña con los jueces.
Si se admite que la confrontación está en los genes del oficialismo, habrá que prever que no ha de ser precisamente este año, un período de decisión marcado por la encrucijada cruel del cuarto oscuro, donde se pone en juego el poder, el momento que los Kirchner elijan para cambiar su naturaleza.

marzo 05, 2009

DISCUSIONES PRIVADAS

La carencia de un organizado polo peronista liberal no sólo afecta los juegos electorales y la representatividad diferenciada en el Congreso. Produce, por ausencia, un silencio en la opinión pública, que termina nutrida de argumentos aislados que no pueden aún formular un proyecto común. Parte de la confusión política de la ciudadanía se instala justamente dentro de este silencio.

Si bien ya una amplísima mayoría de argentinos ha aprendido en carne propia que los Kirchner no saben lo que hacen, gobiernan mal y deciden según ideas equivocadas, la ignorancia pública acerca de los motivos por los cuales esas ideas fallan, continúa siendo enorme. Faltan los argumentos de aquella oposición menos visible que, golpeada por su falta de éxito hacia fines de los 90 y comienzos de este siglo, tiene aún grandes dificultades en salir a la luz. El problema habitual en tiempos oscuros de todo aquello que es genuino y verdadero: la verdad siempre tarda en ser reconocida.

A la espera de que uno o más liderazgos coherentes entre sí y capaces de expresar un proyecto común se manifiesten ante la comunidad, es conveniente que prestemos atención a la esfera de las discusiones privadas y tratemos de adelantar el debate que viene. Se van a discutir las reglas para un auténtico crecimiento (incluyendo las leyes que protejan la propiedad privada y las que reformulen el federalismo), se van a discutir las reglas administrativas de la Nación y las de las instituciones públicas (incluyendo los partidos políticos, la policía y la justicia), se va a discutir la política continental y se va a discutir la inserción argentina en la política global. Como consecuencia de las grandes decisiones en estos temas, se podrá entonces discutir sobre bases sólidas y ciertas, los temas de educación, salud, vivienda y trabajo.

Mientras terminan de emerger el esperado liderazgo y de organizarse los equipos competentes, sería útil promover en las discusiones privadas una temática racional. Ya sabemos que las respuestas que los gobernantes den, dependen sobre todo de la calidad de las preguntas que el pueblo haga. Un trabajito para la militancia: enseñar a preguntar mejor.

marzo 04, 2009

COMUNICADO

La Agrupación 8 de Octubre recomienda la lectura de la renuncia al Bloque Frente para la Victoria del compañero Juan Carlos Romero en:
http://www.romerojuancarlos.com.ar/senador_segundo_periodo/archivos/romero_renuncia.pdf

Comunica, además, que el compañero Romero ha constituido en el Senado de la Nación, el Bloque Justicialista 8 de Octubre.

OPINIÓN

¡Hola Susana!
por Claudio Chaves

Al oír sus declaraciones luego del asesinato de su florista, un trabajador muy allegado a ella uno percibe la enorme distancia que hay entre la gente y la elite política que nos gobierna. Pero también, es preciso señalarlo, la que se prepara para sustituirla. Aquí nadie habla claro. ¡Susana sí lo hizo! Algunos candidatos se esconden frente al problema, otros dicen hay que hacer un plan, como quien propone ¿jugamos a las escondidas? Contá vos…dale. Otros observan los males de la delincuencia como si fueran relatores del infierno.

Susana ha revelado valentía. La muerte la golpeó muy cerca, es cierto. Pero ha tenido el coraje de hablar como nadie lo hace.

Dejando de lado su frase “el que mata tiene que morir” que supone la pena de muerte, debate que debiera darse toda la sociedad, el parlamento, la justicia y que es un tema controvertido. Lo fundamental de sus declaraciones ha sido:
Esto ya no da para más.

Todos los días mueren 4 o 5 personas honradas, policías, gente de trabajo…
¡Que son menores! Bueno ¡basta con los menores!

Terminenlá con los derechos humanos y esas estupideces. ¿Porque los derechos humanos no los tienen las víctimas?

Aquí hasta que los delincuentes no le tengan miedo a la policía y respeto…
Basta con la droga.

Vivimos en un estado de indefensión espantoso.

Es todo un plan de acción o como se dice modernamente una hoja de ruta y ¡Susana lo sabía!

¿Los políticos no?

Hasta que no se les lleve todo el terror y el espanto a sus guaridas asquerosas la delincuencia no será derrotada. Mientras eso no pase. Hablá Susana. Hablá.