AVISO

A partir del 1° de Diciembre, este foro cesa su actividad, atento a que la nueva etapa de formación de líneas alternativas dentro del peronismo requiere, más que la ya agotada discusión acerca del PJ, un trabajo específico de análisis y propuestas que puedan fortalecer a los nuevos liderazgos peronistas liberales.

Nuevas notas en nuestra nueva página:

PERONISMO LIBRE
LA REVISTA DEL PERONISMO LIBERAL
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Documento de Peronismo Federal

Ha concluido un ciclo político en la Argentina

Buenos Aires 30 de Junio de 2009.

Ha concluido un ciclo político en la Argentina. Un país que se debate en la mayor fragmentación social y política que se tenga memoria.

Inocultablemente el estilo confrontativo e intolerante de Néstor Kirchner contribuyó ciertamente a profundizar la división entre argentinos.

Recordar una vez más todos los infortunios que padecen millones de compatriotas, por la irresponsabilidad política e institucional del ex presidente es ocioso.

En estas circunstancias el pueblo mayoritariamente ha expresado en las urnas su categórico rechazo al régimen kirchnerista.

Toda la clase política debe leer seria y responsablemente el mensaje de la sociedad argentina.

Quienes en los últimos tiempos hemos denunciado públicamente las graves irregularidades cometidas por el Gobierno Nacional, debemos obrar con moderación, equilibrio y sensatez para cooperar a encontrar el rumbo que los argentinos demandan y a su vez defender la gobernabilidad de nuestra patria.

Desde el Peronismo Federal sostenemos que el Congreso de la Nación debería actuar con rapidez y jerarquía institucional para lograr el consenso y el diálogo necesario que nos permita el tratamiento de una Agenda Legislativa que priorice el reclamo colectivo de las elecciones generales del 28 de junio pasado.

En la localidad de Iguazú, provincia de Misiones, el 5 de junio del presente año el Peronismo Federal acordó una Agenda Legislativa que casualmente iba en la misma dirección de las exigencias que la gente expresara; mas tarde; en forma mayoritaria e inequívoca.

El mencionado documento ha tenido una vasta difusión pública y política. Estando a disposición de todos los sectores de la vida nacional que deseen en la oportunidad interiorizarse del contenido del mismo.

En tal sentido se ha decidido convocar a todos los legisladores nacionales; en funciones o electos; que forman parte de nuestro espacio político para avanzar en la búsqueda de los consensos necesarios con otras fuerzas políticas para el tratamiento de la Agenda Legislativa que la hora demanda.

El Peronismo Federal aprovecha la ocasión para enviar una calurosa felicitación a todas las compañeras y compañeros que han sido electos Diputados y Senadores Nacionales.

Hoy mas que nunca necesitamos recordar el abrazo Perón – Balbín que significó en su momento el reencuentro y la tolerancia democrática entre argentinos.

Ing. Ramón Puerta Dr. Juan Carlos Romero

junio 29, 2009

AHORA Y MAÑANA

Lo que uno de los Kirchner juzgó como una mínima derrota a partir del resultado electoral y lo que ambos, antes de ese momento, habían definido como un plebiscito sobre los dos “modelos”, el kirchnerista y el remozado de los 90, puede también calificarse como la modesta victoria de una oposición no organizada y el gran triunfo de un pueblo que ha dicho que no al modelo kirchnerista pero que no ha explícitamente aprobado el otro.

Fuera de la fantasía paranoica de los Kirchner, la realidad es que al remozado proyecto de los 90 le falta actualización, sostén, estudio y adaptación a las nuevas condiciones del mundo. También, que junto a él y dentro de la misma realidad no kirchnerista, se yergue otro no menos popular modelo, el social demócrata de elaboración europea, que tanta atracción despierta siempre en la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, y que requiere por igual, reformulación y debate. Ahora y mañana, el trabajo político de las fuerzas que hoy han ganado será ese, explicitar visiones, planes y conseguir un debate público serio, previo a las próximas elecciones presidenciales. Elevar el conocimiento y discriminación políticos del pueblo, contribuir a una reactualización de lo que supo ser una gran cultura política popular, en el tiempo en que la Argentina aún contaba con líderes que se ocupaban de liderar.

Desde el punto de vista del hasta hoy llamado peronismo disidente, y que en no demasiado tiempo constituirá una o varias líneas internas dentro de un renovado PJ, el trabajo inmediato será el de relanzar la discusión sobre cómo debe reorganizarse el país en todas las áreas, además de abrir el partido a la participación masiva y democrática. Llegó la hora de los nuevos liderazgos, y de los nuevos equipos aspirantes a las próximas administraciones; la hora del trabajo serio, profesional y responsable en el estudio y planificación. La calidad de los nuevos líderes emergentes del PJ y aliados se juzgará por la calidad profesional de sus equipos y por la preocupación personal por hacer de esto una diferencia en una Argentina signada por la imprevisión, la improvisación y la falta absoluta de profesionalismo de Estado.

Comunicado

A 35 AÑOS DEL 1° JULIO DE 1974

MISA POR EL TENIENTE GENERAL JUAN DOMINGO PERON

MIÉRCOLES 1 DE JULIO DE 2009 – 17.45 HORAS -
CATEDRAL METROPOLITANA

Compañeras y compañeros:

Les invitamos a participar en la Santa Misa que se va a oficiar el próximo miércoles 1 de julio a las 17.45 horas en la Iglesia Catedral de nuestra Arquidiócesis, para orar por la reconciliación de los argentinos y por el teniente general Juan Domingo Perón, de cuya ida a la casa del Padre se cumplen ese día 35 años.

Quienes vamos a reunirnos en la misa de la Catedral no lo haremos para orar por un muerto, sino que lo haremos para darle gracias a Dios porque Perón sigue vivo. Perón vive en el corazón de todos los argentinos que lo seguimos amando y también en el alma de muchos que aprendieron a dejar de odiarlo. Perón vive en la labor de quienes, fieles a sus enseñanzas, seguimos trabajando para construir una Argentina socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana. Perón vive en su pensamiento que mantiene plena vigencia, eficacia y actualidad para afrontar los principales problemas que afectan el presente y amenazan el futuro de los argentinos. Y por la fidelidad y el amor de nuestro Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, Perón vive en Él.

Esa misa, en la que vamos a agradecer la Providencia de Dios por haberle dado a Perón la vida y por habernos dado a nosotros a Perón, la celebraremos a pocas horas de una jornada que será importante porque en ella ha de hablar el pueblo argentino y no está lejos de la verdad aquel proverbio latino según el cual, la voz del pueblo es la voz de Dios y como lo dijo el mismo en su último discurso en la Plaza de Mayo, para los oídos del general Perón la palabra del pueblo argentino era “la más maravillosa de las músicas”.

Sea cual fuere el resultado de esas elecciones, estamos seguros que la mayoría de quienes vamos a votar el domingo 28 apoyaremos a quienes se proclaman peronistas, manteniendo nuestra adhesión al Justicialismo, identidad política que se funda en ideas, sentimientos y valores que no se postulan: se deducen y se sustentan en una filosofía de la vida simple, práctica, popular, profundamente cristiana y profundamente humanista.

Ese voto popular a diversos candidatos que se declaran justicialistas expresa reclamos que aún permanecen desoídos y que, para decirlo con palabras del propio Perón, anhelan para el hombre argentino: “Que se realice en sociedad, armonizando los valores espirituales con los materiales y los derechos del individuo con los derechos de la sociedad; Que haga una ética de su responsabilidad social; que se desenvuelva con plena libertad en un ámbito de justicia social; que esa justicia social esté fundada en la ley del corazón y la solidaridad del pueblo, antes que en la ley fría y exterior; que tal solidaridad sea asumida por todos los argentinos, sobre la base de compartir los beneficios y los sacrificios equitativamente distribuidos; que comprenda a la nación como unidad abierta generosamente con espíritu universalista, pero conciente de su propia identidad”.

Por eso, este miércoles haremos nuestras las oraciones de Perón en cuanto pedía que “Dios nos ayude, si somos capaces de ayudar a Dios”, rogándole que “se acreciente aun mas la fecundidad del corazón de todos los argentinos para que sean una sola cosa en virtud del amor, que es lo único que construye”, entendiendo que “la ruta que debemos recorrer activamente es la misma que definen las Escrituras: un camino de fe, de amor y de justicia, para un hombre argentino sediento de verdad”.

PEÑA EVA PERON

PASCUAL ALBANESE - LUIS CALVIÑO - CLAUDIO CHAVES -
VÍCTOR LAPEGNA - JUAN MORALES - JORGE RAVENTOS

Buenos Aires, 26 de junio de 2009

junio 27, 2009

Panorama político nacional de los últimos siete días

A las urnas las carga el diablo

por Jorge Raventos

Al ingresar en su decisivo domingo electoral, Argentina se acerca, quizás, a un umbral de sinceramiento. Es posible que desde la misma noche del domingo comiencen a registrarse realidades que durante un tiempo largo fueron barridas bajo la alfombra con distintas excusas (que terminaban confluyendo en un motivo central: eran incómodas y se consideraba contraindicada su revelación para el objetivo principal de atravesar con aire de victoria el desafío de las urnas).

¿Se conoce, por ejemplo, toda la verdad sobre la dimensión que alcanza en nuestro país la llamada gripe porcina? Es probable que sólo cuando se haya atravesado la prueba del cuarto oscuro, los argentinos nos enteraremos de que la peste ha avanzado más de lo que se reconoce oficialmente. De hecho muchos familiares de víctimas fatales de ese mal recién son informados de lo que sus seres queridos padecían en el mismo instante en que se les comunica su fallecimiento. Lo que es lo mismo: hasta ese momento no figuraban en la estadística oficial de enfermos de la insidiosa gripe. ¿Cuántos se encuentran en esas condiciones?

Es probable asimismo que, con los comicios atrás y las cifras sinceradas, se declare la emergencia sanitaria. Y también que otra persona se haga cargo del ministerio de Salud en lugar de Graciela Ocaña, superada por los compromisos políticos tanto cuando debió afrontar el dengue como ante el virus A (H1N1).

El mismo domingo por la noche se podrá testear el acierto o el error de las consultoras de opinión pública, la veracidad de sus vaticinios. Se podrá tener una idea de cuántos legisladores menos integrarán el futuro bloque oficialista y qué hemorragia de votos sufrió el kirchnerismo desde aquel 45 por ciento que obtuvo 20 meses atrás, en octubre de 2007.

Habrá que ver, sin embargo, si el mismo 28 de junio o al menos el día siguiente la sociedad contará con datos ciertos e inequívocos sobre el resultado de los comicios en la provincia de Buenos Aires. No se trata de un distrito más: allí es donde decidió jugar su suerte Néstor Kirchner y son muchos los que –aliados o adversarios- se muestran convencidos de que el esposo de la presidente está dispuesto a cobrar cara su derrota (o, si se quiere, a comprar caro su victoria).

Es el territorio bonaerense sobre el que más se ha especulado con sospechas de irregularidades. “Instalar la idea de fraude es una irresponsabilidad”, se encrespó el ministro de Interior Florencio Randazzo, conciente de las generalizadas prevenciones. Antes de eso, en el programa de cable que conduce Joaquín Morales Sola, el mismo Randazzo había argumentado que nadie podría culpar al gobierno, ya que “los comicios están a cargo de la Justicia Electoral”. La Cámara Nacional Electoral, como si previera problemas, salió al ruedo para responder y advertir: será el ministerio de Interior –puntualizaron los magistrados- el que tendrá a cargo "la organización, desarrollo y difusión del cómputo provisional" de la elección y la justicia electoral tampoco tendrá "ninguna participación" en "el diseño, planificación, organización, procesamiento, cómputo y difusión de los resultados". Como para que no quedaran dudas sobre el motivo de sus inquietudes, los miembros de la Cámara evocaron en su acordada " los problemas denunciados en las últimas elecciones", que aunque no llegaron a poner “en duda la legitimidad de las elecciones" constituyeron “ infracciones al Código Nacional Electoral”. Los jueces agregaron que "en reiteradas oportunidades” habían planteado “ la necesidad de que se estudiasen posibles adecuaciones normativas que fortalezcan la calidad y la transparencia de los procesos electorales y eviten la reiteración de situaciones" como las que fueron denunciadas en los comicios anteriores, pero que "lamentablemente los poderes políticos no han atendido estos requerimientos".

Los párrafos de la acordada judicial inducen a suponer que los magistrados temen que los episodios revelados veinte meses atrás se repitan (o se multipliquen) esta vez, y quieren establecer sin que haya margen para la confusión de quién no es la culpa y donde se centra la responsabilidad.

En rigor, en el ámbito judicial se recela de que una situación de extrema paridad como la que han registrado las encuestas en la provincia de Buenos Aires, acompañada por episodios equívocos, demoras informativas y denuncias generalizadas, termine endosando a los jueces el veredicto final sobre el resultado de los comicios, como ocurrió en Córdoba en 2007 o como sucedió en Estados Unidos, en el estado de Florida, en aquella célebre final presidencial entre George W. Bush y Al Gore. Se trataría de una situación dramática: no sólo porque revelaría que hubo maniobras inauditas en el procedimiento electoral y porque convertiría a los tribunales en árbitros de lo que debe zanjar limpiamente el sufragio, sino porque indudablemente suscitaría una atmósfera política de inquietud e insatisfacción ciudadana.

En el oficialismo algo intuyen: cuando Luis D’Elía y Carlos Kunkel -dos importantes mosqueteros de Néstor Kirchner- llamaron a los suyos a manifestar en la Plaza de Mayo el 28 al atardecer, lo que querían prevenir era que, en caso de denuncias de fraude, marchas de caceroleros rodearan la Casa Rosada. Desde Olivos tocaron a retirada después de que la amenaza movilizadora tomó estado público: una marcha convocada supone compromisos; si en definitiva acude poca gente, se cuenta como un fracaso. En cualquier caso, la advertencia ya había sido esgrimida: los grupos organizados del kirchnerismo prometen pelea a quien quiera denunciar fraudes ante la sede del gobierno.

¿Terminarán estos comicios de medio término convertidos en un escenario de tensión extrema? Podría suponerse que esa ominosa perspectiva está alentada por la paridad que se prevé que dictaminen las urnas. Una diferencia de uno a tres puntos entre el primero y el segundo es susceptible de ser sospechada o discutida; cuestionar una distancia mayor se vuelve mucho menos sostenible ante la opinión pública.

Pero lo cierto es que si hay sospechas y preocupaciones no están centradas exclusiva ni principalmente en una situación de eventual paridad numérica. En la provincia de Santa Fé se vaticina una elección muy pareja entre Carlos Reutemann y el socialista Rubén Giustiniani y son pocos los que visualizan aquelarres santafesinos. La mirada está puesta en la provincia de Buenos Aires porque la paridad allí afecta personalmente a Néstor Kirchner quien, después de forzar la movilización de todas sus tropas y de convocar en su ayuda a personalidades con prestigio y capital político propio, puede ser derrotado por un diputado nacional de extracción empresarial que seis meses atrás no era detectado por la opinión pública.

Ya el empate es una catástrofe para Néstor Kirchner. Una derrota sería inadmisible y se sumaría al retroceso que sus fuerzas sufrirán en el país en términos de votos y de representación legislativa. Resultado inevitable: Kirchner no sólo se encontraría ante el fin de su ciclo, también se vería incapacitado para elegir los modos de su retirada.

Acostumbrado a gobernar con pocos límites, Kirchner no puede hacerse a la idea de un epílogo de impotencia como el que surgiría de una derrota. Esa es la razón que pone en el comicio bonaerense tanto dramatismo.

junio 26, 2009

EL FINAL DE LA CAMPAÑA

por Claudio Chaves

Al cierre Mauricio Macri pisó el palito. De Narváez un tronco y Michettti se llevó por delante una roca. La inexperiencia política. La carencia de partidos que operen como ámbitos de debate a donde se lleven temas y se promueva la discusión, los ha colocado en esta situación desagradable que, naturalmente, el gobierno ha sabido explotar inteligentemente. Es que PRO no es un partido. Cuando uno observa la línea de funcionarios en cada uno de los ministerios o secretarías encuentra poco y lo de De Narváez es una fundación.

Se metieron ingenuamente en el terreno que el gobierno nacional quería: el de un plebiscito y el debate del modelo nacional. En el mejor de los casos las opiniones apresuradas sobre privatizaciones y estatizaciones ha sido una insensatez. Estas elecciones son legislativas no se discute el modelo de país: estatización, privatizaciones, política exterior. Y, entonces ¿porque hablar de lo que el gobierno buscaba? ¿Confundidos, quizás, porque en el medio de las elecciones se colaron problemas de corte nacional como la nacionalización, por parte de Chavez, de algunas fábricas de Techint?

¿Obligados, a lo mejor, por la posición crítica de la UIA en esta circunstancia (sólo en esta circunstancia) y cometieron el error de la imprudencia, de hablar de más, de tomar posición frente al estatismo y también frente a la política exterior? Esa urgencia innecesaria los llevó a la dinámica del gobierno. A la trampa.

¡Al fin y al cabo la UIA se tomó tanto tiempo para criticar a Kirchner que nadie iba a enojarse por un tiempito más o menos que se tomara la oposición!

La cuestión central en estas elecciones es la derrota o no del kirchnerismo en cada una de las provincias, por políticas nacionales que afecten al distrito o por malas políticas de distritos administrados por aliados kirchneristas.

El objetivo del peronismo federal fue no nacionalizar la campaña. Por el contrario, encerrarse en cada provincia y dar la batalla ahí. Esta ha sido la razón, entre otras, de las dificultades del peronismo federal de encontrar unidad en la acción.

Naturalmente, arreados los candidatos bonaerenses por el gobierno nacional al debate de los grandes problemas, aparecieron las diferencias. Como tenía que ser. Y no es una casualidad que fuera Macri el que sobrepasó los límites. Total, el no juega. No era el momento. Fue un error.

Las fuerzas políticas que enfrentan a Kirchner en Buenos Aires no son un todo homogéneo y compacto. Es un acuerdo entre diferentes sectores cuya coincidencia estaba en el punto de la derrota de Kirchner y de Scioli por problemas de coparticipación, seguridad, el campo, la salud y educación. ¿A que meterse con Edesur, Edenor, YPF y Aerolíneas Argentinas?

Para cuando esos temas se debatan en el parlamento (en el caso que llegara a suceder) con los diputados elegidos el 28 de junio, muchas cosas habrán ocurrido. Faltan, aún, nueve meses. Hay tiempo para ponerse de acuerdo o no.

REVOLUCIÓN O CONSENSO

En los últimos quince días el gobierno nacional había perdido la iniciativa y, también, el rumbo. Modificó su táctica y su discurso como quien cambia de camisa. Pasó de la agresión generalizada a acariciar ancianos y niños. De la cara adusta y cargada de presagios a la sonrisa bonachona, para volver a señalar, con energía de revolucionario setentista: ¡no hemos venido al gobierno para dejar de lado nuestras ideas! Amenazar, luego, con más estatizaciones y al mismo tiempo, un ministro, negar semejante aseveración. Esta pérdida de rumbo, estos dislates, debieron ser aprovechados con mayor firmeza, pero en su refractación local. Faltó humildad. Es decir fijar con precisión el límite provincial de la pelea. Debatir los temas que corresponde a los cargos que se disputan.

La homogeneidad ideológica del gobierno que le permite dar estos debates habla de su soledad. Es un grupúsculo de políticos alejados de los factores de poder y de importantes franjas sociales del país que sólo dominan el aparato del Estado. El kirchnerismo vuelve al lugar de donde partió. Un cenáculo de aventureros que se alzaron con el poder en un momento de extrema gravedad y aturdimiento social. De a poco fue perdiendo todos sus apoyos. ¡Si hasta la UIA ya le ha dado la espalda! y Moyano habla cada vez menos.

Nunca se ha visto en la historia política argentina, en el medio de una puja electoral afirmar, como hace el gobierno, que después que ocurran las elecciones se van a unir con el sector que le disputa el poder. Y entiéndase que esto no lo dice Scioli por puro espíritu democrático. Por el contrario lo que Scioli dice es: Nosotros somos la lepra y luego de las elecciones vamos juntos con el otro peronismo. Con el solo afán de restarle votos a De Narváez. Por contagio no más.

Scioli y Kirchner juegan a la mancha venenosa. Al que tocan lo enferman. En que bajo concepto se tienen. Han perdido la autoestima. Desvalorizan y humillan a su electorado. Como si todos estuvieran en el mismo estercolero.

En tal soledad han quedado que en los últimos discursos del ex presidente se nota con luminosidad que avanzan a la defensiva. No pierde oportunidad en señalar todas las dificultades que su gobierno encuentra para gobernar como ellos quieren. Que la oligarquía, que los políticos de la derecha, que los grupos empresarios de enorme concentración económica, que las fuerzas hostiles del imperio, que la clase alta argentina, que la clase media (pequeños burgueses como despectivamente la llaman), que el campo, que los monopolios informativos, que el periodismo y que el Vicepresidente. Todos en contra. Ellos, los iluminados por la idea, poseedores absolutos de la verdad son las víctimas. La victimización siempre fue la política de las minorías. Como tales sostienen en alto las banderas de la revolución, del cambio, del progreso y la justicia social. ¡Es su epopeya!

En el cierre del acto capitalino del Luna Park Kirchner, en medio de estandartes del partido comunista y banderas con el rostro del Che afirmó: no se puede tener un millón de amigos. Esta definición explica su tragedia. Los sectarios no tienen amigos. Los políticos procuran tenerlos, a veces por demás. Los ideólogos con su higiénica pureza cavan trincheras a su alrededor. Los políticos suman para ampliar consensos. La Argentina no necesita una revolución y menos en el sentido que el kirchnerismo pretende. La Argentina necesita acuerdos y consensos. Por eso el gobierno está muy mal electoralmente. En el acto de cierre de la campaña bonaerense Scioli dijo: “por eso le pido a los peronistas que nos voten…” y nuevamente el encierro en su pequeño mundo.

Todo esto era así hasta que pisaron el palito los contrarios. ¡Una lástima! le dieron aire a un gobierno despistado.

DESPUÉS DE LAS ELECCIONES

El Gobierno ha convocado a una reunión en la Plaza de Mayo para después de los comicios. Todavía no entiende que el domingo, lo que se defina, se hará democráticamente, por las urnas y no en la calle. Viven otras épocas y otros climas. Son sapos de otro pozo. Persisten en el error, en la provocación. Siguen yendo para atrás. En estas condiciones es muy probable que el domingo sea un fiasco para el gobierno. Y finalmente la reunión no se haga. La pregunta que se hace todo el abanico político del país es como sigue la Argentina a partir del lunes. Dependerá mucho del gobierno. Todavía hay posibilidades de una transición administrada. Lo cierto es que Kirchner ya fue. Su derrota en la provincia puede acelerar los tiempos de organización interna del PJ y ponerse a tiro para las elecciones del 2011. Su triunfo puede condicionar este rumbo e incluso la derrota del justicialismo en las elecciones del 2011.

La posible derrota de Lole en Santa Fe apartaría del escenario electoral a una figura de acuerdos, de enlace, entre el Kirchnerismo y el peronismo. Es decir un pasaje ordenado y sin importantes rupturas. Sin Lole, otro debería surgir. En este caso ¿Scioli? (si triunfase) Mmm…, sería dificultoso para todo el peronismo reunificarse bajo su conducción. Puesto que estaría Kirchner por ahí. Tendría, Scioli, que hacer extraordinarios esfuerzos simbólicos de apartamiento del ex presidente. ¿Podría ser?

El peronismo tiene muchas figuras capaces de ser presidenciables. Quien llegara a ser, producto de internas que deberán realizarse, lo condicionará el ritmo que adquiera la vida política del país. Si vamos a una confrontación más aguda el candidato que emerja deberá ser la antítesis de este gobierno. Si vamos a una transición ordenada otros serán los candidatos.

Si el turno que viene no es para el peronismo, lo cual es probable, ya están en gateras Binner y Cobos. Serían candidatos opositores pero de un viraje de pocos grados, al fin y al cabo el socialismo santafecino y el radicalismo le dieron los votos para las más importantes estatizaciones realizadas por este gobierno.

En esa situación el peronismo se retiraría a lamer sus heridas y a reconstituirse luego de la derrota y en la oposición. Muchas cosas deberán debatirse a su interior. Y nuevos agrupamientos políticos necesariamente surgirán en el país.

junio 21, 2009

EXPOSICION DE VICTOR LAPEGNA EN LA CENA DE LA PEÑA EVA PERON DEL 17 DE JUNIO

Faltan 11 días para las elecciones del 28 de junio y más allá del detalle de su resultado, es posible anticipar que estos comicios van a dejar dos datos esenciales:

1. La derrota política del régimen kirchnerista, condición necesaria pero no suficiente para abrir camino a los cambios que son necesarios,

2. La identificación política de la mayoría del pueblo con el peronismo, más allá de que quienes asumen esa identidad voten a candidatos “kirchneristas”, “antikirchneristas”, “no kirchneristas” o “postkirchneristas”, en tanto lo hacen a partir de reconocerlos justicialistas.

Respecto del primer dato cabe advertir que si la derrota del kircherismo sólo se traduce en acuerdos de cúpula entre los actuales dirigentes del peronismo que definan quienes serán los candidatos en los comicios del 2011 (o en la próxima elección presidencial, que puede anticiparse), lo más probable es que más pronto que tarde se reproduzca la situación crítica que generó el régimen kirchnerista.
En cuanto a la persistente adhesión al peronismo de la mayoría del pueblo, debe decirse de ella que contiene, a la vez, la esperanza y el reclamo de que el peronismo solucione los graves problemas pendientes, algunos de los cuales se muestran en el informe que presentamos a continuación.

Deterioro Social en la Argentina 1998 / 2008

La situación social argentina en el año 2008 era mucho peor que la del año 1998, según lo muestra un estudio comparativo realizado por el Instituto de Estudios y Formación de la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA) que dirige el economista y diputado nacional Claudio Lozano, cuyas principales conclusiones exponemos en el siguiente cuadro.

Indicadores socio-económicos seleccionado en el período 1998/2008
Instituto de Estudios y Formación - Central de los Trabajadores Argentinos
1er Dato: 1998 2do Dato: 2008 3erDato: %Variación


Variación PBI anual a precios de 1993 288.123--- 328.875--- 32,9%
Tasa de Empleo 36,9%-- 42%-- 13,9%
Ingreso medio de los ocupados (estimación propia)569,3--- 1421,51--- 49,7%
IPC mayo 1998 = 100 (estimación propia)100---295,7---195,7%
Ingreso medio real de los ocupados 1998= 100---76--- -24%
Brecha de ingresos entre el decil I y el X (Al trimestre 1 del 2007)22,8---28,7---26%
Masa salarial como % del PBI: 32,4%---28,6%--- -11,7%
Tasa de pobreza (datos estimados al 2008)24,9%---29,8%---19,7%
Población pobre 8.995.108--- 11.777.769--- 2.782.661
Tasa de indigencia (datos estimados al 2008)5,7 %---12,2%--- 114%
Personas indigentes 2.059.121--- 4.839.584--- 2.780.463
Concentrac. Económica (% PBI/ventas 200 mayores empresas)*31,6%---56,1%---77,5%

*Los datos de concentración económica corresponden a los años 1997 y 2007
Fuente: Elaboración propia con datos del INDEC, Revista Mercado y Junta Interna ATE-INDEC (2008)


De lo expuesto surge que, respecto de 1998, en el año 2008 el Producto Bruto Interno (PBI) medido a precios constantes de 1993 creció un 32,9% y que la tasa de empleo aumentó un 13,9% pero que, a la vez,

  • el ingreso medio real de trabajadores ocupados (ingreso nominal corregido por la evolución del Índice de Precios al Consumidor) disminuyó un 24%, lo que representa una brutal caída en la calidad de vida de las familiar trabajadoras ya que en la década se redujo casi en una cuarta parte la capacidad de compra del salario;
  • la brecha en el nivel de ingresos entre el primero y el décimo decil (los que ganan más y los que ganan menos) de la población aumentó un 26%, lo que significa que en esta década se acentuó fuertemente la desigualdad en la distribución del ingreso;
  • la participación del salario en el PBI se redujo un 11,7%, un dato que acentúa y confirma la injusticia social, habida cuenta que en la concepción peronista los salarios deben estar cerca del 50 por ciento del PBI y hoy no llegan al 30 por ciento;
  • la tasa de pobreza creció un 19,7%, lo que indica que casi una quinta parte de la población cayó en la pobreza en la última década, esto es que más de 2,78 millones de compatriotas vieron reducidos sus ingresos por debajo del nivel de pobreza;
  • la tasa de indigencia se incrementó un 114%, dato brutal en su magnitud y en su significado ya que, vale recordarlo, las personas indigentes son aquellas cuyo ingreso no les permite comprar la canasta básica de alimentos y la mayor parte de esos 4.839.584 compatriotas están sumidos en condiciones de vida degradantes, despojados de los básicos niveles de dignidad que son propios de la condición humana.

La Herencia de Perón

“Mi único heredero es el pueblo”. Estas palabras del general Juan Domingo Perón en su último discurso no fueron pronunciadas al acaso. Con ellas nuestro maestro y conductor ratificaba lo que venía señalando con especial énfasis desde su retorno a la Patria en 1972: el peronismo debía pasar de la etapa gregaria a la etapa orgánica.

Esto significaba que, cuando Perón marchara a la casa del Padre, ningún liderazgo personal o sectorial podía sucederlo en su rol de conductor del Justicialismo. Siendo el pueblo quien debía heredar a Perón, era preciso establecer las formas de democratización del Justicialismo que llevaran a hacer efectivo ese mandato testamentario.

En 1983 la conducción del peronismo era ejercida en los hecho por la cúpula del movimiento obrero y algunos dirigentes políticos que la rodeaban, sin que hubiera una participación popular efectiva en el sistema de toma de decisiones y uno de los resultados del incumplimiento del legado de Perón fue la derrota del Justicialismo en las elecciones presidenciales de ese año.

La alternativa de gobierno que fue elegida por la mayoría del pueblo no estuvo a la altura de las circunstancias y terminó llevando a la Argentina al caos hiperinflacionario de 1989, situación general que confluyó con los pasos que dio el Justicialismo en la perspectiva de hacer que el pueblo fuera el heredero de Perón, consistentes en el proceso de la llamada “renovación” de 1985/87 que desembocó en las elecciones internas de 1988 de las que, con la participación de millones de compañeras y compañeros, surgió la fórmula Menem-Duhalde que ganó las presidenciales de 1989.

El impulso que quedaba del proceso de democratización del Justicialismo comenzado con la renovación y continuado con las elecciones de internas de 1988, el liderazgo carismático de Carlos Menem y sobre todo los éxitos logrados por su gestión de gobierno, alcanzaron para que el peronismo ganara las elecciones presidenciales de 1995. Pero el hecho de que en la década de 1990 poco y nada se haya hecho para seguir y profundizar el proceso de democratización del peronismo, fue una de las causas de la derrota en las elecciones presidenciales de 1999.

Es sabido que el gobierno de la Alianza reprodujo el fracaso del alfonsinismo en forma más rápida y rotunda y que generó la gravísima crisis del 2001 de la que pudimos salir merced a la acción desplegada por los gobiernos de proclamada identidad justicialista, que presidieron Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner.
En síntesis, en los 20 años transcurridos desde 1988 hasta hoy, en el Justicialismo no se hizo casi nada para que, efectivamente, el heredero de Perón sea el pueblo y tenemos así que, para decirlo con palabras del compañero Osvaldo Agosto, “los peronistas seguimos siendo muchos, lo que no hay es peronismo”.

La crisis de representación y los servicios del Estado


Dado que el peronismo es la identidad política que asume la mayoría del pueblo, el hecho que el Justicialismo carezca de una estructura democrática en la que los peronistas podamos expresarnos y participar en la toma de decisiones en forma organizada, es la principal debilidad del sistema de representación argentino.

Durante mucho tiempo, los círculos de militantes y activistas del peronismo frecuentamos un debate en torno del “partido” y el “movimiento” que, las más de las veces, incurría en lugares comunes, banalidades y recetas anquilosadas y resultaba por completo indiferente a ese pueblo que asume al peronismo como su identidad política.

Creemos que ese debate no puede postergar la tarea de organizar un Partido Justicialista que reúna tres condiciones esenciales:

1. Crear espacios a nivel local, provincial y nacional, en los que se promuevan y permitan un libre y amplio debate, aquello que Perón llamaba “la lucha por la idea”, que posibiliten:

a. que todos los peronistas tengamos una participación efectiva en la decisión de las orientaciones políticas que adopte el Partido,

b. llevar a cabo tareas de formación, capacitación y adoctrinamiento para elevar la calidad de nuestros cuadros y dar continuidad transgeneracional al peronismo.

2. Garantizar que los dirigentes partidarios en todos los niveles sean designados en elecciones periódicas por el voto directo de todos los afiliados.

3. Garantizar que los candidatos que el Partido presente en elecciones generales en todos los niveles sean consagrados por el voto directo de los afiliados.

Esa reorganización democrática del peronismo es la condición necesaria para superar la situación imperante en la Argentina de hoy, donde el pueblo casi no delibera y es muy poco lo que gobierna por medio de quienes deben ser sus representantes.
Un síntoma de esa crisis de representación es el deterioro de la gobernabilidad y del liderazgo que tiene uno de sus más graves efectos en la baja calidad de los servicios al bien común que prestan quienes conducen al Estado argentino en todos sus niveles (nacional, provincial y municipal).

Es sabido que la misión propia del Estado es establecer y aplicar normas que le aseguren a la comunidad acceder a servicios adecuados de seguridad, salud, educación, administración de justicia, transporte, comunicaciones, vivienda, calidad ambiental, defensa nacional, economía y relaciones con el mundo, por mencionar los principales y en la Argentina, desde hace mucho tiempo la calidad de esos servicios, en términos generales, es una porquería.

En el último cuarto de siglo de democracia formal, esa baja calidad de los servicios cuya prestación debe garantizar el Estado tiene una de sus causas en la separación entre quienes dirigen y administran el Estado y quienes somos su fuente nominal de legitimidad y autoridad o, para decirlo en otros términos, entre gobernantes y gobernados.

El resultado de ese divorcio es que, en los distintos ciclos que se sucedieron desde 1983 hasta hoy, quienes acceden a posiciones de gobierno tienden a priorizar sus intereses personales, grupales o sectoriales sobre los del conjunto de la comunidad y a incurrir en un uso indebido y arbitrario de los recursos cuya administración se les confía, al destinarlos a su propio beneficio o a consolidar sus posiciones circunstanciales de poder, antes que a asegurar la provisión de servicios eficientes a la comunidad.

Esa tendencia a la consolidación de una oligarquía que gobierna con ropajes democráticos no llega a ser alterada por la moralina de los discursos contra la “corrupción” de algunas y algunos componentes de esa misma oligarquía política, cuyos comportamientos políticos reproducen la causa esencial de la distorsión.

Un ejemplo de lo antedicho son las arengas apocalípticas y moralizantes de Elisa Carrió, que no pasan de ser, parafraseando a Shakespeare, el discurso de un necio, lleno de sonido y de furia pero que nada significa, ya que al interior del movimiento político que ella creó, Lilita impone un personalismo cesarista y oligárquico que restablece el mismo divorcio entre dirigentes y dirigidos que existe en el Estado entre gobernantes y gobernados.

El comportamiento oligárquico de quienes acceden al gobierno también es una expresión e incluso, en algún sentido, un mecanismo de protección ante la crisis de confianza, mal crónico que persiste con formas y en grados diversos en la Argentina, al menos en los últimos 25 años.

Entre los gobernados esa crisis de confianza se traduce en el extendido desinterés y rechazo popular hacia los políticos y la política, pero también en el bajo nivel de inversión interna (hace décadas que cientos de miles de millones de dólares de argentinos permanecen depositados fuera del país), el muy elevado grado de evasión y elusión de las obligaciones impositivas y provisionales y el vasto incumplimiento de la ley, que incluye comportamientos cotidianos como la escasa contribución social a la limpieza de los espacios públicos o la violación de las normas de tránsito por automovilistas y peatones.

El “estadocentrismo” de las oligarquías políticas enquistadas en los pliegues y repliegues del gobierno para obtener ventajas individuales, grupales o sectoriales de riqueza y poder encuentra su complemento entre los gobernados en el comportamiento de quienes, con mentalidad rentista, asistencialista, corporativista y parasitaria, todo lo esperan y requieren del Estado.

Para nosotros, peronistas, es obvio que la respuesta a ese “estatalismo” dista de ser el individualismo liberal de quienes todo lo esperan del mercado y tienden a dejar a los más como meros consumidores o, peor aún, como desocupados y excluidos y nos parece evidente que los enormes problemas, desafíos y tareas que plantea la realidad nacional no pueden ser resueltos en la estrecha dialéctica Estado-mercado.
Nosotros no ponemos en el centro ni al Estado ni al individuo, sino al pueblo y es por eso que nuestra alternativa es avanzar hacia la comunidad organizada, buscando encauzar y movilizar las energías vivas y responsables de los sujetos reales que son las personas, las familias, las empresas, los sindicatos, las organizaciones libres del pueblo y promover su activa y creciente participación en el sistema de toma de decisiones, pasando de la actual democracia formal hacia una democracia social, orgánica y directa.

Las tareas de la revolución peronista pendiente

Para quienes adherimos a los principios del Justicialismo la prioridad insoslayable es remover las causas estructurales que llevaron a que hoy haya más de 16,6 millones de compatriotas que padecen pobreza e indigencia, la mayoría de los cuales son niños y residen en el conurbano bonaerense.

Iniciativas como la asignación de un subsidio universal a la niñez o la mejora de la calidad y la dimensión de los programas de asistencia social, aunque sean útiles en la emergencia, no dejan de ser paliativos que recuerdan aquello de querer tratar un cáncer tomando aspirinas.

A nuestro juicio una de las respuestas a la reproducción estructural de una pobreza y miseria crecientes es diseñar y poner en marcha una revolución demográfica que termine con la monstruosa macroencefalia que llevó a que más del 30% de la población argentina resida en una superficie que es apenas el 3 % de los casi 3 millones de km2 que tiene nuestro territorio.

Dos frases programáticas del general Perón: “Cada argentino debe producir, al menos, lo que consume” y “La tierra debe ser para el que la trabaja” y un anhelo de Evita que compartimos (“Queremos hacer de la Argentina una nación de propietarios y no de proletarios”) son el marco de esa revolución demográfica.

Se trata de entregar en propiedad parcelas de tierra en el interior del país, sobre todo a las familias pobres e indigentes que residen en el conurbano bonaerense y los cordones periurbanos de Rosario, Córdoba, Mendoza, San Miguel de Tucumán, etc.; que cuenten con una adecuada superficie para la producción mixta de frutas, hortalizas, verduras y cría de animales, con espacios amplios de propiedad común, en parte destinadas a instalaciones para el procesamiento e industrialización de los bienes producidos y la elaboración de comidas que, debidamente conservadas, puedan ser vendidas en los mercados internos y externos y en parte destinados a diversos servicios comunitarios (escuela, iglesia, centro de reuniones, centro de deportes, etc.).

Para hacer posible esta epopeya es preciso que cada uno de esos centros productivos urbano – rurales tengan los servicios y recursos que hacen a la calidad de vida en este tiempo sumando al gas, la electricidad y otros insumos similares, redes de información y comunicaciones, establecimientos educativos, centros de salud y vías de transporte que permitan que los productos accedan a los centros de consumo.
Otra iniciativa revolucionaria es que los fondos del Estado destinados a asignaciones sociales pasen a financiar directamente a las familias usuarios de los servicios y ya no a los prestatarios de los mismos. En otros términos, se trata de distribuir directamente entre las familias demandantes la mayor parte de los fondos públicos consolidados destinados a fines sociales (vivienda, educación, salud, medicamentos, programas alimentarios, subsidios, etc.), que hasta ahora se asignan a los oferentes de tales servicios (empresas constructoras, prestadores de servicios educativos y de salud, laboratorios medicinales, proveedores de alimentos, etc.) para que cada familia los aplique del modo que considere más adecuado para subvenir sus necesidades.

Para mejorar la calidad de los servicios de administración de justicia proponemos democratizar la estructura oligárquica y corporativa del Poder Judicial a través de la generalización del sistema de juicio por jurados establecido en la Constitución de 1853 por la sabia visión de Juan Bautista Alberdi y la designación de jueces, fiscales y otros integrantes de la magistratura mediante el voto popular directo.
Para lograr una mejor calidad en los servicios de seguridad, a la iniciativa anterior agregamos la propuesta de descentralizar los cuerpos policiales a escala municipal con la obligatoriedad para su personal de residir en el ámbito territorial de revista y la elección por voto popular directo de los jefes de cada unidad, complementando esos servicios con estructuras policiales centralizadas de alta profesionalidad para la prevención, control y represión de delitos complejos y del crimen organizado.

Para ampliar la representatividad de nuestro sistema democrático se deben reglamentar y poner en práctica institutos de democracia semidirecta consagrados en la reforma constitucional de 1994, ampliar los canales de representación y participación efectiva de las organizaciones libres del pueblo en los sistemas públicos de toma de decisiones y avanzar hacia nuevas organizaciones libres del pueblo, por ejemplo asociaciones de consumidores y de usuarios de servicios públicos.
Por último, pero no por eso menos importante, debe ser puesto en acción el principio de subsidiariedad en el que se basa el régimen federal, transfiriendo misiones y recursos que hoy maneja la Nación a las Provincias y a los Municipios y concretando una reforma impositiva que haga efectivo el federalismo fiscal.

Estas son algunas de las principales medidas de la revolución peronista pendiente para hacer realidad, en el siglo XXI, una Argentina socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana y son los temas de los que casi nadie dijo nada en la campaña electoral.

Concretar esta epopeya revolucionaria requiere del impulso de una voluntad y energía política que sólo puede acumular la organización democrática del Justicialismo, que convierta al ejército en dispersión que somos hoy los peronistas en una fuerza concentrada, capaz poner fin a la decadencia nacional, la falta de confianza y la reproducción de la pobreza y la indigencia que venimos padeciendo.

junio 20, 2009

Panorama político nacional de los últimos siete días

Desesperada apuesta
al abrazo del oso


por Jorge Raventos


A siete días del 28 de junio, los pronósticos electorales comienzan a volverse cautelosos: hasta las enloquecidas brújulas de los encuestadores cautivos de la demanda oficialista parecen normalizarse, apuntan a resultados plausibles amparados, en todo caso, por el bendito “error muestral”. Ya no se escuchan vaticinios como el de Artemio López, que Horacio Verbitsky difundia el 12 de abril en su columna de Página 12: “Kirchner es imbatible en el conurbano”, ni otros que garantizaban al ex presidente,en el conjunto de la provincia, ventajas de entre 7 y 12 puntos (Zuleta Puceiro, Ibarómetro). Ahora todos coinciden en que “ha habido variaciones”, que vale la pena “observar con atención” esos cambios, porque, en fin, las chances del oficialismo y las del peronismo disidente que encarna la dupla Francisco De Narváez-Felipe Solá se han empardado, en un paisaje general de polarización.

Seguramente hoy, primer día del invierno, se difundirán varias nuevas encuestas y allí se confirmará ese diagnóstico: paridad entre el oficialismo y Unión-Pro, basada tanto en una leve caída de Kirchner como en un ascenso de De Narváez, que tiende a concentrar la mayoría del voto opositor, a expensas, en primer lugar, del panradicalismo que en territorio bonaerense encabeza Margarita Stolbizer. Artemio López anticipa los efectos de manera críptica, tal vez para no ofender más a sus amigos del oficialismo: “La clave es la evolución del Acuerdo Cívico que hoy mide 20 por ciento. Si crece o se estanca, la ventaja del FPV es consistente. Si cae, el escenario es indecidible”. ¡¿Lo qué?!

Otro analista lo expone más clarito: “Un dato relevante que sabrán interpretar en Olivos será el porcentaje que recoja la boleta de Margarita Stolbizer: si se encoge por debajo del 20 por ciento, Kirchner sabrá anticipadamente que él es la segunda víctima de ese achicamiento, porque los votos opositores que emigran de Stolbizer aterrizan en la boleta de Unión-Pro”.

Seguramente para abortar ese proceso el gobierno ensaya desde el viernes en distrito bonaerense la clásica táctica del abrazo del oso: Aníbal Fernández, Carlos Kunkel y Florencio Randazzo, los tres mosqueteros más obedientes con que cuenta Néstor Kirchner, se lanzaron a insinuar que a partir del lunes 29 el kirchnerismo y la disidencia peronista “se reunificarán” y tratarán alrededor de una mesa sus “asuntos de familia”. El Señor de Olivos y sus lenguaraces saben como nadie que ante el electorado independiente pocas cosas son más –usando un término de Juan Perón- “piantavotos” que las relaciones con el oficialismo, de modo que procuran impregnar con ese fluido a sus adversarios de la disidencia peronista para darle una mano a Stolbizer, que a esta altura se ha vuelto el irónico modo como Kirchner cree poder ayudarse a sí mismo.

En rigor, a Kirchner se le ocurrió esa maniobra cuando registró el éxito que empezó a darle ese argumento a los socialistas santafesinos de Hermes Binner. Carlos Reutemann venía punteando cómodo en las encuestas hasta que el gobernador Binner intervino en la campaña para sostener a su candidato, Rubén Giustiniani. Lo hizo atacando a Reutemann por su pasada gestión en la provincia y, sobre todo, deslizando la idea de que existe un pacto clandestino entre el Lole y el oficialismo nacional. A partir de allí, Giustiniani empezó a descontar diferencias y hoy algunas encuestas hasta lo imaginan ganador. Kirchner ya da por perdida la provincia de Santa Fé (como Córdoba, Capital y Mendoza), pero que los socialistas le ganaran a Reutemann lo haría extremadamente feliz. Reutemann está dispuesto a dedicar todo el último tramo de la campaña a remarcar inequívocamente que no hay reconciliación posible entre él y los Kirchner. Sabe que la energía que ponga en esa diferenciación es la clave de su posible triunfo.

Aún mayor satisfacción que ver derrotado a Reutemann sería para Kirchner conseguir que la Coalición Cívica alcance más del 20 por ciento de los votos el domingo próximo: eso le daría réditos directos.

Si bien se mira, Elisa Carrió y muchos de los candidatos cívicos bonaerenses se cansaron de asegurar que “Kirchner y los peronistas disidentes son lo mismo”. A diferencia de Santa Fé, donde el liderazgo socialista consiguió darle cierta credibilidad a ese argumento, en el distrito bonaerense ese razonamiento no resultó verosímil. Ahora, el kirchnerismo, con declaraciones de tres de sus funcionarios peor mirados, procura ofrecerle algunos flecos de plausibilidad: habrá que ver si consigue llegar más allá de las mentalidades conspirativas. “Con el kirchnerismo no vamos ni hasta la esquina”, se encargó de aclarar De Narváez, por si acaso.

Se espera que la consultora Poliarquía, que fue la primera de las mayores en revelar el escenario depolarización (y la primera que le concedió a De Narváez el primer puesto en Buenos Aires), revele el primer domingo del invierno su nuevo estudio: seguramente habrá menos indecisos que en su registro anterior, probablemente confirmará las tendencias que dio a conocer una quincena atrás. No es una hipótesis peregrina, cuando todas las consultoras que daban ganador a Kirchner admiten ahora que la tendencia se invirtió.

Quizás para palpitar los resultados del 28 haya que mirar un poco más hondo: las elecciones difieren de las encuestas en varios aspectos. El principal, los comicios se asientan en organizaciones políticas. Otro: para votar en la elección es necesario ir al recinto de votación, lo que requiere una voluntad y una decisión. Las mismas encuestas revelan que hay sectores signitificativos que dudan a esta altura si votarán o se quedarán en su casa. En este punto, De Narváez parece más vulnerable que el oficialismo, ya que las encuestas que estudian esos comportamientos indican que los más propensos a no votar se encuentran en las franjas de edad más jóvenes (18 a 25 años; menores de 40), que son justamente los segmentos generacionales en los que Unión-Pro consigue los mayores respaldos. De Narváez tiene que luchar tanto contra la dispersión del voto opositor, como contra el descreimiento que alimenta el escepticismo y la no participación electoral.

Luego está el fantasma de las maniobras ilegales: “La incidencia del fraude puede estar en el orden de los 4 puntos”, dicen los especialistas. De allí la necesidad de superar ese margen. “Tenemos que llegar a seis puntos de ventaja para que no nos puedan ganar ni haciendo fraude”, le confiaron al diario Clarín asesores de De Narváez que, según sus propias encuestas, se consideran –una semana antes del 28- ganando por 3,7 puntos.

El domingo 28 habrá pasado el momento de las encuestas. Será el tiempo de las urnas, la hora de la verdad. A partir de allí, empieza otro ciclo.

junio 18, 2009

EL OTRO PERONISMO RELEGADO

En el debate entre los candidatos de la Ciudad, fue un placer escuchar la voz de un cuadro peronista altamente calificado y de los pocos que quedan formados en el contacto directo con el General Perón. Si bien sus ideas conservan mucho del antiguo peronismo estatista y su preferencia personal se orienta hacia una variante social-demócrata más que liberal, Pino Solanas, comprende bien algo que a algunos liberales del PRO les cuesta comprender: que hay que descentralizar y llevar la administración pública hasta sus más mínimas unidades de gestión para permitir el mejor uso y control por parte de la ciudadanía.

Existe un punto donde se encuentran el liberalismo más avanzado y el peronismo más honesto, el que realmente busca la participación de los ciudadanos y la mejoría de su nivel de vida: el de la descentralización, la autonomía administrativa de las entidades de capital público y el control ciudadano de gestión.

En el próximo PJ abierto a la discusión interna, el rescate del mejor peronismo de izquierda deberá incluir también a los que han sido apartados por la izquierda centralista y estatizadora, ese falso peronismo encarnado principalmente por los Kirchner y caracterizado por la falta de participación popular en los asuntos de gestión. La discusión sobre el federalismo tendrá también valiosos aliados con este peronismo que desde una izquierda más honesta, también piensa en el bien del país.

Es muy posible que dentro del mismo peronismo se pueda por fin llegar a la síntesis que una al país detrás de las ideas más prácticas. Falta, por ejemplo, la experiencia de insertar dentro de un sistema liberal, unidades de capital público que funcionen con la misma calidad y aptitudes de las empresas privadas, con fines de lucro sólo orientados a la reinversión para un servicio más eficiente.

Recomendados

En el diario La Nación, del día miércoles 17 de junio, un muy interesante análisis de Juan Llach sobre la situación económica mundial y de cómo debería la Argentina plantarse frente al mundo, eligiendo como representantes a quienes comprendan y acepten las reglas del juego.

Se acerca la recuperación por Juan J.LLach

Por otra parte, en el blog de Domingo Cavallo, continuan las brillantes notas en profundidad sobre la economía global, entre ellas:

El crecimiento global futuro sólo puede ser liderado por las inversiones en los países en desarrollo

La próxima discusión en el Partido Justicialista deberá incluir obligatoriamente estos temas y el aporte de estas personas, probablemente las más capacitadas y experimentadas del país para proponer las reformas necesarias que reencaminen a la Argentina en la senda de la cual nunca debió haberse apartado. Los profundos errores de Duhalde y Lavagna y continuados por los Kirchner deberan ser comenzar a ser reparados a partir del 28 de Junio, con la clara puesta en el tapete de estos temas para acelerar la toma de decisiones en el correcto sentido.

De los liderazgos aspirantes del peronismo y del PRO, la ciudadanía espera esta claridad conceptual y habilidad para explicar. Esperemos que desde un PJ por fin abierto a la discusión y participación interna se las pueda brindar.

junio 13, 2009

Panorama político nacional de los últimos siete días

¿Monarquía o Poliarquía?

por Jorge Raventos

El domingo 7 de junio, tres semanas antes de los comicios, el diario La Nación publicó una encuesta de la firma Poliarquía (una de las más acreditadas del mercado) según la cual el llamado “Properonismo” -la reunión de justicialistas disidentes, independientes y seguidores bonaerenses de Mauricio Macri- con Francisco de Narváez y Felipe Solá a la cabeza, estaba superando en la provincia de Buenos Aires al Frente por la Victoria, de Néstor Kirchner. Una singularidad del estudio reside en que se trataba del primero de ese tipo que registraba una derrota de Kirchner. Otro rasgo excepcional: el estudio de Poliarquía no fue solicitado ni por el gobierno, ni por el oficialismo o alguna otra fuerza política, sino por el propio diario La Nación; se trata, pues, de un trabajo de independencia política garantizada.

Empate técnico

En rigor, la ventaja que la encuesta le adjudicaba a De Narváez (3,10 puntos) era mínima, de apenas una décima por encima del margen de error muestral que manejan las consultoras de opinión pública, de modo que sería casi más preciso definir el cuadro resultante como de “empate técnico”. Después de esa, se conoció otra encuesta, de la firma Opinión Autorizada, que esta vez le asigna los 3 puntos de ventaja a Kirchner.
En cualquier caso, las cifras de Poliarquía determinaron un estado de creciente nerviosismo en Olivos. Y también en la cúpula del Acuerdo Cívico y Social, la alianza que reúne a radicales, socialistas y seguidores de Elisa Carrió. Sucede que lo que ese “empate técnico” estaba revelando –más allá de quién estuviera unos centímetros delante de quién- era un escenario de polarización, el horizonte que tanto el kirchnerismo como el Acuerdo se han esforzado en evitar.
Para la estrategia oficialista la consigna dominante ha sido la clásica: divide et impera. El negocio de Kirchner consistía desde el primer momento en alentar una distribución pareja de los votos de las mayores fuerzas opositoras (el peronismo disidente y el Acuerdo), de modo de sacar ventaja de esa división. Aunque durante varias semanas desde Olivos se hizo lo posible para inflar las velas de la boleta que en la provincia encabeza Margarita Stolbizer (las encuestas encargadas por el kirchnerismo parecían anunciar el éxito de la maniobra) , la encuesta de Poliarquía vino a mostrar que el voto anti-K tiende a canalizarse a través de la boleta de De Narváez y que el Acuerdo panradical queda rezagado, unos 15 puntos por detrás de los competidores principales, aunque con una muy buena performance en el interior bonaerense.

Tal vez el síntoma más vehemente de que la muestra encargada por La Nación pegaba muy cerca del blanco sea este: De Narváez mantuvo sin cambios la línea de acción de su campaña; en cambio, tanto Kirchner como el Acuerdo modificaron sus enfoques de modo significativo.

La polarización

El huésped de la Residencia de Olivos pareció resignarse a la polarización y encabezó una línea de ataque personal contra el candidato del Properonismo, montada sobre las extemporáneas actuaciones que contra el mismo (citándolo a indagatoria) lanzó el juez Federico Faggionato Márquez, un magistrado que sobrelleva misteriosamente 36 causas en su contra y que depende plenamente de la indulgencia del Consejo de la Magistratura (lo que es lo mismo: de las espadas oficialistas que dominan en ese cuerpo, Carlos Kunkel y Diana Conti).

La operación judicial, sumada a la ofensiva de Kirchner en el mismo sentido, operó como un refuerzo de la tendencia polarizadora. Varios hombres importantes del oficialismo hicieron saber su desacuerdo con una situación que parecía (así lo indicaron rápidamente las encuestas del mismo gobierno) favorecer a De Narváez. En La Plata se dejó oír la voz de José Scioli, hermano del gobernador: “"Independientemente de cualquier candidato, sea del color político que sea, a escasos días de la elección decisiones de esta naturaleza no ayudan. No es útil en este momento y no le hace bien al proceso electoral". Es cierto que, unas horas después, el gobernador recordó que “nadie habla por mí”; no lo es menos que, con su estilo prudente, Daniel Scioli evitó sumarse a la táctica del acoso político-judicial a De Narváez. El ministro Julio De Vido, que ya había discrepado con Kirchner en torno a los choques con el sector empresario, también se diferenció en este punto. Lo propio hizo Sergio Massa. Desde fuera del gobierno, Alberto Fernández, antiguo socio principal del emprendimiento K, disparó: “La citación por momentos me parece que es más útil a De Narváez que al mismo Gobierno, a quien le atribuyen haber sido parte de esta operación. Es innecesario, inútil y una mala práctica".

Oposiciones y decepciones

En la trinchera del Acuerdo, los malos pasos parecieron estar inducidos tanto por la decepción ante las cifras registradas por Poliarquía como por cierta desesperación ante ellas.

Razonablemente, en el conglomerado “panradical” se alentaba la esperanza de eludir una polarización que los dejara marginados. Eduardo Fidanza, uno de los directivos de la consultora Poliarquía escribía esta semana que “el tablero electoral (…)puede dividirse en cuatro grandes casilleros, que resultan de la intersección de dos ejes imaginarios: uno oscila entre el kirchnerismo y el no kirchnerismo; el otro, entre el peronismo y el no peronismo. Bautizaremos a cada uno de estos cuatro espacios con nombres cacofónicos: kirchnerismo peronista, kirchnerismo no peronista, peronismo no kirchnerista y no peronismo no kirchnerista.” Para Fidanza, “en este contexto, son posibles dos recuentos de fuerzas en el tablero electoral. Depende de la lectura que se haga de él. Si se lo enfoca considerando la distribución de votos entre oficialismo y oposición, resulta que el Gobierno reúne aproximadamente el 35% y la oposición, el 65%. Si se lo aprecia, en cambio, considerando la distinción entre peronismo y no peronismo, se observa que el peronismo aglutina al 65%, mientras que el no peronismo alcanza al 35%”. Con dos tercios de opositores a Kirchner sobre el escenario, serían muchos los decepcionados si, en virtud de la fractura entre los no kirchneristas bonaerenses, el esposo de la Presidente terminara saliendo primero.

Ahora bien, puesto que un muy amplio espectro de la sociedad toma al peronismo disidente como una manifestación legítima de oposición y alternativa a Kirchner y su “modelo”, no parece demasiado conducente la idea del Acuerdo de vender que “son lo mismo” y atacarlos en bloque como si realmente fueran un fenómeno unívoco. La suma que hace Carrió en función del eje peronismo-no peronismo no autoriza a sacar conclusiones sobre el otro eje. Una dirigente aguda y formada como Elisa Carrió, que es quien más anima esas interpretaciones poco tolerantes, no ha de ignorar aquella célebre frase de un poeta francés que Bartolomé Mitre le recordó a Roca en 1901: “En democracia, cuando todo el mundo se equivoca, todo el mundo tiene razón”.

El vicepresidente Julio Cobos, convencido de que Francisco De Narváez –candidato de una fuerza política que no es la suya- está siendo “víctima de una campaña”, lo recibió en su despacho del Senado y permitió que la prensa difundiera la reunión. Los dirigentes del Acuerdo se lanzaron contra él. Probablemente es otra equivocación, que tendrá costos. Lo acusó Margarita Stolbizer: "La foto que Cobos no se sacó con Mario Barbieri (un candidato de la lista del Acuerdo que es amigo político del vicepresidente), se la sacó con De Narváez". La experimentada dirigente equipara en este caso un acto en el que el Cobos actuó en su función institucional como vicepresidente treatando de paliar una injusticia, con otro en el que lo que ella le reclama retroactivamente es que omitiera actuar como líder de una facción bonaerense. Es probable que al cuestionarlo de ese modo, Stolbizer lejos de disminuir la figura de Cobos, le esté agregando méritos. “Yo voy a seguir recibiendo a todos los políticos y a los argentinos en general, conforme a los atributos que tiene el vicepresidente”, se plantó el mendocino.

Sombras sobre el voto

Desde Santa Fe, otro dirigente que acredita prestigio social –Carlos Reutemann- criticó como Cobos la operación político-judicial contra Francisco de Narváez: "El juez lo podría haber citado tres meses antes o 15 días después de las elecciones. Tiene una connotación política enorme al tratarse de un candidato que está con buenas posibilidades”. Y agregó Reutemann: “De todas maneras tengo la sensación de que la provincia de Buenos Aires es un mundo muy especial. El segundo cordón es un tema muy importante, hay que tener 36 mil fiscales. Que nadie se duerma en la madrugada...". El referente del peronismo santafesino aludió así a otra de las sombras que se proyectan sobre los comicios bonaerenses: la del fraude determinado por una fiscalización imperfecta por parte de la oposición. La Junta Electoral Nacional de la provincia de Buenos Aires no hizo más sencilla la tarea de los opositores. Esta semana ese cuerpo aceptó parcialmente una propuesta del vicegobernador Alberto Balestrini y redujo de 390 a 350 la cantidad de electores para cada mesa. Esto supone que habrá más mesas: se agregarán 3600 mesas de votación, es decir que se requerirán otros 3.600 fiscales. En total habrá 30.792 mesas habilitadas.

El cuadro amplio

Si el gobierno parece haber fracasado en evitar la polarización bonaerense, puede al menos acreditarse un logro: la opinión pública parece todavía centrar el significado de los comicios del domingo 28 en el resultado de la elección de la Provincia, que es lo que Kirchner desea para hacer olvidar que sus fuerzas perderán seguro en todos los grandes distritos y que, tras el escrutinio, el oficialismo perderá la mayoría en el próximo Congreso. Kirchner está jugando todo lo que le resta en el territorio bonaerense. Confía en que un resultado moderadamente positivo para su fuerza en el mayor distrito del país le pueda garantizar una extensión de su dominio sobre el Partido Justicialista.

Allí, sin embargo, ya se observan los síntomas de revuelta contra la monarquía del santacruceña. Ya son muchos los que plantean la necesidad de “armar una mesa” en la que estén presentes las jefaturas territoriales para discutir qué hacer de aquí en adelante.

Parece que en ese terreno también la poliarquía le dará dolores de cabeza al Señor de Olivos.

junio 09, 2009

CÓCTEL DE SAPOS

¿Cómo llamar si no a lo que habrá que votar desde el peronismo el 28 de junio por no haber tenido internas que redefinan el partido? La presencia en algunas listas, aún del peronismo disidente, de candidatos peronistas inútiles, retrógrados o con prontuario, resulta un insulto a los peronistas valiosos, capaces y modernizadores con los que aparecen en un injusto pie de igualdad. Confunden del mismo modo a peronistas e independientes y dan alimento a la crítica antiperonista. No es lo mismo Ramón Saadi que Ramón Puerta, aunque sean tocayos.

Pero hay más confusiones. La siempre misteriosa Ciudad de Buenos Aires no se animó a una alianza explícita del peronismo disidente con el PRO (o sea, que otro país no es posible) y el candidato del PJ oficial es un cooperativista socialista. Por otra parte, Pino Solanas, un peronista que inspira mucho bien ganado respeto en la ciudad de los aires liberales (sean éstos de derecha o de izquierda), va con partido propio. Con excelente criterio, Hugo del Carril (hijo) reservó el uso de la marcha cantada por su padre a un peronismo verdadero que sólo saldrá de su estado de fragmentación el día en que uno, sólo uno, de los infinitos aspirantes al liderazgo, tenga un gesto tan claro y definitivo como el suyo y abra el camino.

En vez de néctar de los dioses, repulsivo brebaje: los peronistas institucionalistas y modernizadores han encontrado poco lugar en un espacio político todavía acotado por la deshonestidad de los Kirchner, que bien saben que sólo con las malas artes de la manipulación electoral han podido frenar el inexorable camino del peronismo hacia su definitiva versión moderna, opuesta a su engañosa versión actual.

La única guía valedera es entonces asegurarse un congreso con la mayor cantidad de representantes liberales, sean estos de origen conservador, peronista o radical.

Hay que detectarlos en cada lista y en cada provincia. Serán fundamentales, no sólo para frenar las políticas estatistas del kirchnerismo y las eventuales socialdemócratas del radicalismo y de algunos peronistas sin cabeza (o con demasiada), sino para promover políticas económicas modernizadoras que reorganicen el país. Las listas sábana exigen mucho a un elector que todavía no puede expresarse con total libertad, discriminando candidatos con precisión.

Así las cosas, no es lo mismo Michetti que Carrió; ni de Narváez que Stolbizer. Todos son antikirchneristas, decentes y republicanos, pero el día que en este Congreso o en el del próximo presidente haya que votar políticas económicas liberales, no van a votar igual. Esa es la diferencia que hay que mirar.

SOLICITADA

EL 28 DE JUNIO NACE UNA NUEVA ALTERNATIVA

Los que firmamos este compromiso, participantes del Peronismo Federal integrado por dirigentes de varias provincias, decididos a asumir como diputados nacionales y senadores nacionales la representación del pueblo, unidos por convicciones que nos son comunes, estamos convencidos que la gravedad del momento histórico que vive la Argentina exigirá del Parlamento una excepcional responsabilidad en la formulación de
iniciativas que interpreten el interés general de la Nación.

Es por ello que promoveremos en el ámbito del Congreso de la Nación, una serie de iniciativas que presentamos como un “programa de acción legislativa”. Esperamos que este Programa de acción legislativa pueda ser compartido o completado por las demás
fuerzas políticas que formarán junto con el Peronismo Federal la Nueva Alternativa que surgirá de las próximas elecciones legislativas.

Coincidimos en una visión de la Argentina que se expresa en el consenso, en la pluralidad de ideas, en el diálogo. En síntesis un país racional, previsible, justo y moderno.

Nos comprometemos a promover con carácter prioritario iniciativas legislativas sobre las siguientes cuestiones:

EL COMPROMISO DEL PERONISMO FEDERAL EN EL CONGRESO NACIONAL

1º. Delegación de facultades (Superpoderes)
Se promoverá una ley que derogará toda delegación
de facultades que exceda el marco constitucional. En
cuanto a los “conocidos superpoderes” se promoverá la
derogación o sustitución del Art. 37 de la Ley 24.156 de
Administración Financiera.

2º. Decretos de necesidad y urgencia
Debemos terminar con la costumbre presidencialista de go-
bernar unilateralmente mediante los Decretos de necesidad
y urgencia. Se promoverá una ley que encuadre y regule los
mencionados Decretos con competencia legislativa.

3º. Consejo de la Magistratura
Debemos procurar la modificación de la Ley 24.937 para
que los jueces dejen de ser rehenes de la mayoría oficia-
lista y poner fin a la vergonzosa inquisición kirchnerista.

4º. Régimen electoral
Debemos terminar con la indignante manipulación
político-electoral a que nos ha llevado el kirchnerismo y
terminar con la ausencia de la responsabilidad pública
del candidato electo. Se promoverá la modificación de la
Ley 19.945 que crea el Código Electoral Nacional.

5º. Conflicto con el campo
El Congreso debe poner fin al sistema de venganza política que el kircherismo ha planteado en el conflicto. Se creará mediante ley el Fondo Federal Agropecuario, que
establezca una política integral en materia productiva.

6º. Coparticipación Federal
Sancionar la nueva Ley de Coparticipación Federal, con disciplina fiscal y con independencia del Poder Ejecutivo, para que ningún Gobernador en el futuro pueda ser
condicionado políticamente.

7º. Políticas sociales
Debemos terminar con el clientelismo político en la emergencia
social. Millones de argentinos no pueden ser rehenes de la dádiva oficial. Se promoverá una ley que unifique los planes sociales y tenga contralor directo del Congreso Nacional.

8º. Seguridad
En un término no mayor a 90 días el Parlamento Nacional deberá promover una Ley de Seguridad Pública con la participación de todos los sectores públicos y privados que estén relacionados con la seguridad física de los argentinos.

9- Defensa de la empresa nacional
Promoveremos iniciativas que alienten la inversión privada en un marco de cooperación con el Estado y garantizando la seguridad jurídica.

Los representantes de las provincias de CATAMARCA - CORRIENTES - CHACO - ENTRE RIOS - FORMOSA - JUJUY - LA PAMPA - MISIONES - NEUQUEN - SALTA - RIO NEGRO - SANTA CRUZ- SANTIAGO DEL ESTERO - TUCUMÁN reunidos en Iguazú, Misiones, el 5 de junio, apoyamos a los siguientes candidatos:

ENTRE RÍOS
MAYA, Héctor M.
FONTANA, Sandra M.
MURGAN, Víctor R.

CORRIENTES
PETROFF, Alejandro

MISIONES
PUERTA, R. Ramón
SCIALABRA, Alicia
JUAÑUK, Emilia

NEUQUEN
INDA, Héctor E.
LUQUI, María A.
LASERNA, Mario

CATAMARCA
SAADI, Ramón E.
SAADI, Alicia A.
ACOSTA, Ramona I.
AYBAR, Pedro A.

JUJUY
CALSINA, Elva Celia
BALDUIN, Normando A.
PUGLISI VAQUE, Rosa I.

SALTA
WAYAR, Walter R.
FERRER, Andrea P.
ASTUDILLO, Andrea

SGO. DEL ESTERO
WEYENBERGH, Carlos B.
YOCCA, Daniel Fernando
CASTRO, María Beatriz

TUCUMÁN
JURI, Fernando A.
JEREZ, Esteban E.
MIRANDE, María C.
ARNEDO, Carlos
PINCHETTI, Delia N.
MORALES, Olga

RATIFICAMOS NUESTRO APOYO A:

Francisco DE NARVÁEZ, Felipe SOLÁ y Claudia RUCCI en la Provincia de Buenos Aires;

Carlos REUTEMANN y Roxana LATORRE en la Provincia de Santa Fe;

Gabriela MICHETTI y Jorge TRIACCA (h) en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires;

Eduardo MONDINO, Evelina FERAUDO, Francisco FORTUNA en la Provincia de Córdoba.


PERONISMO FEDERAL
DR. JUAN CARLOS ROMERO
ING. FEDERICO RAMÓN PUERTA

junio 06, 2009

Panorama político nacional de los últimos siete días

La crisis y las urnas
por Jorge Raventos

A tres semanas del 28 de junio, siguen presentes –y corriendo por dos carriles paralelos, que en algún momento no tan lejano convergerán y se potenciarán- dos agendas o, si se quiere, dos lógicas: una, estrictamente electoral; otra, la que da cuenta de la crisis política.

Para decir adiós

Desde la lógica de la crisis política se observa un gobierno cada día más aislado.

La primera gran manifestación de aislamiento es la que lo separa de lo que originalmente (vía la llamada transversalidad) el kirchnerismo pretendió que fuera su soporte social: las clases medias urbanas. Aunque ese divorcio se venía consumando desde antes, quedó claramente consumado en las elecciones presidenciales de 2007, cuando la esposa de Néstor Kirchner fue derrotada (en algunos casos arrasada) en todas las ciudades grandes y medianas de la Argentina.

La cruzada que el kirchnerismo decidió emprender en 2008 contra el campo le enajenó otro importante sector, que hasta entonces convivía con el gobierno y hasta lo había respaldado (así fuera con íntimos reparos) en las urnas: las clases medias del campo y la producción rural. La batalla por la resolución 125 fue una empresa catastrófica para el oficialismo: quedó aislado en el campo y en la Argentina interior, alentó el renacimiento de las demandas federalistas y los reclamos contra la confiscación de recursos provinciales por parte de la caja central y soportó una sonora derrota estratégica,cuyas consecuencias aún padece.

A partir de ese revés y de la constatación del debilitamiento del gobierno, las jefaturas territoriales del peronismo iniciaron su propio distanciamiento del poder central. Con distintos ritmos y modalidades, el peronismo está dando por concluido el ciclo hegemónico de los Kirchner y se apresta a poner en práctica la antigua máxima de Juan Perón, que aconsejaba acompañar a los muertos hasta las puertas del cementerio, nunca hasta el fondo de la sepultura.

En esa atmósfera de adioses, de la que no hay que excluir las despedidas de viejos amigos y aliados -un rubro que ejemplifican muy bien nombres como los de Alberto Fernández o Aníbal Ibarra-, Néstor Kirchner consigue ahora inscribir otro apartamiento: el del empresariado industrial, con las grandes transnacionales argentinas a la cabeza. No se trata de una ocurrencia abrupta: después de algunos meses de idilio, a comienzos del ciclo K, cuando el gobierno gozaba del viento de cola de la economía mundial, las empresas empezaron a notificarse de los métodos ásperos que los Kirchner traían de su experiencia patagónica: aprietes, reclamos, juegos de toma y daca, empleo de la presión callejera, la presión impositiva y hasta de la presión ultrafronteriza, pues el kirchnerismo no omitió emplear el viejo truco del “policía bueno-policía malo” con ayuda de su partenaire bolivariano, el coronel Hugo Chávez. Después vinieron otras vueltas de tuerca, algunas voluntarias, otras ineludibles: la destrucción de las estadísticas, la desfinanciación. Finalmente, las estatizaciones, la intervención en las empresas a partir de la confiscación de los fondos particulares de los futuros jubilados, las renovadas ofensivas sobre los medios de comunicación, la indefensión ante las expropiaciones chavistas…

Resultado: ahora, además de las clases medias urbanas y rurales, el kirchnerismo está aislado del conjunto de los sectores productivos competitivos, los del campo, la industria y los servicios. En el plano empresario sólo cuenta con el respaldo de la lumpenburguesía de distintos tamaños, protegida por el capitalismo de amigos que hace sus negocios, no importa si con rutas sobrevaluadas o con tragamonedas, siempre con la ayuda de la mano (no tan) invisible, (ni tan) desinteresada del poder, igual que la boliburguesía de Hugo Chávez. Asustado por los efectos políticos de sus propias decisiones, Néstor Kirchner procura de pronto revestir sus conductas y agresiones verbales contra los empresarios en general (y contra la conducción de Techint en particular) de puro “verso de campaña”, piripipí para la tribuna. Si alguna vez instruyó a los empresarios españoles diciéndoles que no le creyeran sus propias palabras (“Miren lo que hago, no lo que digo”), ¿cuál sería ahora su consigna para el empresariado argentino: “No crean ni en lo que digo ni en lo que hago”? Si de no creer se trata, el hombre consigue lo que busca.

Golpe de urna

Si ese es el paisaje de las declinantes apoyaturas sociales del gobierno K, lo que le deparan las urnas del 28 de junio no encierra posibilidades agradables.

A fines de abril, el matrimonio presidencial dejó en claro en qué punto centraba la derrota o la victoria electoral: lo crucial, señalaron, es mantener la mayoría en las Cámaras, que les permitió gozar de superpoderes, manejar los fondos del Estado por encima de las prescripciones de la Ley de Presupuesto, y controlar, a través del Consejo de la Magistratura, palancas de presión sobre los jueces. Para ellos, perder esas atribuciones extraordinarias resultaba equivalente al “caos del 2001”.

Pues bien: parece insoslayable que el gobierno pierda esa mayoría. Consideradas como lo que formalmente son -elecciones legislativas de medio término- los comicios del 28 determinan la relación de fuerzas en el Congreso. Todos les estudios preelectorales estiman que perderá entre 15 y 20 diputados, así como varios senadores. Cifra suficiente para que el Congreso deje de ser una escribanía del Poder Ejecutivo.

Desde otra perspectiva, consideradas como el propio gobierno declara ponerlas -un plebiscito sobre el modelo- el gobierno también va a perder: en el mejor de los casos el oficialismo conseguirá uno de cada tres votos, los otros dos deben contarse como repudio al "modelo K". Derrota 2 a 1.

Y sin embargo

Sin embargo, abrumadoramente aislado socialmente y derrotado nacionalmente en las urnas, el gobierno tiene aun posibilidades de "ganar" en la provincia de Buenos Aires. Entiéndase bien: de “ganar”, sólo en el sentido de salir primero, así sea (como será) perdiendo peso legislativo y votos tanto en el plano general como en el del distrito.

Pero ese módico, pírrico "ganar" no sería moco de pavo, porque se trataría de un primer puesto en la provincia de mayor peso en el país y, de ocurrir, ese logro estaría determinado por una superioridad electoral del bloque K en el segundo cordón del Gran Buenos Aires, es decir, el territorio donde se encuentran las capas geológicas más profundas del peronismo, los sectores más vulnerables de la sociedad. También los tejidos sociales más dañados.

Que en medio de una creciente y abrumadora pérdida respaldos el oficialismo consiga ese logro es el fruto de, en principio, de la paradójica situación del peronismo, que no ha superado aún la balcanización reflejada en el año 2003 en la ausencia de una oferta electoral unificada y representativa; un peronismo que se debate aún en una crisis que lo aletargó y lo transformó virtualmente en un cuerpo sin cabeza -sin “la idea”, que le reclemaba su fundador-, un robot disciplinario manejado desde la Casa Rosada a fuerza de órdenes y manejo caprichoso de la caja.

La paradoja del peronismo

Lo paradójico de este peronismo consiste en que , en la medida en que empieza a sacudirse el control de la caja K y su centralismo anacrónico, muestra una creciente vitalidad que hasta es capaz de atraer a su campo gravitatorio a fuerzas que tratan de asociarse a él aunque no dejan de observarlo con reticencia, con desconfianza por su vigor latente así como por las expresiones a menudo poco académicas que lo representan en las zonas más expuestas. Y no menos paradójico es que por momentos, a raíz de la perplejidad que todavía reina en el dividido peronismo, sean estos sectores los que por momentos prevalecen en esas asociaciones, imponiendo en el proceso, sobre la lógica política del peronismo, una lógica de cálculo electoral revestida de purismo y gestión e inspirada en el fondo por recelos y reservas sobre la naturaleza esquiva y quizás pecaminosa que siempre envuelve las luchas relacionadas con el poder.

Como resultado de este proceso inacabado de renovación, el llamado peronismo disidente parece haberse inhibido de pelearle a fondo el segundo cordón al bloque K, para apostar, en cambio, por una "polarización" que buscaría extraer recursos electorales de sectores no peronistas. Esta orientación lo conduce a pensar como competencia principal a la alianza panradical de Carrió, Margarita Stolbizer y Ricardo Alfonsín.

El éxito electoral de esa jugada es muy dudoso. En cuanto a la lógica política, ignora que no hay en juego solamente una superioridad numérica, sino, por encima de ella, la recuperación de un sistema político que le dé concordia, previsibilidad y gobernabilidad al país, para lo cual es indispensable la recuperación y renovación del peronismo.

En la práctica se va dibujando en el horizonte un amplio conglomerado productivo y social, objetivamente atado a una política de integración al mundo, en el que pueden verse al campo, a las multinacionales argentinas y a otros sectores de la burguesía nacional más competitiva, a crecientes sectores del movimiento obrero. Lo que todavía está ausente es la política que enlace a esos sectores y les de cobijo, protección, orientación, expresión ciudadana y popular y un camino para ejercer legítimamente el poder. La gran batalla política consiste en consolidar las fuerzas políticas para una nueva etapa. El radicalismo está trabajando en su reconstrucción o, si se quiere, en la reconexión de su diáspora. ¿Y el peronismo?

Un nuevo bloque, una nueva etapa

La pregunta es si un movimiento nacido en muy distintas circunstancias históricas puede sobrevivir sus condiciones originales, cambiar de piel y adaptarse a un mundo distinto. Si puede animar y articular (o articularse) en un bloque histórico diferente de aquél que expresó originalmente. Es decir, si puede jugar un papel significativo en las tareas que la comunidad.

El peronismo irrumpió a mediados de los años 40 en las condiciones del proceso de industrialización sustitutiva desarrollado a partir de la crisis del ‘30 y de la segunda guerra, como expresión de un bloque histórico que articulaba entonces al ejército, a la nueva clase obrera, a la incipiente burguesía industrial sustitutiva y a sectores populares del interior profundo. Y es evidente que la Argentina que vio nacer al peronismo e inclusola Argentina en la que el peronismo creció y se desarrolló han dejado de existir.

Las grandes fuerzas políticas, para subsistir, están obligados a hacerse cargo de los resultados de las transformaciones que protagonizan …y también de las que están determinadas por el movimiento de la época, de la tecnología y de losrelacionamientos mundiales.

Por definición, una idea que establezca la identidad de un movimiento en términos de un momento dado de su propia evolución y de la evolución de la Argentina fatalmente lleva a la conclusión de que, desaparecidas talescircunstancias, ese movimiento está muerto. Quizás por eso no escasean los analistas y sociólogos que aseveran que puede haber peronistas, pero en un sentido estricto ya no hay (ni puede haber) peronismo.

Un corolario patético de esa conclusión es el intento de reproducir anacrónicamente, y a contrapelo de la evolución, las condiciones originales. A veces esa postura, técnicamente reaccionaria, se viste de progresismo y puede pretender fabricar una burguesía nacional a fuerza de subsidios mientras califica como oligarquía a sectores capitalistas modernos y competitivos y desempolva conflictos y conceptos propios de la segunda guerra o de la guerra fría como si se trataran de la piedra filosofal.

El propio Perón se adelantó a cuestionar semejantes pretensiones. Para él la conducción no consistía en la repetición de fórmulas viejas ante circunstancias nuevas, sino en la creación, en la capacidad de comprender las tendencias centrales de la evolución y promover los cambios de comprensión y de organización indispensables para adaptarse creativamente a esa evolución y anticiparse a ella, tratando de no ser víctima pasiva, sino partícipe activo y socio de esa evolución en la tarea de darle equilibrio y justicia.

Hoy, en un mundo nuevo cuya tendencia clave es la integración económica, la Argentina cuenta con la presencia de sectores de una burguesía competitiva que constituyen eslabones necesarios para la integración de Argentina a un mundo dispuesto a comprar lo que el país produce con eficiencia. Esta nueva realidad se encuentra encorsetada por políticas y estructuras viejas, por un sistema hegemónico hipercentralista que succiona recursos de todas las provincias y ha provocado la rebelión de toda la Argentina interior; por una decisiones arbitrarias que alejan las inversiones y generan inseguridad y riesgo.

La agenda de la crisis

Resulta evidente que , en paralelo con el carril electoral (y convergiendo tarde o temprano con este) la sociedad busca soluciones a ese crítico desajuste, que la condena al estancamiento y la decadencia. Otras naciones encararon con éxito las tareas de la adaptación a una nueva etapa: España lo hizo apelando a partidos que prolongaban distintos momentos de su historia, algunas ligadas a la tradición de la República, otras, a la extensa etapa conducida por Francisco Franco. En China, el mismo partido que hizo la guerra y la revolución con la jefatura de Mao Tse Tung fue capaz de adaptarse espectacularmente a la conducción de una economía de mercado altamente globalizada.

¿Puede un nuevo peronismo (un peronismo renovado) jugar un papel de importancia en la reconstrucción del país y en su conexión con el proceso de integración mundial? Esa es la pregunta central que se plantea en el justicialismo a la hora del eclipse de la hegemonía kirchnerista.

En rigor, nada impide que el peronismo pueda jugar ese papel. Así como pudo articular el bloque histórico partero de la sociedad industrial de masas, está en condiciones de actuar protagónicamente en la nueva etapa, que reclama vinculación activa a la globalización (Perón diría: al continentalismo y el universalismo), federalismo, democratización y descentralización del Estado, en asociación con las clases más dinámicas de la Argentina agroindustrial y como nexo de contención y confianza con los sectores sociales más activos de las grandes urbes y los suburbios industriales, que constituyen su sustrato histórico. Quizás precisamente porque expresó la irrupción de la Argentina de la industria sustitutiva está en óptimas condiciones para afirmar hoy que una Argentina desarrollada debe apoyarse en la capacidad competitiva del sector agroalimentario y de los sectores industriales más competitivos y expansivos, como locomotoras de un crecimiento que integre y articule a las pequeñas y medianas empresas en cadenas de valor ligadas al mercado mundial.

La ausencia de un sistema político que le dé canales y expresión a esas fuerzas y esas necesidades está en la raíz de una crisis que precede y preside la agenda electoral y que ya empieza a converger con ella.