Peronismo Republicano
El Peronismo Republicano fue pensado y fundado después de la crisis del año 2001. Tiene como valores fundamentales las ideas de la modernización del Partido Justicialista desde un compromiso por los valores de la Justicia Social, la República y el Estado de Derecho. Entiende a la Política “como la moral en acción orientada a lo público” y se ha especializado en las Escuelas de Gobierno y en el Estudio de los temas Parlamentarios como su especialización.
Abreva por la formación permanente de los Dirigentes Políticos en una nueva Generación de Jóvenes dedicados con pasión por la Patria y el bien común.
Este espacio político, que tiene como principal referente al ex presidente de la Nación, Ing. Ramón Puerta, se encuentra convencido de que nuevamente ha sonado la hora de que el Justicialismo se ponga en marcha, con sus valores y banderas históricas, con sus mujeres y hombres de ayer y de hoy, para salvar la República, y por lo tanto, desde la Secretaría General del Peronismo Republicano hemos estado organizando una serie de eventos en búsqueda del fortalecimiento de los partidos políticos y el reestablecimiento pleno del sistema republicano.
El primero de ellos, se realizó el día 29 de abril del corriente en el Hotel Sofitel de Buenos Aires, con el objetivo de iniciar un debate académico, de pensamiento y reflexión en torno a la “Construcción de un Peronismo Republicano”.
Del mismo participaron importantes figuras de la arena política, actuando como moderador el Dr. Mariano Grondona. Entre los participantes, se encontraban el ex Presidente de la Nación, Ing. Ramón Puerta, así como el Embajador Juan Archibaldo Lanús. El Lic. Juan Pablo Laporte y Dr. Enzo Aldo Grillo fueron los encargados de organizar este encuentro de alto nivel académico y político.
El Lic. Juan Pablo Laporte, previa bienvenida, introdujo el tema sosteniendo “la necesidad histórica del Peronismo de tomar de su historia los valores de la Justicia Social y la Equidad e impregnarlos de las ideas del republicanismo en busca de un Estado de Derecho, una ética pública y los valores culturales del Desarrollo para la Argentina”.
Entre otros, el escritor Abel Posse se refirió a los antecedentes históricos del peronismo, sus errores, aciertos, comportamientos, conductas y con un espíritu constructivo exhortó a los concurrentes a depurar los paradigmas y las realidades positivas del peronismo a fin de crear un camino de realidad y de políticas acertadas para nuestra querida republica.
El Embajador Archibaldo Lanús se refirió a un diagnóstico de la situación de la Argentina haciendo “hincapié en la fragilidad institucional, la falta de inserción internacional y la confrontación permanente”.
A su turno el Emb. Diego Guelar planteó la “necesidad de construir una fuerza en condiciones de enfrentar el sistema hegemónico del gobierno actual”. Por su parte, Jorge Macri analizó en profundidad las “semejanzas del PRO con el Peronismo en general sobre todo en lo referente a la plena existencia de la Justicia Social y la Libertad.”
Posteriormente el ex Presidente de la Nación Ing. Ramón Puerta que llamo al Peronismo Republicano a “reconstruir las instituciones y el sistema electoral”. Bregó por una inserción plena de la Argentina en el Mundo y por buscar los acuerdos por “encima de las diferencias, evitando los permanentes enfrentamientos del Gobierno con todos los sectores de la sociedad”. Llamó a “construir una alternativa pensando en el 2009.”
El segundo evento, de mayor difusión y participación, se realizó el 19 de junio en el Club Español. El mismo fue organizado por la Secretaría General del Peronismo Republicano a cargo del Lic. Juan Pablo Laporte –elegido como tal en el primer Encuentro.
Comenzó el encuentro con la bienvenida del Secretario de Coordinación, el Dr Enzo Aldo Grillo, quien se refirió a las perspectivas y al horizonte que debería alcanzar el Peronismo Republicano a saber, la división de poderes, la seguridad jurídica, las reglas de juego claras, el largo plazo, la prosperidad, el desarrollo, la justicia social, las inversiones genuinas, el federalismo, el apego al gobierno de la ley, al estado de derecho, a la enorme transformación cultural que necesita la Argentina, al respeto a las instituciones, a la no división, a la paz.
Seguidamente el Lic. Juan Pablo Laporte, destacó lo que no es el Peronismo Republicano: “no es una facción autocrática y autorreferenciante, que tenga como metodología la crispación y la creación de enemigos permanentes”. El “Peronismo Republicano es una concepción dentro del Movimiento Peronista en donde la Justicia Social se enmarca como la columna vertebral de su concepción en torno a la República como su valor fundamental y la ética como soporte del hombre político: no hay Justicia Social sin República ni República sin Justicia Social”.
Diversas personalidades –más de 70 personas- participaron activamente del II Encuentro, en el cual, se destacó la actuación de Abel Posse como moderador, quien –durante la exposición de la metodología a utilizar- puso énfasis en la importancia de la recuperación y revaloración de la “republicaneidad” como valor democrático que debe instalarse en el seno del Peronismo opositor para la reconstrucción del País y del propio Peronismo.
Se contó entre otros, con la honorable presencia del Presidente de la Comisión de Familiares de caídos en Malvinas e Islas del Atlántico Sur, Héctor Cisneros, a cuya alocución correspondió la reafirmación de la legitimidad del reclamo de la soberanía sobre las Islas de parte del Dr. Posse.
Por su parte, Jorge Macri –presidente del PRO en la Provincia de Buenos Aires-, enfatizó el trabajo conjunto entre el Peronismo Republicano y el PRO en la Provincia de Buenos Aires, remarcando como fruto importante del Encuentro la incipiente “diferenciación” dentro del Peronismo con un cariz democrático, pluralista y constructivo.
Cerrando el encuentro, el ex Presidente de la Nación, Ing. Ramón Puerta resaltó la “necesidad de aunar esfuerzos, sobre todo de personas con un largo camino recorrido en la función pública y, por tanto, experimentadas, para dar los primeros pasos de cara a la conformación de una oposición de gobierno donde el Peronismo Peronista será otra vez el que se hará cargo de los destinos de la República”.
Fue de gran elogio de los presentes la participación de todos los asistentes y la apertura al diálogo del Peronismo Republicano como así también la conformación de un Comando de Organización para dar los primeros pasos mirando hacia el futuro.
Documento adjunto que ha sido motor del debate en ambos encuentros.
www.moderjusticialista.com.ar
Documento adjunto:
La única verdad es nuestra triste realidad.
1- La situación argentina.
Desde mediados del Siglo XX, la Argentina está marcada por la lógica de construcción de poder del Movimiento Peronista. Este, emerge siendo gobierno construido desde el Estado. Luego pasa a ser oposición y resistencia. Posteriormente aparece en su variante setentista y populista como noventista y privatizadora, volviéndose en la actualidad una facción bonapartista- plesbicitaria de matriz pseudo-progresista.
Al Partido Justicialista –como brazo ejecutor del Movimiento- lo han transformado en un instrumento electoral clientelista de un pueblo adormecido e “insectificado” que debe despertar de la pesadilla a la cual lo han llevado.
Cabe mencionar que la construcción del peronismo en su complejidad ha sido no sólo la historia de su realidad fáctica, sino también de su interpretación intelectual y de sus contradicciones discursivas que lo tipificaron en sus distintas fases de desarrollo.
Lo que en otros países con “movimientos” similares ha devenido en la construcción de partidos políticos con ideologías definidas y coherentes, en la Argentina el peronismo al no haber resuelto su disputa filosófico-política, ha quedado en una situación de movilidad permanente. Situación que involucra a todas las capas de la sociedad, a todos sus sectores e intereses. Quiero serlo todo y no una parte del sistema como en el desarrollo natural y normal de los países de occidente.
Esto a llevado al sistema de partidos a una entropía política: todo tiende a un estado de desorden permanente y exponencial en un espiral ascendente que tiene como evidente resultado dos alternativas: o la anarquía manipulada o el cesarismo pseudo-democrático.
Esta situación conlleva a una utilización del imaginario psico-sociológico -que ve en el peronismo una garantía de gobernabilidad- a una dependencia permanente y autorreferenciante, siendo el Partido sólo un instrumento electoral meramente formal. Formalismo que cristaliza en el sistema electoral, la legalidad necesaria para la legitimidad construida desde el poder y en la utilización de los más necesitados como rehenes del voto cautivo, rentista y prebendario. Este tiene como resultado la más aberrante expresión de una democracia de fachada que ha quebrado su Estado de Derecho.
Nos encontramos en una situación de extrema delicadeza y complejidad en todos los órdenes, en donde una sociedad anestesiada intenta conformarse con una economía que crece para los monocultivadores de la soja. Un sistema fiscal asfixiante que recauda para financiar la obra pública como instrumento – entre muchos otros- de enriquecimiento de la sociedad conyugal gobernante y su grupo nepótico-amical.
2- El partido.
El Justicialismo como partido en su lógica evolutiva ha sido extinguido en su razón de ser cómo tal: un partido político con un ideario, una ideología, una plataforma electoral y un número real y auténtico de afiliados que le den contenido a su sello.
Nunca deberá ser el Partido una facción setentista que desde el poder se asume como verdadera y legítima portavoz de los anhelos y voluntades del pueblo. Menos aún suponer o imponer a toda la sociedad ese paradigma.
El aparato justicialista se ha transformado en una maquinaria doctrinal capaz de ser una idea y su contrario a la vez. Se ha vuelto lógica y contra-lógica. Ser y no ser al mismo tiempo. Su único objetivo: la retención del poder para su clase dirigente de turno.
Dos aspectos claramente diferenciados deben considerarse en la refundación u organización del Partido: a) la cuestión identitaria y b) la organización del Partido. A) La primera, se inscribe en la falta de un debate serio de las ideas que actualicen el pensamiento de su fundador que pueden dejar al partido a la deriva ideológica que se llene de cualquier contenido. B) Lo segundo – la organización- se debe tener presente una clara modernización de las estructuras partidarias en razón de las exigencias de los tiempos. Cada espacio institucional tiene razón de ser si refleja claramente una necesidad social puntual, evitando “espacios” vacíos que sólo se utilizan para tener un lugar en donde los dirigentes manejen sus intereses particulares al amparo de “la política”.
3- La historia.
Es de vital importancia tener presente el pensamiento de su fundador – Juan Perón- en su etapa madura, atravesado por dos ejes fundamentales: el Universalismo y la Justicia Social. Pareciera que vislumbrando el porvenir, hubiera intuido la Globalización y las consecuencias sociales de la misma.
El concepto y la idea de evolución – opuesta al progresismo- se presenta como otro pilar interpretativo para explicar el desarrollo de las sociedades y de los pueblos.
En 1945 el desafío desde el Estado era transformar los derechos sociales conquistados de los trabajadores en derechos políticos plenos de participación. Proceso que se cristaliza en la Constitución de 1949 y se ve interrumpido forzosamente en 1955.
Comienzan años difíciles para la República, que ubicará al peronismo en una forzada proscripción y el paso a la resistencia.
Su regreso marcado por las contradicciones – ya irreconciliables- entre los diferentes “peronismos” muestra el llamado a “todos los argentinos” a la unidad nacional, vaticinando que al proceso de anarquía y desorden le sobrevendría el de la peor dictadura de la historia argentina.
Al finalizar esta, el proceso democrático ubica al peronismo en la oposición – en el imaginario colectivo como parte culpable de los años de desencuentros- donde le cuesta mucho encontrar el rol que la historia le confiere. Un sindicalismo movilizador, intenta allanar la vía para generar las condiciones de inestabilidad del ´89.
En los umbrales de la década del ´90, el Justicialismo tenía dos compromisos: en el plano interno regenerar las condiciones para una economía estancada por décadas y en el marco internacional reconfigurar toda la política exterior a partir de la disolución de la Unión Soviética.
Iniciada la renovación, el peronismo busca adaptarse a los nuevos tiempos en un giro brusco y poco reflexionado que lo ubicó en posiciones difíciles de explicar para la ortodoxia del partido, pero que mostró la elasticidad en su pensamiento pragmático al extremo.
Los años ´90 dejaron toda una década compleja y contradictoria que el tiempo y la frialdad de la historia lejana equilibrarán adecuadamente con sus aciertos y profundos errores.
El gobierno de la Alianza –otro experimento de alquimias de ideologías en torno a un proyecto “anti” más que “a favor de”- duró lo que se preveía duraría Por cierto el peronismo no colaboró mucho al fortalecimiento de un gobierno débil y en desintegración institucional.
La crisis del 2001 hace estallar todos los mecanismos institucionales en donde el peronismo capitalizó rápidamente para organizarse y generar las condiciones de continuidad propias.
La etapa de la postcrisis encontró al peronismo aliado a sectores muchas veces enfrentados en su historia en un espacio social-demócrata ajeno a su verdadera identidad centrada en los valores más tradicionales de la Argentina.
Fue el experimento de los neo-lemas el que ubicó en la Presidencia al presidente con menor porcentaje de votos en toda la historia. Paradójicamente el presidente con una concentración y un uso discrecional del poder como nunca visto en democracia.
Si bien el gobierno “interino” que asume con mandato de la Asamblea Legislativa – que gestó la matriz del actual gobierno- pudo solucionar la problemática de haber estado al borde de un estallido social y reconstruir la autoridad presidencial entró en el nuevo círculo vicioso que es su propia trampa anti-institucionalidad. Al no encontrar sus propios límites, el mismo peronismo actúa como tal, creyendo que la interna del propio peronismo es la interna del país.
4- El pensamiento.
Es necesario reconstruir el pensamiento del fundador Juan Perón en su etapa madura y de sabiduría a partir de lecturas y entrevistas que en su regreso al país volcará en discursos y acciones hasta su muerte. Es aquí en donde podemos rescatar su verdadero imaginario internacional, económico y socio-político.
Es la Política Mundial el eje de entendimiento de la realidad para Perón. La política doméstica es sólo un capítulo de aquella. La universalización es un proceso irreversible para los pueblos y las estructuras supranacionales se instalan de manera irrenunciable.
El universalismo es el telón de fondo de la evolución de la historia. Una historia con un sentido determinista pero centrada en la existencia del individuo:” Nosotros somos colectivistas, pero la base de ese colectivismo es de signo individualista, y su raíz es una suprema fe en el tesoro que el hombre, por el hecho de existir representa”.
Este universalismo que evoluciona desde el continentalismo – con un fuerte eje en Washington, Bolívar y San Martín- se separa de todo aislacionismo como pretenden interpretarlo algunos en la actualidad. Incluso entiende en su pensamiento que todos los enfrentamientos de los Países de América Latina con los Estados Unidos deben entenderse como “pecados de juventud”
En relación a su imaginario económico es notable expresar el realismo capitalista de Perón en relación a las funciones del Estado y del Mercado. “No somos de ninguna manera enemigos del capital. Y se verá en el futuro que hemos sido sus verdaderos defensores”
Para profundizar lo antedicho podemos citar el discurso ante la Confederación General de la Industria donde tajantemente afirma:” La industria es una empresa privada. El Estado no tiene ningún interés en ella y tan pronto las empresas estatales actuales, tomadas en estado de antieconomía, puedan ser devueltas al capital privado, el Estado tendrá un gran placer en desprenderse de todas esas empresas y entregarlas a los privados. Nosotros somos gobierno, no industriales.”
Se le suma a este pensamiento económico -por cierto muchas veces mal interpretado- la visión estratégica en relación a los recursos naturales y la producción de alimentos que veía en la Argentina con una potencialidad que la convertiría en un punto central de la geopolítica mundial.
En relación a su visión socio-política, la misma está travesada por la firme convicción de la justicia social como elemento central de la estabilidad institucional de la nación. Su idea de desarrollo está marcada imperiosamente por la incorporación de todos los sectores de la producción al “Proyecto Nacional”, que para él no es más que las sumatorias de las voluntades individuales al colectivo social.
5- Perón, ¿un caudillo?
Es muy interesante la distinción que realiza entre el “caudillo” y “el conductor” en donde el primero “improvisa y el conductor planea y ejecuta; el caudillo anda por entre las cosas creadas por otros, el conductor crea cosas nuevas; el caudilla actúa inorgánicamente, y el conductor organiza, vence al tiempo y perdura en sus propias creaciones. El caudillismo es un oficio, la conducción es un arte”. Una vez más vemos el Perón alejado de toda interpretación que lo une al linaje crítico de la política inorgánica y rudimentaria, con tanto peso en la historia de la Argentina.
La adaptación de ese pensamiento con las necesidades del país y la realidad de la evolución institucional, implican necesariamente un serio reconocimiento de la falta de conciencia republicana que hemos tenido.
6- Qué hacer.
La ausencia de políticas a largo plazo nos dejarán sin dos oportunidades históricas:
1- La posibilidad de aprovechar las incomparables oportunidades de la economía internacional para insertarnos definitivamente en el tren del verdadero desarrollo.
2- La falta de un sistema institucional sólido para posibles conflictos en el orden interno y externo, están haciendo peligrar la construcción de una República y de un estado de derecho.
Es por ello que los tiempos muestran la imperiosa necesidad de generar una cultura institucional que sea el pilar fundamental del desarrollo de la Argentina. Esta cultura debe incorporarse primeramente en la clase política del peronismo como partido mayoritario para luego desde el ejemplo pedir a la sociedad toda, el esfuerzo de construir una moral pública en todos los sectores y niveles.
Estas bases del desarrollo centradas en la cultura política argentina generarán un círculo virtuoso hacia una institucionalización que dará como resultado las condiciones económicas para la verdadera justicia social definitiva: un desarrollo integrado en libertad.
A la Argentina le urge reconstruir un sistema de partidos que tienda rápidamente al fortalecimiento del sistema republicano de gobierno. Esto debe garantizar la reconstrucción de las bases fundamentales de la República en la independencia de sus tres poderes.
En los últimos años, el sistema institucional ha sufrido un deliberado resquebrajamiento. Sin un partido gobernante organizado y sin un fortalecido partido de oposición, el mero hecho de acceder a la Presidencia de la Nación ha permitido el ejercicio discrecional de un poder totalmente contrario a los principios que establece nuestra Carta Magna, basados en la división y en el control mutuo entre los Poderes del Estado.
Por eso creemos que nuevamente ha sonado la hora de que el Justicialismo se ponga en marcha, con sus valores y banderas históricas de justicia social, pero reconociendo que es necesario incorporar un fuerte contenido democrático y republicano.
Debemos preguntarnos: ¿Qué es y para qué el Partido Justicialista?; ¿Quienes somos? Y ¿Qué queremos?
Para ello será indispensable que cada cual acepte el lugar que las nuevas circunstancias le confieren, asumiendo nuevos roles y dejando de lado los personalismos. La Patria se merece otra oportunidad.
Es por eso que desde el Peronismo Republicano queremos participar en este esfuerzo colectivo tendiente al fortalecimiento de los partidos políticos y al reestablecimiento pleno del sistema republicano, en el que los tres Poderes del Estado cumplan sus deberes libremente, fomentando la transparencia, la eficiencia y el control, tanto en el manejo de la cosa pública desde el poder ejecutivo, como en el ámbito legislativo y de la administración de Justicia.
No planteamos así, creaciones ficticias por fuera de la vida orgánica partidaria, válidas sólo para explicar cambios apresurados y vacíos de contenido. Planteamos si -apoyados sobre el valor de la lealtad genuina- el mantenimiento y la renovación de la institucionalidad Justicialista, reconociendo en ese principio fundamental de nuestro ideario, la clave para seguir creciendo y renovándonos, ofreciendo soluciones adoptadas democráticamente que se ajusten a las necesidades de nuestro pueblo. Todo ello implica pues, lealtad a nuestro Partido, a sus dirigentes y a sus valores y principios básicos; pero por sobre todo, lealtad a nuestra democracia y a nuestra República
Una República que a poco de cumplir sus 200 años de vida debe volver a pensar y trabajar mancomunadamente en su futuro, con un espíritu fraterno y solidario, que deje atrás definitivamente rencores y enfrentamientos que no ayudan a generar progreso y desarrollo para el País y su gente.
Debemos por eso pensar y hacer, teniendo como horizonte un futuro cercano de crecimiento, trabajo, libertad, equidad y paz social como ejes de la doctrina peronista.
7- La acción fundamentada.
Para ello, el Peronismo Republicano ha planteado diez puntos prioritarios a los que abocarse de inmediato para una reflexión profunda y aplicada que puedan ser el sustento de una futura gestión de gobierno
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1 comentario:
¿Cuando vamos a crear un partido en serio, sin tanto personalismo y verticalismo, y con más horizontalidad y democracia?
sentemos ya las bases; somos muchos, pensamos distinto, y la sociedad ya empieza a cuestionarnos muchas diferencias que entre nosotros no podemos resolver. Seré utópico, pero un partido mas homogéneo, estable y respetado es posible.
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