AVISO

A partir del 1° de Diciembre, este foro cesa su actividad, atento a que la nueva etapa de formación de líneas alternativas dentro del peronismo requiere, más que la ya agotada discusión acerca del PJ, un trabajo específico de análisis y propuestas que puedan fortalecer a los nuevos liderazgos peronistas liberales.

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LA CONVERGENCIA: MODOS DE ORGANIZACIÓN

Fuera del actual Partido Justicialista ilegal dominado por los Kirchner, han comenzado a organizarse núcleos políticos peronistas diferenciados de cara a las elecciones 2009. Unos aspiran a obtener elecciones libres y reorganización en un renovado Partido Justicialista, con o sin los Kirchner que difícilmente muden a una actitud democrática que los convierta en minoría, y otros se refugian en estructuras partidarias alternativas. Se trata, en todos los casos, de construir una alternativa que constituya una mayoría antikirchnerista en el Congreso vía las elecciones de Octubre del corriente año. El antikirchnerismo peronista se divide a su vez en dos grandes grupos: el antikirchnerismo duhaldista, una continuidad ideológica más moderada de los Kirchner, y el antikirchnerismo liberal, el que verdaderamente importa a la hora de construir una novedad política.

Por una equivocada estrategia de sumar votos a cualquier precio, aún el del engaño, en la Provincia de Buenos Aires, los grupos que siguen a Felipe Solá y a Francisco de Narváez, se apoyan en un duhaldismo que, sin la billetera nacional, sólo puede prometer algunos votos, un cierto conocimiento un poco desactualizado del terreno y mucha confusión ideológica acerca de las soluciones argentinas. Más inteligentes, Jorge Macri y Diego Santilli apuntan a una verdadera renovación con el auténtico color peronista, el del cambio.

A nivel nacional, un José Manuel de la Sota prefiere aunar voluntades para el 2011, sin correr riesgos personales en el 2009. En idéntica categoría de inasible, se encuentra Carlos Reutemann, que puede ser menemista, duhaldista, kirchnerista o lo que venga, sin que le tiemble el volante. Más decidido, impulsando su propia gente, y construyendo poder de modo clásico y consistente, se encuentra Alberto Rodríguez Sáa. Apartados, pero moviendo hilos, el ya mencionado Duhalde y Carlos Menem. Del lado liberal, aliado de facto al peronismo liberal antikirchnerista, unos cuantos nombres: Mauricio Macri, Domingo Cavallo y los que pugnan por la herencia de Alsogaray y la UCD.

Lo que se destaca en este conjunto de voluntades antikirchneristas es el incipiente movimiento peronista-liberal, diferenciado de la otra oposición a los Kirchner, la radical –socialdemócrata encarnada por Carrió, Binner, Cobos y otros aspirantes del Partido Radical y del socialismo. Una pista clara para Reutemann, si decide encarar la carrera de modo cierto esta vez.

La convergencia es movimiento, en esta instancia de comienzos de año. Deberá transformarse en un movimiento con buena intercomunicación antes de Marzo y comenzar a trabajar en una presentación común en las elecciones, considerando que hay que predominar sobre la voluntad pública llevando claridad institucional.

La convergencia encarna la única idea nueva que puede reorganizar con éxito a la Argentina: peronistas y liberales con el total de la razón política, y no con la mitad cada uno, listos para ganar a todas las formas de la hasta ahora inservible social democracia, se llame ésta radical, duhaldista, kirchnerista o de Carrió.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

A la luz de los acontecimientos que conocimos hoy, y me refiero a la Cumbre del PJ antikirchnerista en Mar del Plata, pareciera que esa división entre antikirchnerismo duhaldista y antikirchnerismo liberal, se empasta un poco.
Algunos lectores de La Nación llamaron a la foto: "el Tren Fantasma" y epítetos peores.
Me pregunto si esa "Titanoboa cerrejonensis" tendrá posibilidad de devorar al cocodrilo kirchnerista.
Saludos.

Diana Ferraro dijo...

El peronismo disidente está mezclado y actúa al unísono en cuanto antikirchnerismo dentro del PJ, desde que Kirchner se apoderó ilegítimamente de éste a partir de Enero de 2008. Esto es correcto, en tanto se trata de reclamar por la restauración de la vida democrática dentro del PJ.

Falta percepción de la aún difusa línea peronista liberal que actúa dentro del peronismo disidente hacia el PJ y desde sí misma hacia las otras fuerzas políticas afines. Existe, pero como nadie se animó todavía a asumir su liderazgo simultáneamente en contra de los Kirchner y Duhalde y de todas sus futuras reencarnaciones socialdemócratas, permanece invisible.

Esperemos que Dios provea sino suerte, coraje.

Reutemann se bajó del avión; eso ya es algo.

Anónimo dijo...

Es verdad Diana, pero allí está Lilita pretendiendo cooptar a Reutemann, o al menos abriéndole la puerta.
La presencia de Barrionuevo como ejecutor del encuentro no cayó bien en la gente.
Carrió, quien no tiene pelos en la lengua, claramente manifestó (no iba a perder la oportunidad, claro): "Duhalde y Barrionuevo son límites morales infranqueables"...
Que Dios nos ayude.
La crisis de dirigencia da escalofríos. Cuando se piensa en el recambio, ante la forma en que se están moviendo las fichas, no hay demasiado lugar para el optimismo.
La percepción global es de "rejunte" con fines electoralistas.
Tu tarea de refundación y sobre todo de reconceptualización parece, ante este panorama, una tarea ciclópea.
Gracias por las respuestas, siempre tan inteligentes como tus escritos.
Saludos.

Anónimo dijo...

Diana:
Quisiera tu parecer sobre lo siguiente.
Es una opinión vertida por un forista de La Nación que considero un buen indicador del pensar de muchos.
Dice así:
"Yo, como votante del PRO, al menos hasta la última elección, hubiese tolerado alianzas con otra gente, partidos provinciales o regionales, a lo sumo con algún sector de Carrió, Binner, etc., aunque esten en el otro extremo ideológico . Lo que de ninguna manera puedo digerir es una alianza con los K o con los Duhalde. En este caso se juntan con los Duhalde, una traición total y absoluta a los valores e ideología de la mayoría de los votantes que habíamos optado por el PRO."
Son datos de la realidad, que se contraponen a las manifestaciones de deseo expresadas en diversas notas de este espacio.
Uds. mismos hablan de "aggiornar" a Duhalde "hasta el caracú". ¿No parece una incoherencia total aceptar esta línea que para los peronistas liberales (caso Cavallo) ha sido la responsable de la mayor estafa de la historia argentina, tal como así lo ha/n manifestado?
¿No sería más honesto poner las cosas en blanco sobre negro y definir claramente "límites éticos infranqueables"?
Quizá la verdadera reconstrucción del peronismo disidente debería comenzar por una purga.
Espero no molestarte con el comentario. No es ésa mi intención.
Saludos.

Anónimo dijo...

La purga viene de la mano de una autocrítica profunda. Un espíritu de concordia puede impulsar a reafirmar las ideas de ese artículo que colgaste en un comentario, que decía algo así como: "no debemos mancillar el honor de ningún compañero ni hacernos cargo de actitudes calificadas de gorilas". Sin embargo, si uno analiza bien el mensaje, sorprende la carga de intolerancia que implica. Me recuerda al "cuatro por uno, no va a quedar ninguno" y cosas semejantes.
Si de recrear un movimiento se trata, ¿no sería bueno dejar atrás esas actitudes?
¿O acaso como antikirchneristas no están repudiando el autoritarismo, la intemperancia, la falta de diálogo y las fuerzas de choque como modo de aplastar el disenso?
Nadie debería ser intocable por pertenecer a una corriente política. Ni permanecer impoluto a cualquier costo.
Saludos.

Anónimo dijo...

El slogan era: "cinco por uno, no va a quedar ninguno" y otro más suave pero igualmente intolerante: "para un peronista no hay nada mejor que otro peronista".
Y me pongo a saltar porque "el que no salta es un gorilón".
Saludos.

Diana Ferraro dijo...

Estos últimos comentarios aluden a dos problemas diferentes. El primero se refiere a cómo el peronismo disidente va a lograr que el PJ vuelva a ser un partido con elecciones internas, para lo cual todo aquel que hoy está excluído de la posibilidad de participar (y esto alcanza a Duhalde, a Pino Solanas, tanto como a Menem, de la Sota o los Rodríguez Saa) es un aliado automático en la reconquista de la legalidad. El segundo, en cambio, toca el problema profundo de la unión del peronismo y el liberalismo, si esto es posible y si lo es, si resultará posible y aceptable albergar la unión dentro del PJ o si deberá armarse un partido nuevo posterior a una alianza electoral.

En estas vísperas electorales, donde la única alianza de hecho es la alianza republicana antikirchnerista, en la cual todos menos el PJ de Kirchner, parecen estar anotados, resulta sin embargo muy importante el preocuparse en construir la convergencia peronista liberal, con la mayor nitidez y visibilidad posible. Esto, a juzgar por los muchos comentarios -peronistas o liberales- cargados de un pasado todavía no debidamente absorbido y asimilado, ya parece bastante esforzado.

Sabemos que sin esta unión, la Argentina no tiene destino; los años pasados desde 1999 hasta la fecha como prueba. El peronismo más el liberalismo dio los 90; el radicalismo más el liberalismo no dio nada, porque la socialdemocracia es incompatible con el liberalismo económico globalizador; el peronismo socialdemócrata de Duhalde sirvió para destruir; y el peronismo más la izquierda y el chavismo de los Kirchner nos ha colocado al borde de la tragedia. ¿Entonces?

¿Seguimos, peronistas y liberales, pasándonos viejas facturas o nos ponemos de acuerdo en las líneas generales de administración que queremos para el país?