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A partir del 1° de Diciembre, este foro cesa su actividad, atento a que la nueva etapa de formación de líneas alternativas dentro del peronismo requiere, más que la ya agotada discusión acerca del PJ, un trabajo específico de análisis y propuestas que puedan fortalecer a los nuevos liderazgos peronistas liberales.

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CONFLICTO DEL KIRCHNERISMO CON LA ARGENTINA INTERIOR por Víctor Eduardo Lapegna

Veinte datos y una conclusión esperanzada acerca del conflicto del kirchnerismo con la Argentina interior

Dato 1
La historia argentina prueba que cada vez que los precios internos de los alimentos componentes de la dieta popular de la Argentina peronista (carne vacuna, lácteos, panificación de harina de trigo, aceites, hortalizas, verduras y frutas) suben por encima de la mitad del promedio de los salarios básicos de convenio, surge una puja distributiva que amenaza con devenir en una severa crisis social, política y económica.

Dato 2
En los últimos años hubo un aumento general del precio internacional de los alimentos (la llamada “agflación” o inflación de base agroalimentaria), cuyo mayor y casi único beneficio para la Argentina fueron los ingresos generados por el alza del nivel de demanda y precio de la soja, que es la principal de las commodities que el país vende al exterior.

Dato 3
Dado que no parece posible modificar el hábito de los argentinos de comer una cantidad importante de carne vacuna, lácteos, panificación de harina de trigo, aceites, hortalizas, verduras y frutas que en el mundo real valen cada vez más; para evitar que esa alza de los precios conduzca a un conflicto social, en la Argentina se presentan una de dos opciones: que el nivel de los salarios locales permitan pagar el precio internacional de esos bienes o reducir de forma artificial ese precio en el mercado interno.

Dato 4
Si los precios internos de la carne vacuna, los lácteos, la panificación de harina de trigo, los aceites, las hortalizas, las verduras y las frutas convergieran con sus niveles internacionales y se compensara ese aumento con un incremento de los salarios, al menos, de igual proporción; entrarían crisis diversas actividades económicas que carecen de niveles adecuados de competitividad, productividad y eficiencia y que, en gran medida, se sustentan en salarios deprimidos y en un mercado interno protegido para sus productos y servicios.

Dato 5
Aunque en el último quinquenio se produjo una recuperación significativa del poder adquisitivo del salario de los argentinos respecto de la brutal reducción que impusieron la megadevaluación y la pesificación asimétrica, la tasa de inflación real (que en el 2007 fue cercana al 20 por ciento) y en especial el aumento del precio interno de los alimentos, presagiaba una fuerte puja por la distribución del ingreso y en especial por el alza de los salarios.

Dato 6
El gobierno de Néstor Kirchner antes y el de Cristina Fernández de Kirchner ahora, buscaron y buscan atenuar esa puja distributiva impidiendo que el alza del precio internacional de los alimentos se trasladara al mercado interno, a través de una política en la que convergen el establecimiento de crecientes retenciones a la exportación de alimentos, la aplicación de controles de precios a las cadenas de valor y el encubrimiento de los aumentos reales con datos falsificados por el INDEC. El propio ministro de Economía, Martín Lousteau, al explicar las últimas disposiciones en materia de retenciones, admitió que son un instrumento central de la política del gobierno de control de la inflación y sobre todo de moderación del alza del precio interno de los alimentos.

Dato 7
Además de ser usadas contra los aumentos de la inflación y del precio interno de los alimentos, las retenciones son una formidable aspiradora de recursos para el gobierno central que, por ejemplo y sólo en el año 2007, recaudó para sí por esa vía 4.750 millones de dólares y esos fondos, así como en los generados por el llamado “impuesto al cheque”, no se coparticipan las Provincias o Municipios; por lo cual, en los últimos años, se acentuó a grados superlativos el centralismo unitario que es contrario al régimen federal establecido por la Constitución y posterga a la Argentina interior, principal generadora de esos recursos, de los que sólo recibe la reducida parte que el poder omnímodo y arbitrario del gobierno central se aviene a darle a manera de dádiva, para comprar voluntades y apoyos políticos .

Dato 8
Al riesgo de un agravamiento de la puja distributiva por la inflación acumulada y la por venir, el fracaso de los sistemas de controles de precios internos para evitar el aumento de los alimentos, la necesidad de hacer caja para mantener el superávit fiscal de las cuentas nacionales, seguir pagando los subsidios que mantienen deprimidos algunos precios internos (combustibles, transportes, algunos servicios, etc.) y afrontar las inversiones que el poder central quiere realizar; se sumó la inquietud por la perspectiva de que la Argentina deje de estar “desacoplada” respecto de la crisis financiera internacional; conjunto de circunstancias que pueden explicar la decisión del gobierno de aplicar el nuevo régimen de retenciones en este momento, lo que hizo según el estilo de mando del gobierno de Néstor Kirchner que continúa el de su esposa, consistente en que una muy reducida cúpula de poder tome por sí y ante sí decisiones sorpresivas, sin consultar a los sectores involucrados y sin siquiera hacer participar en esa toma de decisiones a algunos de sus altos funcionarios con competencia sobre el tema en cuestión, siguiendo una línea que busca mandar, confrontar y vencer y no conducir y convencer.

Dato 9
Aunque el kirchnerismo gobernante asumiera que el aumento de las retenciones iba a ser rechazado por el sector agropecuario, ha de haber confiado en que podría acallar ese rechazo apelando al enorme poder centralizado que acumuló en estos años, sobre todo con un uso inescrupuloso y eficaz de las atribuciones ampliadas del Poder Ejecutivo y de una masa gigantesca de recursos públicos (buena parte de ellos debidos a lo recaudado con las retenciones, a partir de los altos precios internacionales sobre todo de la soja), de los que dispone a su arbitrio, hasta ahora en forma impune. Es un hecho que hasta ahora, con el manejo despiadado de las atribuciones del Poder Ejecutivo y de esa “caja” oficial, el gobierno que presidía Néstor Kirchner y el que aparece presidido por su esposa, consolidaron su poder y compraron silencios y complicidades de los gobernadores, intendentes, legisladores, dirigentes políticos, sindicales y empresarios, periodistas, académicos, etc. y doblegaron o acallaron a quienes plantearon alguna oposición.

Dato 10
Esa nueva realidad de poder impuesta por el kichnerismo se verifica en la diferencia en el comportamiento acerca de los reclamos del agro que tenían algunos gobernadores provinciales en el pasado reciente y el que tienen ahora. Por caso, cuando Eduardo Duhalde ocupaba la Presidencia y quiso aumentar las retenciones a las exportaciones de alimentos y energía, el planteo de los 14 puntos de gobernadores del interior le impuso renunciar a esa medida y en cambio ahora, los gobernadores de esas mismas Provincias se sienten obligados a tolerar en silencio o apoyar, aún contra sus deseos e intereses, medidas tomadas por Néstor y Cristina que son peores que aquellas. Sucede que Duhalde no manejaba la “caja” que manejan los Kirchner y estaba obligado a atender los planteos de gobernadores provinciales que habían sido sus electores y aún tenían una cuota de poder derivada, entre otros factores, del régimen federal de la Constitución Nacional, que hoy perdió toda vigencia. Los Kirchner, en cambio, consideran que no le deben nada a gobernadores provinciales, intendentes y otros dirigentes del interior y creen posible manejarlos como a burros, alternando la zanahoria y el palo.

Dato 11
La magnitud de la resistencia de los productores frente a la medida sólo en parte se explica por motivos económicos concretos, entre los cuales se puede mencionar que la reducción de los márgenes de rentabilidad impuesto por las nuevas medidas se combina con el aumento de los insumos que reflejan los precios internacionales, los costos diferenciales de los productores de zonas marginales (sobre todo los fletes) y las medidas que antes se habían adoptado contra las cadenas de la carne y de la leche.

Dato 12
Esas circunstancias económicas ayudan a entender que entidades como Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), la Sociedad Rural Argentina (SRA), la Federación Agraria Argentina (FAA) y CONINAGRO, que no es habitual que coincidan, hayan unificado su convocatoria a resistir el aumento de las retenciones, actitud que se acentuó por el hecho de que ninguna de esas entidades fue siquiera consultada o tenida en cuenta por el gobierno al tomar decisiones de grave incidencia en la actividad del sector

Dato 13
Hay también, por así llamarlos, “componentes subjetivos” que ayudan a entender la dimensión cuantitativa del movimiento de resistencia de la Argentina interior al aumento de las retenciones, entre los que cuenta el hartazgo creciente ante las actitudes de soberbia, agravios, atropellos y hasta insultos que signaron al proceder del kirchnerismo gobernante hacia el sector, que en su momento motivaron la reacción airada de Analía Quiroga, productora ganadera de Carlos Pellegrini que era por entonces dirigente de CARBAP, quien atribuyó a Néstor Kirchner insuficiencia de materia gris y fue y es mostrada por muchos medios de comunicación como paradigma del malhumor rural.

Dato 14
También parece haberse extendido la sensación de que, desde el gobierno, se va escalando una una ofensiva que primero afectó a los ganaderos, después a los tamberos y ahora va por los sojeros, la que ayuda e entender que los diversos y diferenciados sectores que componen las llamadas “fuerzas del campo” confluyeran en el apoyo al movimiento de resistencia, en el que participan no pocos de los alrededor de 400 mil pequeños y medianos empresarios agropecuarios del interior del país y no sólo los grupos concentrados que se dedican a la producción y exportación de commodities.

Dato 15
Ese masivo apoyo a la resistencia del campo se extiende a una parte de los actores urbanos de las ciudades del interior, cuya calidad de vida económica, social y política está en gran medida determinada por la bonanza del sector rural que las rodea que ve amenazada por las últimas medidas gubernamentales y si el conflicto provoca un nivel significativo de desabastecimiento en las grandes ciudades no puede descartarse que estalle una reacción de protesta callejera protagonizada por la clase media de esos centros urbanos, que ya está malhumorada con el gobierno, sobre todo por la inflación, la inseguridad y los signos de corrupción.

Dato 16
Si la circulación y el intercambio de ideas, informaciones, personas, capitales, bienes y servicios es una de las características principales del sistema propio de esta época de la sociedad del conocimiento y la globalización; no deja de ser congruente que los piquetes y cortes de calles y de rutas haya pasado a ser, al menos en la Argentina de los últimos años, una de las principales formas de la protesta social de actores del movimiento obrero (sobre todo, camioneros), del movimiento estudiantil, de vecinos alarmados por la inseguridad o de sectores marginados (piqueteros de distinto tipo, etc.) y que también sea ese el método principal adoptado por el actual movimiento de resistencia rural.

Dato 17
Es verdad que esa modalidad de la protesta social viola normas legales vigentes, afecta a sectores y personas que no son directamente responsables del motivo de la protesta, suscita divisiones y enfrentamientos artificiales y crea un clima de violencia que no condice con una sociedad democrática; pero también es verdad que la tolerancia y la complicidad con esos comportamientos contrarios a la ley fue una constante de los gobiernos de los Kirchner.

Dato 18
También hay que admitir que en la Argentina llevamos ya décadas de paulatino y severo debilitamiento de los niveles de organización política y social de la comunidad nacional, con la consecuente degradación del pueblo a la condición de masa, en un marco universal de creciente pérdida del sentido trascendente de la vida, de compromisos cada vez más efímeros y de una plétora material que coexiste con un páramo de valores; por todo lo cual no sorprende que en la Argentina de los últimos años hayan pasado a ser conductas habituales la extensión de la anomia (la falta de apego a normas de convivencia), el incumplimiento de las normas legales y constitucionales y las reiteradas y avaladas actitudes contrarias a la moral y a las buenas costumbres (valores cuyo mero enunciado suena a ironía por el generalizado rechazo a los mismos impuesto por el relativismo)

Dato 19
La cultura que aún predomina en la Argentina interior se sustenta en valores tradicionales (el patriotismo, el arraigo, la familia, el trabajo, el cumplimiento de la palabra, la religiosidad, etc.) a la vez que tiene inscriptas ciertas pautas (resistencia al cambio, individualismo, renuencia a la organización gregaria, distanciamiento de la “ciudadanía”), en una combinación que da cuenta de sus fortalezas y debilidades. Como ya se ha dicho en muchos comentarios periodísticos, el actual movimiento de resistencia de la Argentina interior semeja a la reacción violenta del manso que, cansado de ser agredido, rompe todos los límites y adquiere virulencia inusitada.

Dato 20
Por último, vale destacar el papel que en ese movimiento de resistencia viene jugando la corriente Pampa Sur (integrada, entre otras compañeras y compañeros, por María del Carmen Alarcón, Miguel Saredi y Miguel Pinedo), que se propone ser expresión política de ese sector real de nuestra comunidad que es la Argentina interior y en especial la Argentina rural, lo que en buena medida van logrando. Conviene tener en cuenta que, sobre todo desde la restauración democrática de 1983, el liderazgo político fue expresión de una representatividad social (la hegemonía de Lorenzo Miguel y la rama sindical sobre el Justicialista entre 1983 y 1987) y que quienes primero ejercieron liderazgos nacionales (sobre todo Raúl Alfonsín y Carlos Menem y en menor medida, Eduardo Duhalde) surgieron de un duro y largo cursus honorum realizado en la Unión Cívica Radical y el Partido Justicialista, que aún eran expresión orgánica de la identidad política de grandes mayorías del pueblo argentino. Se abrió luego un ciclo en el que los liderazgos políticos emergentes fueron resultado de operaciones de construcción de imagen en la opinión pública, en las que poco o nada tenía que ver la representación de sectores sociales reales, la historia militante o el cursus honorum
en los partidos políticos. Son los casos de Ramón Ortega, Carlos Reutemann, Daniel Scioli, Mauricio Macri o Francisco de Narváez, por mencionar los más epigramáticos. Entre ambos están las figuras de Néstor y Cristina Kirchner, cuyo poder político es innegable y que realizaron algún cursus honorum en el PJ, pero que no accedieron al poder por ello sino por la convergencia del estallido del 2001 y las circunstancias extraordinarias que se dieron en las elecciones presidenciales del 2003 y se mantuvieron en el poder, no tanto por ser expresión de un sector económico-social preexistente en la Argentina real (por caso, los capitalistas prebendarios), sino por haber construido desde el gobierno su propio sistema de poder económico-social y por tanto político. A la luz de lo dicho, la experiencia de Pampa Sur tiene el mérito de que busca una posición de liderazgo a partir de ser la expresión política de un sector tan real de nuestra patria, cual es la Argentina Interior y en especial los sectores del campo argentino.

Conclusión Esperanzada
El conflicto que hoy enfrenta al gobierno nacional con la Argentina Interior, al menos en el corto plazo, no es probable que se resuelva en favor de una de los dos voluntades enfrentadas por la derrota de la otra, en tanto los voceros de la Argentina interior no parece que puedan reunir una cuota de poder político suficiente para derrotar al gobierno y éste carece de una política que complemente su uso de la “caja” y pueda desarmar la sedición en su contra.
Pese a las loables intenciones y a los valiosos esfuerzos de algunos actores del movimiento de resistencia de la Argentina interior (verbigracia, el caso ya mencionado de Pampa Sur), nos parece difícil que, al menos en el corto plazo, puedan tener un programa, una política y un liderazgo capaz de atraer, expresar, contener, organizar y movilizar a sectores significativos de las grandes ciudades (en especial, al movimiento obrero) y sin esas adhesiones es difícil que la protesta pase del nivel de la resistencia al de erigirse en alternativa real de poder, con posibilidades de triunfo frente al kirchnerismo.

Por su lado, el gobierno no termina de encontrar una respuesta política para dividir, debilitar y desprestigiar a ese movimiento de resistencia a sus medidas y es sintomático que desde la Casa Rosada se siga recurriendo a sus piqueteros adictos (por caso, Luis D´Elia y Humberto Tumini) para enfrentar al movimiento de resistencia rural con un discurso limitado a gastadas consignas contra la “oligarquía insensible y golpista de la Sociedad Rural”, que pronto quedan desarboladas por el hecho que, con la SRA, coinciden CRA, Coninagro y sobre todo la FAA.

Si ese equilibrio inestable se mantiene, aunque se modifiquen algunas de las formas de lucha adoptadas por los contendientes, el escenario inmediato más previsible sería la continuidad del enfrentamiento sin que se impongan un ganador y un perdedor netos y la historia sugiere que el peor de los conflictos es el que se prolonga en el tiempo sin llegar a dirimirse a favor de una de las fuerzas que lo protagonizan, ya que ello lleva a quedar encerrado en un laberinto sin salida.

Un laberinto que se agravaría si, como dijimos en el Dato 15, el desabastecimiento de alimentos u otras circunstancias llevaran a la clase media urbana a lanzarse a realizar cacerolazos de protesta al estilo del 2001, reclamando otra vez “que se vayan todos”
Existe la posibilidad de salir de ese laberinto por arriba en la medida en que los argentinos sepamos aprovechar las condiciones que ofrece la situación internacional para que nuestro país, utilizando en plenitud los recursos naturales, humanos y tecnológicos con los que contamos, hagamos que el boom de la soja se extienda a otros bienes alimenticios (carnes, lácteos, papas y comidas congeladas) y así seamos capaces de generar riqueza, empleos y buenos salarios, aplicando ideas que ya habían expuesto Juan Domingo Perón y Ramón Carrillo en el Primer Congreso Argentino de la Alimentación de 1949.
En una próxima nota presentaremos propuestas concretas acerca de ese camino, que puede llevarnos a salir por arriba del laberinto en el que tiende a encerrar al país el actual conflicto entre el gobierno kirchnerista y la Argentina interior.

Buenos Aires, 25 de marzo de 2008

1 comentario:

Edgardo Cora dijo...

Demasiado tibio todo. ES RESPONSABILIDAD DEL PERONISMO SACAR A LOS KIRCHNER DEL PODER. HAY QUE HACERLO ANTES DE QUE TERMINEN POR COMPLETO CON LA LEGALIDAD EN LA ARGENTINA. HAY QUE SACARLOS (SI NO CAMBIAN) DEL PODER.

Te cito: "aplicando ideas que ya habían expuesto Juan Domingo Perón y Ramón Carrillo en el Primer Congreso Argentino de la Alimentación de 1949." (tu nota).

HACENOS EL FAVOR: dejate de anacronismos y de estupidas invocaciones a un Peron que divide la inclinacion de mucha gente. EL PERONISMO DEBE LUCHAR POR SU DEMOCRATIZACION INTENA(como lo hacen Ferraro, Menem, R.Saa) y TAMBIEN POR QUITAR DEL PODER A ESTA SINIESTRA BANDA NEOMONTONERA.