AVISO

A partir del 1° de Diciembre, este foro cesa su actividad, atento a que la nueva etapa de formación de líneas alternativas dentro del peronismo requiere, más que la ya agotada discusión acerca del PJ, un trabajo específico de análisis y propuestas que puedan fortalecer a los nuevos liderazgos peronistas liberales.

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PARTICULARIDADES DE LA LUCHA POR EL ESPACIO PERONISTA

A pesar de todas las manifestaciones públicas, tanto de dirigentes peronistas como no peronistas –incluyendo a los Duhalde y los Kirchner-, a favor de un sistema bipartidista, el posible descuido dentro de quienes controlen próximamente el calendario del PJ por asegurar una auténtica vida democrática, puede terminar en un sistema tripartidista o, peor aún, eternizarse en el actual caos de partidos personalistas, adonde se llegó por la falta de internas democráticas.

Las internas partidarias dirimen no sólo candidaturas personales sino también visiones del país, propuestas y proyectos. En el caso del peronismo, lo que continúa en cuestión, desde los tiempos de la interna Menem –Duhalde por la reeelección o no de Menem, es la visión del país. Se discute si la economía debe tener un claro sesgo liberal o regirse por la ortodoxia peronista estatista; si la Argentina debe estar en una alianza continental que incluya a los Estados Unidos o refugiarse en la Sudamérica de Chávez, alternativa superadora del Mercosur; si la Argentina debe ser parte de la economía global en condiciones competitivas de inversión y desarrollo o si debe cerrarse sobre sí misma; y, finalmente, si el sistema político argentino debe encaminarse a un federalismo pleno y aun respeto absoluto por las reglas republicanas o si debe permanecer en el sistema centralista actual, caracterizado además por la permanencia ilimitada en el tiempo de una oligarquía estatal. Estas visiones antagónicas son también las que hoy se deberían dirimir en una interna justicialista democrática.

Lo que se debe evitar entonces es que esa discusión vuelva a postergarse, del mismo modo que se postergó en 1999, dejando la defensa de las ideas liberales y de apertura sostenidas por la administración Menem en manos de una fuerza menor como Acción por la República, el partido de Cavallo, y encerrando al peronismo en sus versiones más cerriles, las que sobrevinieron después, vía golpe de estado institucional del 2001, a través de Duhalde primero y de su delfín Kirchner después. El fracaso argentino actual no se encuentra en la crisis mundial, ni siquiera en la pobreza de la gestión actual, sino en la confusión ideológica en que se dejó a los argentinos a partir de 1999 y en la falta de una discusión pública desapasionada y fría, con los números en la mano y el razonamiento alerta para discriminar causas y efectos.

Hoy, por suerte, se está a las puertas de una reorganización partidaria en el PJ. Como ya hemos señalado, existe un saludable movimiento y vitalidad alrededor de este objetivo. Lo que no se ve, sin embargo, es claridad conceptual: no se trata de remover a Kirchner para conseguir a Duhalde con las mismas ideas aunque con otro talante y talento para el diálogo, sino ---en esta hora de emergencia y de elección de destino argentino en el mundo—de brindar un espacio para la reflexión y el cambio, o sea un espacio para la línea aplastada en 1999 y rematada en 2001. Esto, si se pretende un espacio bipartidista, en el cual las ideas radicales expresan mejor a esa corriente socialdemócrata que el peronismo, por esencia, no sabría servir (como está demostrado por ambas administraciones Kirchner y la anterior de Duhalde). Por el contrario, en una obligatoria actualización, el PJ debería expresar, como siempre, las ideas más modernas para lograr la grandeza de la Nación y la felicidad del pueblo y aceptar que no hay creación posible de riqueza genuina sin el uso del instrumental liberal para crear prosperidad y permitir el reparto.

Si la actual puja por el PJ se limitase a una puja de personalidades, Kirchner o Duhalde, representantes de las mismas ideas, la idea opuesta del PJ buscará su cauce y veremos una nueva Unión-PRO ampliada con apoyos hoy impensados y el apoyo conseguido en la población amplificado por una certera comunicación y nuevos liderazgos. La próxima elección presidencial encontraría así tres candidatos importantes, sin contar aun posible cuarto, el otro gran excluido del PJ duhaldo-kirchnerista, Pino Solanas, la expresión más genuina del izquierdismo peronista militante y decente, con sus muy utilizables ideas aplicables a las organizaciones libres del pueblo, su indudable federalismo, y su incuestionable vocación por la discusión racional dentro de un sistema democrático.

Lo que cada uno haga y diga dentro del gran espacio peronista, que incluye al PJ de los Kirchner, al PJ de Duhalde, al PJ disidente de Puerta, Romero y otros, al partido de Cavallo y al PRO, será tenido en cuenta, no tanto en lo que hace al control del aparato PJ, sino en la capacidad de planificar y liderar un país con el conjunto de ideas probadas y adecuadas.

La lucha dentro del PJ es, aunque no lo parezca por falta de presencia pública de algunas de sus voces más importantes, una lucha de ideas y no de aparatos. Los votantes argentinos han demostrado gran cintura para sortear aparatos, y hoy tienen avidez por nuevas ideas y por entregarse a liderazgos lógicos y confiables, con argumentos claros y convincentes que superen los personalismos y vuelvan a redefinir los espacios partidarios.

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